Sánchez y Felipe VI hacen ver a Juan Carlos I que no puede instalarse en España definitivamente
La reunión de este lunes entre Felipe VI y Juan Carlos I fue tensa. Muy tensa, incluso subida de tono, según fuentes conocedoras de cómo se desarrolló la cita a lo largo de las cuatro horas que el Jefe del Estado y su padre estuvieron a solas en el Palacio de La Zarzuela. Uno de los momentos de mayor tensión fue, cuentan a OKDIARIO, cuando el Rey Felipe VI le comunicó a su padre -por expreso pedido del Gobierno- la negativa a que pueda volver a residir en España. El Rey emérito le había manifestado su voluntad de no acabar sus días en los Emiratos Árabes Unidos. Un punto de discrepancia que resquebraja aún más la relación entre ambos, muy deteriorada desde que OKDIARIO empezase a revelar las cuentas opacas del Rey emérito.
Felipe VI, más como jefe del Estado que como hijo, fue el responsable ayer de poner líneas rojas a su progenitor. Y es que la reunión que mantuvieron ambos, antes del almuerzo familiar, no fue precisamente entre padre e hijo. Fue entre dos personas que ocupan altas responsabilidades de representación institucional. Moncloa delegó y confió en el Rey para «evitar más bochornos como el de este fin de semana» con la primera visita del emérito a España para participar en la regata de Sangenjo. Precisamente, la forma en la que llegó a nuestro país, en un vuelo privado costeado por el gobierno emiratí, es uno de los reproches que el actual monarca le habría trasladado a su padre. La intención de Juan Carlos I, antes de recibir el regalo de la familia real de los Emiratos Árabes Unidos, era viajar en un vuelo regular.
Tras finalizar el encuentro, según distintas fuentes, la Casa del Rey puso en conocimiento el contenido de la conversación al Gobierno. Las mismas fuentes no concretan si fue mediante una llamada del mismo Felipe VI a Pedro Sánchez -de viaje oficial en Davos (Suiza)- o si se repitió la interlocución del domingo por la noche entre el ministro Félix Bolaños y el jefe de la Casa Real Jaime Alfonsín.
Este sábado, la mano derecha del presidente llamó a Zarzuela para recordar las indicaciones que debían seguir, en todo momento, durante la presencia de Juan Carlos I en la sede de la jefatura del Estado. Fue tras esa llamada, y ante la voluntad de Zarzuela de hacer un breve comunicado -como el que hizo la semana pasada para anunciar la visita-, cuando las dos instituciones acordaron un textual que generó mucha polémica y difundió la Casa del Rey con el emérito ya prácticamente subido al avión.
Desde Zarzuela se ha recordado que Abu Dabi, a donde regresó ahora en el avión privado que le trajo a España, es su lugar de residencia «permanente y estable», como ya le trasladó a Felipe VI en la carta que le envió el 5 de marzo. También han hecho hincapié, recurriendo a los mismos términos que entonces empleó este en su misiva, en que Don Juan Carlos ha tomado la decisión «de organizar su vida personal y su lugar de residencia en ámbitos de carácter privado, tanto en sus visitas como si en el futuro volviera a residir en España, para continuar disfrutando de la mayor privacidad posible».
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