Ministerio de Igualdad

Policías expertos en violencia sexual responden a Montero: «Volver a casa sola y borracha es ponerse en riesgo»

Irene Montero altos cargos
Irene Montero, en el Congreso.
Pelayo Barro

Policías expertos en delitos de agresiones sexuales y conductas violentas muestran su incredulidad con los llamamientos del Ministerio del Igualdad de Irene Montero reclamando que cualquier mujer pueda volver a casa «sola y borracha». Un lema de bandera del nuevo feminismo. Se trata, dicen, de «dos de las principales conductas de riesgo» en cualquier delito de violencia nocturna.

«Llevamos décadas repitiendo en colegios y organizaciones juveniles que por la noche hay que extremar la precaución, que hay que evitar situaciones de riesgo porque en cada esquina te puede esperar un ‘malo’, que abundan de noche. Y que hay que evitar volver a casa solo, hombres y mujeres, y mucho menos con síntomas de  intoxicación etílica. Son dos de los factores que están detrás de la mayoría de las víctimas de agresiones, físicas y sexuales, y de robos». Así lo explican a OKDIARIO fuentes policiales con amplia experiencia en al lucha contra este tipo de delitos violentos.

Entre la plantilla profesional de policías y guardias civiles se ha asumido con incredulidad los planteamientos que ha hecho públicos el Ministerio de Igualdad de cara a las manifestaciones feministas del 8-M, en el que hacen mención a ese «sola y borracha»:

Se trata de uno de los cánticos popularizados en las concentraciones en protesta por la sentencia del juicio a La Manada, cuando en abril de 2018 la Audiencia Provincial de Navarra condenó a los cinco acusados a nueve años de cárcel por abuso sexual. Una pena que el Supremo acabó elevando  a 15 años de cárcel al entender que sí había existido violación. No obstante, el lema en sí no deja de resultar chocante viniendo de una cuenta oficial.

«La mayoría de las actuaciones nocturnas para atender a víctimas por violencia, física o sexual, tienen estos componentes detrás. Además, es difícil entender cómo desde el Gobierno se frivoliza con el consumo de alcohol, el problema de salud pública más extendido entre los jóvenes y una auténtica lacra en según qué sectores poblacionales y estratos sociales. Es una irresponsabilidad se mire por donde se mire», advierten estas fuentes policiales a OKDIARIO. «Se echa por suelo muchas horas de esfuerzo y trabajo de concienciación a los jóvenes», concluyen.

De hecho, estas recomendaciones pueden encontrarse en muchos de los folletos que se reparten en localidades de toda España antes de una fiestas locales. En las últimas fiestas de Bilbao, por ejemplo, la Ertzaintza distribuyó una serie de consejos de seguridad para evitar agresiones sexuales, entre los que incluían «no transitar solas por la calle». Una recomendación que fue ampliamente criticado por asociaciones feministas radicales, que aseguraban que se estaba «responsabilizando a las mujeres» de los delitos de los que son víctimas. La Ertzaintza respondió que los consejos tan sólo eran herramientas «para que puedan ejercer esa libertad con seguridad».

La nueva Ley

El anteproyecto aprobado este martes en el Consejo de Ministros rebaja las penas, aunque sí podrán elevarse si concurren agravantes.

Asimismo, elimina la diferencia entre abuso y agresión y tipifica como delito leve el llamado «acoso callejero». La piedra angular del texto es el consentimiento de la víctima, de forma que «se entenderá que no existe consentimiento cuando la víctima no haya manifestado libremente por actos exteriores concluyentes e inequívocos, conforme a las circunstancias concurrentes, su voluntad expresa de participar en el acto».

Sobre las penas, el anteproyecto castiga con prisión de 1 a 4 años toda agresión sexual, definida como «cualquier acto que atente contra la libertad sexual de otra persona sin su consentimiento». En el actual Código Penal, en el que se tipifica también el abuso de manera separada, se prevén de 1 a 5 años de cárcel o multas.

Además, para la violación -que requiere penetración- se contemplan penas de 4 a 10 años, aunque podrían llegar a los 12 si concurre agravante, como una relación de pareja. Si se dan dos agravantes, como el uso de armas o tratos degradantes o vejatorios, o agresiones grupales, puede llegar a los 15 años, la misma que ahora. La justificación que dan en el ministerio es que esto permite dar «más margen» para «precisar las circunstancias concurrentes al delito». Consideran, además, que el delito de violación no debe ser castigado con penas superiores al de homicidio (de 10 a 15 años).

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