Sánchez restringirá los despidos de las empresas y las forzará a mantener los ERTE
El documento del Gobierno no duda en afirmar que los ERTE deben tener "prioridad frente al despido"
Pedro Sánchez ha aprovechado la tramitación del rescate europeo para meter doctrina sociocomunista en el plan de recuperación nacional. El documento de reforma que acompaña a ese plan oficial -donde se reflejan las partidas genéricas a las que se destinarán los 70.000 millones de la UE- recoge una medida que puede destrozar la viabilidad de infinidad de empresas, y el desbordamiento financiero del propio sistema de prestaciones que se pagan a los parados y a los trabajadores en ERTE.
Tal y como se detalla en ese documento, al que ha tenido acceso OKDIARIO, el Gobierno pretende que la fórmula del ERTE pase a ser «un modelo permanente» y, además, «alternativo al ajuste externo del empleo ante perturbaciones negativas». Es decir, que los ERTE deben sustituir en determinadas ocasiones a la posibilidad de las empresas de recurrir al despido para adecuar sus gastos a sus ingresos.
Para ello, el documento del Gobierno no duda en afirmar que los ERTE deben tener «prioridad frente al despido». Traducido: el Ejecutivo de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias pretende que las empresas vean limitado su acceso libre al despido.
El anuncio de la reforma viene recogido en un apartado del documento bajo el título ‘Modernización de la normativa sobre expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE)’. Allí se anuncia que el «objetivo» es «establecer un modelo permanente de ERTE», un sistema que, según el documento oficial, «ha permitido amortiguar la caída del empleo durante la crisis del COVID-19». El objetivo, además, es doble. Y pretende convertir a los ERTE en «un instrumento de flexibilidad alternativo al ajuste externo del empleo ante perturbaciones negativas». Alternativo al despido.
Reducción de jornada
Para ello, el texto recoge una serie de «medidas», entre las que se encuentra «la prioridad de los ERTE, de reducción de jornada y de suspensión de contrato, frente al despido», lo que implica la limitación de los empresarios de forma permanente para decidir si despiden a un trabajador. El ERTE sería prioritario en caso de «perturbaciones negativas».
La partida de coste presupuestario de unos ERTE eternos no viene calculada en el documento, pese a que es obvio que puede dispararse de forma exponencial. El Gobierno tan sólo dice que lo pretende financiar «creando un fondo tripartito para financiar las prestaciones y la compensación de las cotizaciones de los trabajadores en ERTE». El pago tripartito recaería en la Administración, empresas y sindicatos.
Cierres a partir del 31 de mayo
El contexto en el que surge esta reforma es el siguiente: más de la mitad de las empresas que se han acogido a la figura de los ERTE en España, más que presumiblemente, tendrán que cerrar a partir del 31 de mayo -cuando estaba prevista la finalización de esta prestación inicialmente- o deberán afrontar severos ajustes en su plantilla mediante despidos masivos.
La conclusión aparece recogida con toda la frialdad en un informe del bufete de abogados Castaño Asociados, que reflejan el «negro panorama económico que se cierne sobre el tejido empresarial español debido a la crisis económica aparejada a la pandemia de la covid-19», según explica el citado bufete Manuel Castaño.
El Gobierno ha debido de pensar que la mejor manera de solventar el tremendo problema es esconderlo. Eternamente. Sin saber muy bien cómo piensa pagar unos ERTE sin fecha de finalización. De acuerdo con los datos recopilados por el despacho de abogados, el 25% de las empresas españolas en situación de ERTE no podrán seguir abiertas pasado el 31 de mayo, mientras que la mitad tendrá que llevar a cabo severos ajustes de su plantilla, ya sea a través de despidos individuales o mediante un Expediente de Regulación de Empleo (ERE).
Precisamente, el bufete asegura que ha constatado que en los últimos meses muchas empresas han tenido que hacer un ERE para poder reducir los costes fijos del negocio y poder afrontar la crisis de la pandemia, elevando así las cifras del paro.
Los sectores que más han tenido que echar mano de este recurso para despedir y reducir sus gastos de personal han sido el financiero, telecomunicaciones, el turístico y la hostelería, tal y como reflejan los datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) del mes de diciembre. En el último mes del año la cifra de desempleados aumentó en 36.825 personas, hasta sumar 3.888.137 personas inscritas en situación de desempleo, al borde de los cuatro millones de parados. A esta cifra hay que sumar los 750.000 trabajadores que se encuentran en ERTE, que están incluidos en la cifra de ocupados.
El bufete se suma a los expertos que auguran que 2021 va a ser un mal año para el empleo, precisamente por la activación de los ERE en muchas empresas que no van a poder aguantar el efecto en su facturación de las nuevas restricciones por la pandemia. De hecho, las previsiones apuntan a que la tasa de desempleo puede superar con creces el 17%.
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