Sánchez centrará su debate en complacer a Podemos: feminismo, precariedad y desigualdad
Los equipos de Podemos y PSOE están encerrados cerrando la alianza que, previsiblemente, llevará a los morados a la cima del poder: el Consejo de Ministros. Tras el paso atrás de Pablo Iglesias, Pedro Sánchez está en una emboscada de la que no podrá salir sin ceder poder a los dirigentes podemitas. Este lunes comenzará el debate de investidura en el Congreso y, mientras Carmen Calvo, Adriana Lastra y María Jesús Montero están negociando los términos de la alianza con Podemos, Sánchez prepara su intervención en el Hemiciclo en el que, si consigue los apoyos pertinentes, será investido presidente del Gobierno el jueves.
Según ha afirmado Moncloa a Efe, la intervención del dirigente del PSOE se centrará fundamentalmente en las áreas sociales, esos sectores en los que más unidos están con Podemos, al menos así los señaló Calvo en su entrevista en ‘La Sexta Noche’. La vicepresidenta de Sánchez, según reconocía en su intervención, en asuntos sociales «están cerca», aunque no ha revelado que existen grandes distancias en «otras áreas de gobierno, estamos muy lejos de Podemos en la posición de Europa, Cataluña o la política internacional».
Empleo y lucha contra la precariedad, desigualdad, feminismo y emergencia climática serán, según fuentes gubernamentales, el núcleo del debate de investidura de Sánchez. La intención es que se proyecte la imagen de un Ejecutivo «progresista y de izquierdas» que apelará a las «transformaciones que necesita el país».
Apuntan, además, que el socialista hará un discurso «de altura» y «dirigido a una amplia mayoría desde la óptica progresista» que combinará la necesidad de promover el crecimiento económico con justicia social y apelará a la revolución tecnológica y al proyecto europeo.
En estos momentos, comentan también, las partes de la negociación tienen sobre la mesa los documentos con la oferta programática «para un Gobierno social, feminista, ecologista, europeísta y progresista» aprobados por la Ejecutiva del PSOE y las bases del acuerdo firmado entre ambos partidos sobre los Presupuestos.
Se trata de un discurso que, fundamentalmente está orientado a complacer y contentar a los dirigentes de Podemos. Prácticamente todos los ejes de la intervención del candidato a la investidura van en la línea con los argumentos que tanto Iglesias como Irene Montero, previsible persona que entrará en el Ejecutivo de Sánchez, han esgrimido para argumentar que sólo con su presencia será posible tener un «Gobierno progresista».
«Necesitamos un Gobierno de coalición, estable y de progreso que afronte retos tan importantes como la precariedad y los precios abusivos del alquiler» o «Necesitamos de más políticas feministas para acabar con el machismo estructural. Es intolerable que las mujeres sigamos siendo invisibilizadas en el espacio público, y juzgadas por la edad y el aspecto físico», son algunos de los argumentos que la dirigente de Podemos ha dado a Sánchez para convencer a éste que su formación debía estar sentada en el Consejo de Ministros.
La investidura de Sánchez parece que está hecha, al menos de momento, ya que EH Bildu y ERC, que hacen frente común en la Cámara Baja, han decidido que se abstendrán, aunque los separatistas de JXCat, liderados por Carles Puigdemont, aún no saben si se decantarán por la abstención o el veto a los socialistas. Lo que es seguro, y así lo han señalado desde el principio, tanto Ciudadanos como PP dirán ‘no’ a la formación de un Gobierno del PSOE. Una posición negativa, por cierto, que le ha costado a Albert Rivera la baja de algunas caras importantes de su partido como Javier Nart, Toni Roldán o Francesc de Carreras, todos a favor de facilitar un Ejecutivo de Sánchez.