Entrevista con Àngel Gómez, presidente de la UCM

El presidente de los mossos constitucionalistas: «Hay peligro de un enfrentamiento civil»

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Ángel Gómez, presidente de la Unión de Mossos por la Constitución (UCM)

Los Mossos d´Esquadra leales a la la Ley y a la Constitución han comenzado a organizarse. La Unión de Mossos d’Esquadra por la Constitución (UMC), es la primera asociación de estas características. OKDIARIO ha hablado con Àngel Gómez, su presidente recién elegido en la asamblea constituyente de un colectivo que tiene ya más de 300 miembros. Gómez, que fue ex guardia civil,  explica a OKDIARIO cómo nació la entidad, el miedo a las represalias que sigue habiendo en el cuerpo ante la presión de los golpistas y aún después de ser aplicado el artículo 155. Advierte de que la fractura social generada por el independentismo podría acabar en un enfrentamiento civil.

P.- ¿Cuándo se gesta la UMC?

R.- A raíz de los sucesos del 1-O se tocó fondo. Muchos mossos nos sentimos  utilizados, instrumentalizados e indignados. Empezamos a hablar entre nosotros, había cierta desazón y un sentimiento de abandono ante un pensamiento único imperante. También de dejación por parte de las instituciones. El Derecho estaba con nosotros, pero las personas que estábamos comprometidas con cumplir con la ley y que no queríamos embarcarnos en aventuras, sentíamos que nos iban a dejar tirados. Así que estudiamos una forma jurídica para nada más que lo que es poder ejercer un derecho fundamental: el del asociacionismo.

P.-  ¿Se esperaba el revuelo que han creado?

R.- Es triste y sintomático de una sociedad que está enferma que esto se convierta en un hecho noticiable. Estoy un poco asombrado y sorprendido de la repercusión mediática.

«Hay una conflictividad y una fractura social que puede degenerar en un enfrentamiento civil»

P.- ¿Hay peligro de que la tensión generada por los golpistas en Cataluña vaya a más?

R.- No soy un experto, pero lo cierto es que hay una conflictividad y una fractura social que pueden degenerar en un conflicto civil, enfrentamiento o animosidad entre partes. Y esto puede ser el preámbulo de una escalada más cruenta. No sé hasta qué punto llegará o si se impondrá el sentido común, el ‘seny’, pero sí se puede percibir una fractura de la sociedad catalana.

P.- ¿Cuál es la situación dentro del Cuerpo de Mossos d´Esquadra?

R.- Es un cuerpo joven, muchos no han conocido el régimen precedente ni han tenido contacto con hechos históricos de este país y eso les queda muy lejano. Al ignorarlo, han sido fácilmente influenciables y maleables. Entonces el cuerpo se ha dividido entre jóvenes que, de buena fe, se han creído esta historia mitológica y artificiosa de los independentistas y otros tantos que, sin llegar a creérsela, padecen cierto síndrome de Estocolmo, se sienten amedrentados por el resto, no quieren alzar la cabeza ni la voz. Prefieren pasar inadvertidos por temor al ostracismo o el rechazo. Llámeme ingenuo, pero muchos seguimos teniendo fe en las instituciones, en el estado de Derecho, en la Ley de Leyes y en que si cumples con la legalidad no hay nada que temer.

«Sigue habiendo miedo aún con el artículo 155. A estar en el punto de mira o a sufrir represalias, y eso es grave»

P.- ¿Sigue habiendo miedo aún estando vigente el 155?

R.- Sí. La sensación que percibe la gente dentro del cuerpo es que puede estar en el punto de mira o sufrir algún tipo de  represalias. Solamente el que haya personas que sientan que puede pasar eso, ya es grave.   

P.- ¿Se sienten respaldados?

R.- Respaldo, ninguno. Hemos decidido dar un paso adelante porque aunque nadie quiera problemas, te sientes indignado. Yo pago mis impuestos para que las administraciones públicas se hagan cargo y actúen conforme a la legalidad ante una situación que nos sobrepasa.

P.- ¿A qué se refiere? 

R.- Nuestro punto de vista es el de la base. No sé cómo estarán los mecanismos del sistema por arriba, pero nuestra percepción es que todo sigue igual y también lo sabemos por los medios de comunicación que se siguen viendo actuaciones y actitudes no ajustadas a la legalidad, digamos que no ortodoxas (siendo indulgentes) y que no pasa nada. Nos quedamos estupefactos y un poco parados.

P.- Se han producido situaciones de acoso y hostigamiento en las comisarías…

R.- Sí, las ha habido y aún las hay. Personalmente fui objeto de acoso en las redes sociales con la difusión de un libelo anónimo e injurioso de dos páginas en el que se me tachaba de ser una persona deshonesta, sucia, indecorosa y ‘ultra’, y todo en base a nada. Salió con mis datos personales, hasta con mi tarjeta de identificación y foto. No tengo redes sociales, o sea que habrán buscado y rebuscado.

P.- ¿Los mandos independentistas de Trapero siguen teniendo poder?

R.- Los mandos intermedios siguen en su mayor parte. A los mandos superiores apenas se les ve o se dejan ver muy poco, escuchamos rumores, que si movilidad geográfica o que están de baja, comentan que han sido trasladados a otra unidad más burocrática… Pero no sabemos nada a ciencia cierta.

«Al Gobierno y al ministro del Interior les diría que intenten que se aplique la ley, sin consideraciones cortoplacistas o partidistas»

P.- ¿Tienen algún mensaje que les gustaría escuchara el Gobierno?

R.- Al ministro del Interior le diría que, sin entrar en consideraciones partidistas ni cortoplacistas, simplemente intente que se aplique la legalidad vigente. Que el Gobierno ponga más celo y sus actuaciones estén inspiradas en el interés público y no en intereses de otra índole, más partidistas.

P.- ¿La asociación ha animado a muchos o ese temor frena aún a muchos ?

R.- Yo no tanto, porque aún tengo fe en las instituciones. Pero sí le puedo decir que tengo un gran número de compañeros que de momento guardan muchas reservas sobre nosotros porque temen ser abandonados a merced de los ‘caimanes’. Y esa percepción, aunque sea subjetiva, si existe es que es sintomática de algo.

 

 

 

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