Monika, el último caso de violencia machista, volvió a casa a por sus cosas y acabó acuchillada por su marido

Monika, una mujer búlgara que rondaba la treintena, se ha convertido en la última víctima mortal de la violencia de género. Su marido la asesinó presuntamente después de que ella acudiese al domicilio conyugal a recoger algunas pertenencias. La acuchilló, la lanzó al patio interior y se dirigió con los brazos ensangrentados a entregarse a la Guardia Civil. Ocurrió en Salas de los Infantes (Burgos).

Monika tenía 28 años, dos hijas pequeñas, era búlgara y llevaba una década viviendo en España. El pasado 26 de mayo concurrió a las elecciones municipales como candidata del PP, pero no salió elegida. Este lunes se convirtió en la víctima 1.004 de la violencia de género desde que existen registros. Y en la número 28 de lo que va de 2019.

El asesinato ocurrió en torno a las diez de la mañana en el municipio burgalés de Salas de los Infantes. La mujer, según ha sabido OKDIARIO de fuentes de su entorno, había acudido a la casa en la que vivía con su pareja para recoger algunas de sus pertenencias y documentos. El matrimonio había vivido una ruptura reciente.

Todavía no se saben las circunstancias exactas que rodearon a la muerte de Monika. Presuntamente, su marido le propinó múltiples puñaladas y acabó tirándola al patio interior por la ventana del domicilio. No murió en el acto. Sus voces pidiendo ayuda alertaron a varios vecinos, que trataron de socorrerla sin éxito. Cuando llegaron las asistencias sanitarias solo pudieron certificar su muerte.

El asesinato ha conmocionado a toda la localidad, que no llega a los 2.000 habitantes. El presunto asesino de Monika, su marido Biser, se paseó por el pueblo rumbo al cuartel de la Guardia Civil. Recorrió los poco más de 300 metros que separan su domicilio del acuartelamiento “con las manos ensangrentadas”, cuentan testigos presenciales, y se entregó.

Denuncia retirada

El presunto asesino tenía diez años más que ella. Trabajaba para el ayuntamiento a través de una empresa de colocación, aunque estaba de baja por un problema cardiaco (había sufrido tres infartos). No tenía antecedentes oficiales por violencia, aunque en 2011 ya había agredido a Monika. Sin embargo, ella decidió retirar la denuncia. Estaba ‘limpio’, según ha confirmado el subdelegado del Gobierno en Burgos, Pedro de la Fuente.

Dos días antes del asesinato había publicado una foto del pasado junto a su mujer con la frase «mi princesa». Pese a la separación del matrimonio, el perfil en redes sociales de Monika continúa lleno de fotos con su marido con adornos románticos de corazones.

Los problemas que había tenido el matrimonio habían provocado que recientemente Monika y sus dos hijas, de 12 y 14 años, se hubiesen mudado a otro pueblo. A San Leonardo de Yagüe, a apenas 30 kilómetros de distancia.

Incendio

Por otra parte, hace escasos días ya saltaron las alarmas. La casa donde convivían antes de la separación salió ardiendo. Según ha podido saber este diario, con las dos hijos presentes, el abuelo echó al padre del piso y este la tomó con el edificio: prendió este bloque ubicado en la plaza del pueblo sobre los bares más frecuentados del municipio.

A Monika, cuentan vecinos del pueblo a OKDIARIO, la quería todo el pueblo. «Era un sol de mujer», aseguran abatidos compañeros de trabajo. Trabajaba en el supermercado del pueblo y estaba integrada en la vida pública salense, desde la política hasta la vida de la parroquia.