La tensión entre los independentistas y la insuficiencia constitucionalista puede abocar a urnas en mayo
Las fiestas navideñas traerán a Cataluña y al conjunto de la política nacional, aunque sea de forma temporal, una pequeña tregua. Después de meses de reproches mutuos y vulneración de leyes y actuaciones judiciales, las elecciones del pasado jueves 21-D dibujan un esquema muy definido sobre cómo es y qué quiere la sociedad catalana. Sin llegar al 50% ni los independentistas ni los nítidamente constitucionalistas, el escenario a partir de ahora es complicado para ambas partes.
Inés Arrimadas, que llegó a Cataluña hace poco más de ocho años para trabajar y que asistió a su primer mitin de Albert Rivera para acompañar a una amiga, se ha convertido en la primera mujer en ganar las elecciones a la presidencia de la Generalitat. Pero no es el único récord batido por Arrimadas, hay más.
Hace 11 años Ciudadanos no existía, y en estos años, han pasado de tres, a nueve, a 25 y a 37 diputados. Y todo con un dato sorprendente: por primera vez, un partido sin ninguna alcaldía gana las elecciones catalanas. Pero difícilmente la ganadora del 21-D podrá formar gobierno. Y es que para llegar a ser presidenta, necesitaría sumar al PSC, al PP, En Comú Podem y aún así le faltarían dos votos.
La minoría en escaños de las formaciones partidarias del cumplimento de la legalidad, permite un escenario que pasa relativamente desapercibido. Junts per Catalunya y Esquerra Republicana de Catalunya, en segunda vuelta y con mayoría simple, podría investir un President de la Generalitat.
Con este resultado, el único candidato independentista a presidente será de los neoconvergentes, y como les ha avanzado OKDIARIO, con total seguridad será Carles Puigdemont, que aspira a ser investido por un parlamento formado por unas elecciones autonómicas, “presidente de la república catalana”. Y se quedará en Bruselas.
Así se lo han recomendado sus abogados, con el fin de no ser encarcelado, y sin orden de detención, se dedicará a hacer de ‘jefe de Estado’, viajando por el mundo. El día a día de la Generalitat, por eso, lo confiará a una de las personas de su máxima confianza: la directora de su campaña, Elsa Artadi. A esta joven política, Puigdemont la propondrá como “primera ministra”, llevando así la gestión ejecutiva del Govern.
Aunque el escenario sea claro para la formación de un gobierno independentista, ya que en esta ocasión los antisistema de la CUP son completamente prescindibles y no hará falta esperar a sus vetos y asambleas con empates técnicos, las tensiones que existen entre JXCat, el PDeCAT y ERC son máximas.
Durante la noche, Puigdemont, volvió a recordar que quería entrar con Oriol Junqueras como vicepresidente al Palau de la Generalitat, sólo unas horas después de que el líder encarcelado de ERC sacara los cuchillos contra el ex presidente. Pero como les explicó este viernes este diario, los republicanos y los cuperos hace días que hablan de la necesidad de construir un gobierno más social.
Si consiguen llegar a un acuerdo de nombres dejando de lado sus diferencias, los dos partidos se tendrán que poner de acuerdo luego con el programa de gobierno. Y no será tarea fácil. Impuestos, servicios sociales y el calendario para implementar la ‘república’ pueden ser diferencias insalvables que condenen a los catalanes a una repetición electoral en el mes de mayo. Sería, dicen en los dos lados del tablero, un mal menor si sirve para solucionar de una vez por todas el problema.
Con la repetición, y con una bajada casi segura de la participación récord del jueves, la CUP y el PP —ahora compañeros en el grupo mixto— podrían llegar a desaparecer del Parlamento, ya que se situaron sólo un punto por encima de lo que la ley establece para obtener representación. Esto, sin duda, beneficiaría Ciudadanos y ERC, como en un principio vaticinaban las encuestas.
Cabe recordar también que de los 135 nuevos parlamentarios, 19 están imputados por el 1-O, tres de los cuales en prisión preventiva y cinco fugados en Bruselas. Aún sin pronunciarse el juez Pablo Llarena sobre si les dejará salir a tomar posesión del escaño o no, de poder votar la investidura su ausencia de forma regular a los plenos dejaría los independentistas con minoría, lo que dificultaría mucho sus pretensiones de saltarse el reglamento como en la pasada legislatura.
Lo qué de momento es seguro es que el artículo 155 seguirá en vigor mientras no se conforme un gobierno estable y, visto el panorama, esto no parece que vaya a ser inminente.