Sánchez ordena a Marlaska y Albares frenar «una avalancha» inminente de ilegales en Ceuta por Navidad
Sánchez ha encargado a Albares prevenir la salida de origen con Marruecos y a Marlaska evitar la posible entrada a España
Marlaska declara asunto de “Seguridad Nacional” las ayudas a Marruecos para que dejen de ser públicas
Marlaska echa ahora mano de un acuerdo que no cumple ni Marruecos para expulsar a los menas
Tras meses de una calma tensa, la situación en Ceuta amenaza con convertirse en un nuevo problema para el Gobierno de Pedro Sánchez. Tal es así que el presidente ha dado órdenes expresas a sus ministros de Exteriores e Interior, José Manuel Albares y Fernando Grande-Marlaska, respectivamente, para frenar la que los expertos consideran puede ser “la mayor avalancha de la historia”.
El CNI hace días que puso sobre la mesa de Seguridad Nacional que hay miles de marroquíes esperando en la frontera del Tarajal para entrar de forma irregular en nuestro país. Ese paso, según revelan los informes a los que ha tenido acceso OKDIARIO, podría producirse antes de acabar el año. Las fechas navideñas son un momento crítico.
La petición de Sánchez a Albares y Marlaska es muy concreta: evitar una nueva entrada masiva de inmigrantes en nuestras fronteras. El temor es tan real que Interior ya ha movilizado a decenas de agentes, para poner rumbo a Ceuta, y así poder actuar de forma inminente cuando esta se produzca.
La principal preocupación del Ejecutivo en estos momentos es no dar una imagen de descontrol. En plenas fiestas navideñas, una entrada masiva de inmigrantes irregulares a Ceuta, provocaría el caos en la ciudad autónoma. Los servicios de atención a estas personas llevan meses colapsados, y una avalancha de las características de las que prevé la inteligencia española pondría el límite la convivencia en la ciudad.
Las relaciones con Marruecos
Uno de los principales problemas que se encuentra el Gobierno de Pedro Sánchez para hacer frente a esta situación es la prácticamente nula relación diplomática con Marruecos. Pese a los esfuerzos de Albares para reconducir la situación, desde su llegada al ministerio el pasado mes de julio, la tensión sigue latente entre los dos países. Sánchez de momento no ha viajado hasta el país aliado.
En plena oleada de inmigrantes a Canarias, hace justo un año, Marlaska viajó a Rabat para negociar más mano dura de origen y evitar la llegada de cayucos a las costas del archipiélago. Pero parece que no le hicieron mucho caso. Pese a la tregua inicial, desde entonces, se han producido nuevas llegadas masivas a través de Ceuta y vía marítima a las islas y a la costa andaluza.
Protección de la valla
El ministro del Interior tiene como misión que ningún punto de los 8,7 kilómetros de la valla de Ceuta pueda ser burlado por las mafias de ilegales. Eso pasa por un refuerzo policial desde la península. Marlaska ya ha empezado a mandar uniformados, vehículos policiales y agentes de información para prevenir los posibles intentos de saltos.
Estos agentes, remarcan desde Interior, serán también los encargados de detectar a los ilegales que puedan acabar entrando para proceder a su devolución inmediata. Lo que se conoce como una devolución en caliente. En las últimas crisis migratorias en Ceuta ya se han producido varias, lo que ha generado las críticas de Podemos.
Servicios sociales
Uno de los focos de atención del Gobierno, más allá del diplomático y el de seguridad, para tratar de evitar la avalancha, es el de los servicios sociales por si no logran parar el salto. La situación, señalan, «es crítica» con un CIE «desbordado». Además de funcionarios policiales, el Ejecutivo también prevé desplazar equipos de atención sociosanitaria a Ceuta si es necesario.
La alta ocupación de las instalaciones también obligaría al Ministerio de Seguridad Social y Migraciones de José Luis Escrivá a buscar una alternativa habitacional a los inmigrantes para que no deambulasen por la calle durante todas las fiestas. Fuentes del departamento apuntan que «se están estudiando diferentes opciones» aunque no hay nada decidido.