Torra ataca a Seat por no incluir el catalán en el Tavascan, su nuevo coche con nombre de pueblo leridano
La autodenominada ONG del catalán, subvencionada por la Generalitat de Cataluña con 620.000 euros anuales, ha lanzado un comunicado para atacar a la marca automovilística SEAT por no incluir el catalán en las pantallas de navegación y en los papeles de su nuevo modelo Cupra Tavascan.
Tavascan es el nombre de un pueblo de Lérida y el elegido por SEAT para un el nuevo modelo que ha sido presentado esta misma semana. La Plataforma Per la Llengua -así se llama la asociación- ha criticado la no inclusión del catalán en el automóvil y lo ha tachado de «discriminación de los consumidores de habla catalana».
La asociación recalca que la empresa de vehículos es la que más vende en Cataluña y por ello debería incluir el catalán en su página web, la documentación de los coches y la interacción de la pantalla.
La firma automovilística ha usado en reiteradas ocasiones nombres en catalán para sus coches: ‘Tarraco’, ‘Formentor’ o ‘El Born’. Sin embargo, estos guiños no parecen ser suficientes para la asociación títere del Gover, que considera que «su actitud conlleva una discriminación sistemática del consumidor de Barcelona, de Cataluña y del resto de los territorios de habla catalana”.
Patrocinio como presión
La Plataforma ha usado la vinculación de la marca con el FC Barcelona como elemento de presión. En el comunicado han incluido la importancia de que una empresa que patrocinada al FC Barcelona incluya el catalán en sus comunicaciones.
En este sentido denuncian que incluso en el apartado de la web de SEAT donde se incluye la información del patrocinio no se lea en catalán.
Espías en colegios
Esta Plataforma causó una gran polémica el pasado mes de julio al desvelar que habían espiado a alumnos y profesores con la intención de crear un informe sobre el uso del catalán en el recreo de los colegios.
La asociación presentó un estudio sociolingüístico realizado en «los patios de las escuelas e institutos de las zonas urbanas de Cataluña». El documento reconocía que el método utilizado para la recopilación de datos se hizo «de incógnito, para que ni profesorado ni alumnado supiera que se estaba observando el comportamiento lingüístico para no alterarlo”.