Podemos rabia porque 14,2 millones de españoles leen OKDIARIO: «Son un cero»
Podemos continúa con su obsesión con OKDIARIO. ¿La última? Compartir en sus redes sociales una imagen en la que dice a sus seguidoras que si un chico es «un diez» pero su «fuente es OKDIARIO» entonces se convierte en «un cero».
De esta forma, la formación morada se atreve a insultar a los 14,2 millones de lectores que, según los datos del medidor oficial de audiencias ComScore, tuvo el periódico durante el pasado mes de septiembre. Una cifra récord de lectores que ha conseguido con apenas siete años de vida, adelantando así a un medio histórico como El Confidencial, que lleva en internet desde su nacimiento hace 21 años.
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Podemos ha compartido una serie de publicaciones en sus redes sociales donde advierten a sus seguidoras de que un chico, aunque a priori pueda parecer «un diez», si tiene determinados comportamientos, «se convierte en un cero».
Así, además de por leer OKDIARIO, también se convierten en «ceros» los hombres que dicen «si digo lo que pienso me llevan preso», los que «hablan mal a los camareros cuando estáis en un bar», los que preguntan por «tu body count» -término anglosajón para referirse al número de parejas sexuales que ha tenido alguien-, los que dicen «que si quieres un alquiler digno que te vayas a 40 km de tu trabajo porque no se puede tener todo», los que «dan patadas a su perro cuando no le hace caso», los que dice «que si no eres rico es porque tienes mentalidad de pobre» y los que «pasan fotos íntimas de su ex en el grupo de amigos de WhatsApp».
La inquina de Podemos con OKDIARIO viene de lejos por las numerosas exclusivas que este periódico ha ido sacando sobre la formación a lo largo de los años. El último episodio reseñable data de este mismo año, cuando OKDIARIO resultó absuelto de una demanda presentada por su ex líder, Pablo Iglesias, y por la ministra de Igualdad, Irene Montero.
El Juzgado de lo Penal nº 30 de Madrid absolvió el pasado mes de febrero al periodista de OKDIARIO Alejandro Entrambasaguas, denunciado por ambos por descubrir que llevaban a sus hijos a una guardería ilegal ubicada en el municipio madrileño de Galapagar.
El juez David Maman Benchimol entendió que «la actuación del acusado no constituyó un delito, pues ni los actos por sí mismos, ni por la forma en que fueron ejecutados, ni por su número, ni por el lapso temporal en que se realizaron permiten considerar la existencia de hostigamiento, aunque los mismos generasen una inquietud muy relevante tanto a la cuidadora como a los padres de los menores».