Sánchez regala a Aragonés un papel estelar en la cumbre con Macron en Barcelona que ERC boicotea

Moncloa ya negocia con el Palau de la Generalitat el papel que el presidente autonómico catalán, Pere Aragonés, tendrá durante el transcurso de la cumbre Hispano Francesa que se celebrará el día 19 de enero en Barcelona. Pedro Sánchez está dispuesto a ceder un papel protagonista al líder separatista, en el encuentro con Emmanuel Macron, pese al boicot que los independentistas, con los principales dirigentes de ERC a la cabeza, organizan para esa jornada. La previsión con la que trabaja el Gobierno es que Aragonés reciba, en el lugar en el que se celebre la reunión, a los dos mandatarios. La secretaria general adjunta de su partido Marta Vilalta ya ha anunciado este lunes que también irá, pero a manifestarse. Carles Puigdemont, de JXCAT, ha llamado a los suyos a salir a la calle.

Las conversaciones que desde hace días hay entre los gabinetes de Sánchez y Aragonés, de cara a concretar el rol que jugará el Govern en la cumbre, contrasta con la indiferencia con la que en su día el Ejecutivo trató al presidente de la Xunta de Galicia Alfonso Rueda. Moncloa no avisó hasta dos días antes al mandatario popular de la agenda de la cumbre entre España y Alemania que se celebró en La Coruña. La alcaldesa coruñesa del PSOE, Inés Rey, sí sabía con más antelación el programa y el papel que iba a jugar. Ante esa descortesía Rueda optó por no acudir finalmente a la reunión. En Castellón, durante la última cumbre internacional que se celebró en nuestro país con Rumanía como invitado, Sánchez también avisó con antelación al presidente socialista de la Generalitat Ximo Puig y a la alcaldesa de su partido Amparo Marco con el fin de impulsarle de cara a las elecciones del 28 de mayo.

Hace semanas que varias organizaciones independentistas como el Consell de la República, la Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural han acordado impulsar una «movilización unitaria, amplia y abierta» durante la cumbre entre España y Francia que se celebrará el 19 de enero en Barcelona. Se trata de un boicot de primer nivel, por parte de los socios de Pedro Sánchez, en una jornada en la que buena parte de la Unión Europea mirará hacia la Ciudad Condal. Una concentración que, tras muchos meses de desavenencias, volverá a unir a todo el independentismo.

Los convocantes consideran que la voluntad de independencia en Cataluña sigue siendo «muy fuerte», a pesar de lo que dicen las encuestas y el mismo Sánchez según el cual «el procés se ha acabado», y que son los gobiernos de España y Francia los que la representan «la opresión a la nación catalana». Acusan al gobierno español de tener una actitud provocativa y de no haber ofrecido «ninguna solución política al conflicto».

Además de la causa puramente separatista, los manifestantes, aprovecharán para escenificar una defensa cerrada del catalán y de la inmersión lingüística en la educación. Incluirán las demandas de lo que llaman Catalunya Nord (Cataluña del Norte), donde aseguran que se está persiguiendo el uso del catalán. También se han sumado a la convocatoria la Asociación de Municipios por la Independencia, el Centro Internacional Escarré por las Minorías Étnicas y Nacionales, la Intersindical.