Sánchez necesitará aliarse con los independentistas para sacar adelante su «agenda común» con Podemos
Los líderes del PSOE y de Podemos, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, han acordado este martes crear equipos de trabajo con el objetivo de conformar, a partir de julio, una mayoría ‘del cambio’ que desaloje al Partido Popular del Gobierno. Lo cierto es que las cuentas siguen sin salir y la situación recuerda el ‘día de la marmota’.
Sánchez rechazó a los independentistas para llegar a acuerdos «mientras no cambien su apuesta por el referéndum», según dijo este martes, sin ser (o siendo) consciente de que los necesita para sumar en el Congreso. El secretario general del PSOE marcó el paso en la reunión con Iglesias asegurando que, de momento, no negociará una moción de censura contra los ‘populares’ porque «hoy no hay una mayoría clara», según afirmó el secretario de Organización, José Luis Ábalos.
Iglesias, dijo al respecto, que confía en que estas conversaciones sirvan para que en un futuro planteen juntos una moción para desalojar del poder al PP. El líder de Podemos quiere ganarse la confianza de Sánchez poco a poco y le dio hoy muestras de respetar su ritmo aunque su formación no lo comparta: «El PSOE tiene otro ritmo y tenemos que respetarlo».
«No sale casi nada adelante»
El objetivo de ambas formaciones es acordar una «agenda común» que ayude a mantener unida a la izquierda para desterrar las políticas de la derecha en el Congreso. A este equipo, Sánchez pretende sumar a Ciudadanos y ya apuntó que si hiciera falta nos reuniremos «por separado».
El líder de la formación naranja expresó este mismo martes que no veía muy oportuno el foro a tres e insistió en que las cuentas no salen: «Nosotros queremos diálogo, queremos hablar con el PSOE, con Podemos y con el Gobierno» porque si se excluye al Ejecutivo y al partido que más escaños tiene en el Congreso, advirtió Rivera, «no sale casi nada adelante».
Lo cierto es que para esta «agenda común» que busca Sánchez con la ayuda de Ciudadanos y de Podemos tendría que tener en la Cámara el voto a favor de los independentistas catalanes y de los proetarras de Bildu. Para imponer las políticas de izquierda y derogar la reforma laboral o subir el Salario Mínimo Interprofesional un 7% anual por ley, como quiere Iglesias, hacen falta más votos de los que sus formaciones disponen en la Cámara baja. Con todo y descartando al PNV y al PDeCAT, valdría una abstención de C’s para dejar en minoría al PP.
En la formación naranja son conscientes de que sin ellos no hay mayoría absoluta por ningún lado. «Básicamente, lo que pretende el secretario general del PSOE es bloquear cualquier diálogo con el Gobierno» e intentar poner en marcha otra moción de censura, dijo Rivera agregando que «ahí Ciudadanos no va a entrar».
En la tela de araña de Podemos
Sánchez no quiso dar la cara ante los periodistas después de la reunión mantenida con Iglesias, algo que sí hizo el de Podemos. El plantón a los medios y que saliera en su lugar el secretario de Organización, José Luis Ábalos, permitió todo tipo de interpretaciones.
«Sánchez no quiere darle tanta importancia a un encuentro que nosotros vemos con normalidad», señaló un diputado socialista minutos antes de la rueda de prensa de Ábalos. Finalmente, el secretario de Organización respondió que «es mejor que hable cuando termine todas las reuniones». Sánchez se reunirá este miércoles con Rivera y también con el líder de IU, Alberto Garzón, esta semana (todavía sin fecha concreta).
El líder del PSOE inicia así su «oposición de Estado». Un término que citó en la primera reunión del grupo parlamentario como secretario general tras el 39 Congreso Federal. Un grupo que todavía no se ha repuesto de los embistes internos entre bandos y muchos observan con preocupación la nueva deriva de Sánchez. «Espero que no se equivoque», señalan tímidamente fuentes socialistas, agregando que «hay que darle tiempo y dejarle hacer».
Iglesias cedió ante la moción de confianza y se mostró abiertamente dialogante con Sánchez dejándole tiempo y espacio. Eso sí, el líder de Podemos mostró sibilinamente las medidas por las que peleará este verano para que los equipos de trabajo las incluyan en esa «agenda común».
Entre las que destacan: «una Ley de subida del salario mínimo interprofesional que tome como ejemplo el Gobierno portugués y que consolide un aumento del 7 % cada año»; una posición común frente a la cifra del techo de gasto. Es decir, una cifra alternativa para 2018 y «poner también un suelo de ingresos»; medidas que refuercen la financiación de las pensiones a través de ingresos tributarios; un aumento de la prestación por hijo a cargo; un informe jurídico sobre el Tratado Comercial entre Canadá y la UE (CETA) y reformar la negociación colectiva.