Duque se hace un photocall en el CNIO para probar su lucha contra el COVID-19 mientras le impide hacer test

Pedro Sánchez científicos
Pedro Duque en su visita al CNIO
Carlos Cuesta

El ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, ha visitado el Centor Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), el buque insignia de la investigación en España. Se ha hecho fotos dentro y fuera para demostrar que España se toma en serio la investigación y la lucha contra el coronavirus. Pero se ha olvidado, al salir, de un pequeño detalle: levantar el bloqueo que mantiene a que este centro pueda hacer test PCR.

Pese al photocall ministerial, lo cierto es que el CNIO es uno de los casi 300 centros y laboratorios con capacidad para hacer test PCR masivos que permanecen mano sobre mano porque el Gobierno de Pedro Sánchez lleva toda la pandemia sin homologarlos. Sólo el CNIO cuenta con máquinas PCR capaces de rebasar las 5.000 pruebas por día. Un potencial que sería interesante usar en caso de que, de veras, se quisiera gestionar la lucha contra el virus como los países con menor mortalidad: justo los que hacen más test.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) pide test masivos. La comunidad científica no deja de reclamar pruebas generalizadas antes de iniciar la desescalada. Pero el Ejecutivo socialcomunista ha decidido habilitar poco más de 50 centros-laboratorios -de los 350 que se le ofrecieron- para realizar test PCR. Eso sí, este lunes, el ministro Pedro Duque se paseó y se fotografió en uno de los mayores centros de investigación, centro que podría estar ayudando a detectar los focos de contagio pero que, por orden gubernamental, se ha dejado en barbecho a la espera de nadie sabe qué. Porque lo cierto es que no ha sido homologado para hacer PCR.

Pero, la verdad, es que Pedro Duque podrá seguir su ronda fotográfica: porque son casi 300 los centros en total que siguen sin lograr la habilitación pese a contar con máquinas de PCR, especialistas en la realización de estos test, y toda la infraestructura necesaria para realizar, al menos, entre 15.000 y 20.000 test diarios.

Ese colectivo sumaba de forma conjunta 350 centros-laboratorios que se ofrecieron el pasado 17 de marzo para hacer test PCR masivos a la población, tal y como exigía la OMS. Un total de 350 instalaciones entre las que se encontraban los centros de la red de centros SOMMa (25 centros de investigación y 23 unidades universitarias) y la CRUE (rectores de las universidades españolas, con sus 76 campus).

De ellos, poco más de 50, tras una larga pugna, han conseguido ser homologados por el Gobierno para hacer lo que saben hacer mejor que nadie. El resto sigue esperando: la homologación. O una visita ministerial para entrar en los archivos de algún photocall ministerial.

Duplicar la capacidad para hacer test

Ese arsenal de test habría permitido, con bastante probabilidad, llegar a duplicar la capacidad de realizar test en las fechas iniciales de la pandemia: los momentos en los que habría sido posible controlar la escalada de la mortalidad porque aún no se había producido el colapso sanitario.

Pero el ofrecimiento no fue atendido de inmediato por el Gobierno ni mucho menos. Y sólo en los últimos días se ha tenido en cuenta, y muy parcialmente, ese ofrecimiento de colaboración.

Hoy sabemos que esa parcialidad es tal que se ha desaprovechado la inmensa mayoría del potencial de test PCR que incluía el ofrecimiento. El ofrecimiento se hizo en su día al Ministerio de Sanidad, ISCIII y Ministerio de Ciencia e incluía la red de Centros SOMMa (25 centros de investigación y 23 unidades universitarias).

Una mano tendida que se sumaba a la de la CRUE Universidades españolas (con 76 universidades españolas, 50 públicas y 26 privadas, instituciones que acumulan más de 300 laboratorios).

Todo aquello ocurría un 17 de marzo, justo después de la manifestación feminista del 8-M y mientras se confirmaba la temeridad del Gobierno de haber permitido esa y otras movilizaciones, cuando el coronavirus ya se había colado con claridad en España.

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