Los Mossos espiaron a legionarios, Hazte Oír y Barcelona por la Selección como grupos fascistas

Mossos
Mossos d'Esquadra. Foto: Efe
Carlos Cuesta

Los Mossos d’Esquadra justificaron un amplio dispositivo de espionaje político a grupos no nacionalistas por una supuesta amenaza fascista en Cataluña. Destinaron recursos de la lucha antiyihadista y alteraron seguimientos contra colectivos de alta peligrosidad. Y lo hicieron justificando el peligro de un supuesto auge de la extrema derecha. Lo cierto es que bajo ese paraguas los Mossos llevaron a cambio espionajes a grupos como Hazte Oír, Barcelona por la Selección, la publicación Dolça Catalunya o la Hermandad de Caballeros Legionarios. Y no era obviamente por su peligrosidad, sino porque se significaron como grupos no nacionalistas y combativos frente al separatismo creciente e impuesto desde la Generalitat.

Los seguimientos aparecen recogidos en la documentación incautada por la Policía Nacional a los Mossos tras el 1-O. Y en el detalle de las operaciones de espionaje se puede ver cómo los Mossos mezclaron grupos de diferente identidad para dar la sensación de que todos esos colectivos o asociaciones formaban parte de un todo de extrema derecha. Así, se mezcló Plataforma por Cataluña –que los propios informes de la Policía señalan en sus notas como “partido de extrema derecha”– con Sociedad Civil Catalana, la Hermandad de Antiguos Miembros de la Legión Española, o la misma Barcelona por la Selección –agrupación que defendía poder ver los partidos de la España en pantallas en espacios públicos y que fue atacada por separatistas-.

Se mezcló en la investigación a Democracia Nacional -se presenta en la coalición ADÑ a las próximas elecciones europeas junto con Falange- y Democracia Nacional Joven, con Hazte Oír o Somatemps. Incluso se metieron en el combinado anotaciones sobre un medio crítico con el separatismo como Dolça Catalunya.

Amenaza fascista

Todo con tal de vestir una supuesta amenaza que realmente abría la puerta a los Mossos a investigar a colectivos que coincidían en actos contrarios al separatismo con otros colectivos con los que no tenían nada que ver.
Y es que el diseño de los equipos afectó incluso a los operativos de control de los Mossos d’Esquadra centrados en la lucha antiyihadista. La justificación para destinar estos efectivos fue igualmente peregrina: “Son dos tendencias que comparten el objetivo de polarizar la sociedad y en cierto modo se retroalimentan».

Los Mossos d’Esquadra destinaron, de este modo, recursos de la lucha antiyihadista para defender a Cataluña de una supuesta amenaza fascista. Con este argumento, la policía autonómica dedicó recursos para formar a policías locales en procedimientos sistematizados para prevenir y detectar procesos de radicalización no sólo islamista, también xenófoba. Este protocolo se denomina PRODERAE. En una entrevista con la ANC, el jefe de la Unidad de Radicalizaciones los Mossos aseguró que desde el cuerpo “tenemos muy claro que son dos tendencias que comparten el objetivo de polarizar la sociedad y en cierto modo se retroalimentan”.

Fuentes de los propios Mossos señalan que la decisión despertó en su momento ya serias dudas. Y es que argumentar que la extrema derecha catalizaba de algún modo con el yihadismo sonaba cuando menos un tanto extraño. Fuentes policiales consultadas por OKDIARIO han destacado que aquel era un argumento literalmente “comprado a los yihadistas, que aseguraban que era la extrema derecha la que les instigaba”.

Esas mismas fuentes señalan que la ampliación del objeto siempre sonó a estar imbuido de un interés político por demostrar que existía un avance de grupos fascistas. “Porque desde la óptica separatista, muchos de los movimientos de repulsa del nacionalismo eran identificados con la ultra derecha”, añaden esas fuentes.

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