El PSOE obligará a Cs a negociar los Presupuestos mientras se sienta a dialogar con los separatistas

Los socialistas someterán a Ciudadanos al desgaste de tener que ver su negociación mezclada con las exigencias de dinero e independencia de los separatistas

Pedro Sánchez
Pedro Sánchez e Inés Arrimadas.
Carlos Cuesta

El PSOE tiende la mano a Ciudadanos para negociar los Presupuestos. La formación naranja coge el guante. El PSOE llama a ERC para lo mismo. ERC se pone digna, pero no cierra la puerta a esa negociación, ni mucho menos.

El Gobierno decide lanzar las negociaciones de Ciudadanos de forma simultánea al aquelarre separatista en el que los enviados de Sánchez se sentarán con las formaciones golpistas para intentar avanzar en la ruptura de España.

Todo ello, a la vez: la denominada ‘mesa de diálogo’ con los separatistas, y las conversaciones con un partido constitucionalista sobre los Presupuestos. Los mismos, por cierto, que tendrán que dar cabida a las exigencias de dinero de los separatistas.

Si la negociación de Ciudadanos con un partido, el PSOE, que pacta con proetarras, separatistas y comunistas, ya le puede suponer un duro peaje, más aún le puede costar cuando los titulares de la gran cita separatista se crucen con los de las negociaciones de los Presupuestos.

Cs y las prórrogas del estado de alarma

La polémica se lanzó con el apoyo de Ciudadanos a la prórroga del estado de alarma del Gobierno de Pedro Sánchez. Ahora se eleva con el posible apoyo del partido de Inés Arrimadas a unos Presupuestos Generales del Estado (PGE) «siempre y cuando tengan medidas para hacer frente a esta pandemia», tal y como defiende Ciudadanos.

Pero el Gobierno de Sánchez e Iglesias tiene guardado un regalo adicional para los naranjas: porque sus negociaciones de las cuentas de España se mezclarán con otra mesa, en otra ciudad: de los separatistas con el mismo PSOE, para avanzar en el camino independentista.

Ciudadanos asegura que quiere introducir «responsabilidad» en el debate político en una situación de emergencia sanitaria, económica y social.
Según palabras de Carlos Carrizosa: «Siempre hemos estado en el centro, mantenido políticas de pactos idénticas».

Con ese argumento, el PSOE someterá a los de Ciudadanos al desgaste de tener que ver sus negociaciones económicas mezcladas con las exigencias de dinero e independencia de los separatistas.

Es verdad que Pedro Sánchez tiene una difícil papeleta para aprobar los Presupuestos Generales del Estado del próximo año. Pero también lo es que empieza tensando las cuerdas de sus negociadores. Y es que el PSOE no está dispuesto a favorecer el acercamiento de los naranjas a costa de su alejamiento de las formaciones nacionalistas: al revés, celebrará este mes de julio la ‘mesa de diálogo’ con los separatistas catalanes, precisamente para que ERC vea que puede pactar con Cs, y Cs vea que puede pactar con ERC.

Esquerra ya ha dado un toque de atención a Sánchez por este tipo de estrategias. Por eso, los republicanos catalanes, que están entre los socios preferentes de Sánchez en el Congreso, ya han comunicado que no pactarán unas cuentas públicas en las que participe Ciudadanos.

Así lo ha afirmado recientemente Gabriel Rufián, portavoz de ERC en la Cámara Baja, en rueda de prensa. Para el dirigente separatista es «bastante incompatible» que el Ejecutivo de Sánchez quiera pactar los Presupuestos de 2021 con ERC y al mismo tiempo con Ciudadanos. Rufián ha remarcado que no aceptarán «chantajes» para forzarles a pactar un acuerdo de estas características.

«Actitud constructiva» de Cs

Pero el PSOE sigue su estrategia. Carmen Calvo, vicepresidenta primera del Gobierno, ya ha dejado abierta la posibilidad de que se negocie con Ciudadanos los próximos Presupuestos Generales del Estado gracias a su «actitud constructiva», en alusión al apoyo de la formación de Inés Arrimadas a las últimas prórrogas del estado de alarma. Calvo ha pedido, además, «posiciones flexibles» a todos los partidos para pactar las cuentas públicas.

«Habrá que ser flexibles en algunas posiciones», ha asegurado sobre una posible incompatibilidad entre Podemos y Ciudadanos para llegar a acuerdos. «Va a perder quien no sea capaz de negociar o entender que estamos en una situación de necesidad de levantar este país», ha añadido Carmen Calvo.

Lo que no avisó Calvo es que, además de pedir esa «flexibilidad» pedirían la pérdida del sentido del vértigo: porque negociarán con los dos en sentidos teóricamente contrarios. Gabriel Rufián contestó a las declaraciones de la vicepresidenta primera del Gobierno afirmando que «una cosa es ceder y otra, un chantaje». «ERC no cederá para que se pacte con uno de los partidos que estaba en la foto de Colón», señaló, en relación con el partido de Arrimadas. Ahora, los de Colón tendrán que pronunciarse sobre los de la ‘mesa de diálogo’.

«No es que sea incompatible con ERC, es que es incompatible con cualquiera medida justa de izquierdas», añadió el dirigente independentista. Rufián, de hecho, no ha dejado de atacar a Ciudadanos por pedir «cargarse» esa misma mesa del Gobierno de Sánchez con el de la Generalitat de Quim Torra o por, a su juicio, oponerse al impuesto mínimo vital. También ha asegurado que la formación naranja trata de «imponer» el contrato único o «la mochila austriaca».

Como última advertencia, Gabriel Rufián ha instado al Ejecutivo de Sánchez a decidir «qué quiere ser» y a elegir entre los «13 diputados de ERC o los 10 de la derecha, porque las dos cosas no puede ser». También ha sostenido que Podemos, socio del Gobierno de coalición con el PSOE, no debe estar «muy cómodo con la presencia de la derecha» a la hora de cerrar los próximos Presupuestos Generales del Estado.

Gabriel Rufián ya arremetió contra la Ejecutiva socialista por pactar las últimas prórrogas del estado de alarma contra el coronavirus: «Nos estamos llevando por delante el espíritu de la investidura, un espíritu que era palanca para el progresismo». La formación separatista permitió la investidura de Pedro Sánchez el pasado mes de enero con una abstención, después de pactar con el PSOE una mesa de negociación con el Gobierno de la Generalitat de Quim Torra.

Mano tendida

Hace más de un mes, la formación naranja sondeó la posibilidad de apoyar los Presupuestos Generales del Estado del Gobierno de Pedro Sánchez. Así lo aseguró Carlos Carrizosa, presidente del grupo de Ciudadanos en el Parlament de Cataluña, que puso como condición «siempre y cuando contemplen las medidas adecuadas para hacer frente a esta pandemia y a la angustiosa situación económica».

«Nuestra mano está tendida a un posible presupuesto que haga frente a un cambio absoluto de paradigma económico», afirmó Carrizosa entonces.
Esta mano tendida de Ciudadanos fue rechazada minutos después y de forma rotunda por Pablo Iglesias, vicepresidente segundo del Gobierno y líder de Podemos. Iglesias alegó que la formación de Inés Arrimadas «está en las antípodas ideológicas no sólo de Unidas Podemos sino también del programa progresista del Gobierno».

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