Investidura Pedro Sánchez

Iglesias exige «proporcionalidad» en los ministerios según los votos

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha anunciado este viernes su decisión de renunciar a formar parte del Ejecutivo con Pedro Sánchez, aunque no su partido.

Podemos
Pablo Iglesias.
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

La renuncia de Pablo Iglesias a formar parte del Gobierno de Pedro Sánchez, para facilitar finalmente el acuerdo, no es gratuito. El partido reclamará «proporcionalidad» en los ministerios de ese futuro Ejecutivo de coalición. Y esa condición sí es inexcusable para Iglesias.

El propio líder de Podemos comunicó este viernes su paso atrás en un mensaje en su red social Twitter.

«España necesita ya un gobierno de coalición de izquierdas que asuma que los derechos sociales tienen que ser el eje de gobierno. El PSOE dice que el único escollo que evita ese gobierno soy yo. He estado reflexionando en estos días y no voy a ser la excusa para que el PSOE evite ese gobierno de coalición», asegura Iglesias.

A continuación, añade que su presencia en el Consejo de Ministros «no va a ser el problema siempre y cuando el PSOE asuma que no puede haber más vetos» y advierte: «La presencia de Unidas Podemos en el próximo gobierno tiene que ser proporcional a los votos, así como que la propuesta lógicamente la va a hacer Unidas Podemos». Iglesias asegura también que ya ha trasladado su oferta a Sánchez y que la pedido a Pablo Echenique «que traslade al PSOE nuestra voluntad de negociar ya un gobierno de coalición de izquierdas. Un acuerdo integral (programa y equipos), para sacar adelante la investidura la semana que viene».

Ese mensaje -la presencia proporcional a los votos- implica que Podemos cuente, si se respeta el actual organigrama, con cinco ministerios en el futuro Gobierno. Según los resultados del pasado 28 de abril, Unidas Podemos logró 3.732.929 votos (un 14,31%) frente a los 7.480.755 (28,68%) del PSOE. Es decir, la mitad. La diferencia en escaños, en cambio, fue muy superior: Sánchez cuenta con 123 e Iglesias con 42.

Ese matiz, por tanto, es fundamental para Podemos. La presencia del partido morado en el eventual Gobierno de coalición queda mucho más reforzada con la fórmula ideada por Iglesias: que sea proporcional de acuerdo a los votos, y no a los escaños en el Congreso.

La propuesta del líder de Podemos se produce el mismo día en que desde el PSOE y La Moncloa se habían abierto a aceptar a otros dirigentes de su partido, manteniendo el veto a Iglesias.

Oferta del PSOE

La portavoz en el Congreso, Adriana Lastra, abrió la puerta a la portavoz parlamentaria Irene Montero o al secretario de Acción Política Pablo Echenique, e insistió en que el «escollo»para un Ejecutivo de coalición es su líder.

Preguntada en varias ocasiones en Las mañanas de RNE, Lastra no negó la posibilidad de que otros miembros «reconocidos» de Podemos puedan formar parte del gabinete de Sánchez y reiteró el interés del PSOE en sacar adelante la investidura la próxima semana.

«Hablemos de la participación de otros miembros de Unidas Podemos reconocidos y de lo que le interesa a los españoles que no son los sillones», señaló la portavoz, sino otros asuntos como la derogación de la reforma laboral y la reforma de las pensiones.

En rueda posterior al Consejo de Ministros, la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, pidió a Iglesias que no «sacrifique» el «interés general» por su interés personal: «Ya aceptamos el Gobierno de coalición ¿o se pedía otra cosa?, se preguntó.

Celaá defendió el veto a Iglesias en el Gobierno porque la «tensión» ante entre ambas formaciones en el Gobierno sería diferente según estuviera el líder de Unidas Podemos o no. «No es lo mismo que en el interior de un Gobierno se produzca una discrepancia legítima con miembros de otra fuerza que con el líder de la misma, los resultados suelen ser diferentes», afirmó.

Además, puso de ejemplo otros gobiernos de coalición donde los líderes políticos «no suelen querer entrar» a gobernar, como en el País Vasco, porque así pueden «tener la libertad para mantener sus pretensiones y sus legítimas discrepancias, para mantenerse libres y no tener subordinada totalmente a la fuerza política al consenso de un acuerdo del Consejo de Ministros».

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