Sánchez se salta sus propios estatutos del PSOE y presenta la moción sin preguntar a las bases
El secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, se ha saltado los estatutos del PSOE que él mismo reformó el pasado febrero al no consultar a su militancia por la moción de censura contra Mariano Rajoy. El artículo 479 del Reglamento Federal que desarrolla los estatutos del PSOE tras el 39º Congreso establece que «será obligatoria y vinculante la consulta a la militancia sobre asuntos de especial trascendencia», como bien podría ser esa moción.
Aunque esa consideración se la reserva el texto a «la Comisión Ejecutiva» y sostiene que se consultarán «acuerdos de Gobierno en los que sea parte el PSOE o sobre el sentido del voto en sesiones de investidura que supongan facilitar el Gobierno a otro partido político», lo que se colige es que o bien Sánchez ha ignorado el reglamento o bien no considera que la moción para tumbar a un Gobierno reúna ese carácter, lo que cuando menos resulta llamativo.
Los Estatutos Federales señalan en su artículo 53 que «las Comisiones Ejecutivas Federal, de nacionalidad o regionales, insulares, provinciales o municipales podrán convocar consultas a la militancia y la afiliación directa sobre aquellos asuntos de especial trascendencia que afecten a su ámbito territorial de actuación».
En este sentido, el ordenamiento interno que rige la vida del PSOE no fija entre los supuestos obligatorios para consultar una eventual moción de censura, dejando esa catalogación a la Ejecutiva. Así, dice que «un asunto de especial trascendencia» sería aquel que «la Comisión Ejecutiva correspondiente considere con suficiente entidad y notoriedad para consultar a la militancia la posición política del Partido».
También en el artículo 36 de los estatutos indica que esa «consulta será obligatoria sobre los acuerdos de gobierno en los que sea parte el PSOE o sobre el sentido del voto en sesiones de investidura que supongan facilitar el Gobierno a otro partido político».
Cuenta con los separatistas
Lo cierto es que el reglamento del PSOE obliga a celebrar consultas para decidir «acuerdos de Gobierno en los que sea parte el PSOE, sobre el sentido del voto en sesiones de investidura que supongan facilitar el gobierno a otro partido político y para decidir, en su caso, la revocación de los/as Secretarios/as Generales». Una disposición esta última especialmente introducida para evitar situaciones tan dantescas como la vivida en el del Comité Federal que supuso la salida de Pedro Sánchez de Ferraz. Pero establece que se consulte a los militantes.
El anuncio este viernes de que el PSOE interpondrá una moción contra Rajoy y que ha sido abordada por la Ejecutiva Federal no parece así que haya contado con el respeto debido a los estatutos, pero tampoco a las bases en las que se apoyó Sánchez para recuperar la secretaría general.
La secuencia de decisiones del líder socialista reflejan que o bien no concede la calificación de especial trascendencia a una acción que puede darle la vuelta a la política española (y en la que no descarta contar con el voto a favor de partidos que quieren romper España), o bien que ha optado por no pasar por el fielato de la militancia.