Despilfarro

Moncloa se atasca en sus ocurrencias: ahora no sabe cómo gastar 18 millones en «entornos saludables»

Moncloa entornos saludables
El millonario programa de «entornos saludables» fue encomendado por el Gobierno de Sánchez al ministerio de Sanidad, que dirige José Manuel Miñones
Roberto Pérez
  • Roberto Pérez
  • Periodista y licenciado en Ciencias Políticas. Especialista en sector público, economía política y presupuestaria, e instituciones político-administrativas. Trabajó para Agencia Efe y Cope, ejerció durante más de 20 años en ABC -etapa que incluyó el ejercicio temporal de la corresponsalía de Nueva York- y actualmente es subdirector de OKDIARIO.

El programa del Gobierno para gastar los fondos que ha recibido de la UE para apuntalar la remontada tras la crisis del Covid está salpicado de ocurrencias. Lo ha criticado con insistencia la oposición, mientras Bruselas sigue sin saber a ciencia cierta en qué ha gastado España esa extraordinaria inyección presupuestaria. Pero dedicar una parte de esos fondos a ocurrencias ha sido sólo la primera parte de la accidentada ejecución de los fondos europeos, porque a eso se ha sumado la incapacidad del Gobierno para encontrar entidades y proyectos en los que consumir ese dinero público. Está ocurriendo con los 18,4 millones de euros que Moncloa consignó para crear «entornos saludables» en los municipios, según el expediente oficial al que ha tenido acceso OKDIARIO.

Año y medio después de aprobar tan peculiar gasto, el Gobierno del PSOE y Podemos dice que no ha logrado «poner a punto las herramientas de gestión». Éste es el argumento oficial con el que excusa que el plan haya acabado en fiasco y que haya tenido que darse una prórroga para gastar apresuradamente la millonaria cantidad de dinero público que no encuentra destino práctico.

Fue el 4 de diciembre de 2021 cuando el Gobierno decidió, por decreto, dar esos 18,4 millones de euros a la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Se los asignó a dedo a esta organización controlada también por el PSOE, que preside el socialista Abel Caballero, alcalde de Vigo.

Gastos multiplicados

Moncloa encomendó esos 18,4 millones de euros al Ministerio de Sanidad. Éste, en vez de lanzar una convocatoria pública para repartir esos fondos a los ayuntamientos interesados, prefirió dárselos a la FEMP para que hiciera de intermediaria. Cuantos más intermediarios, más gastos de gestión en los que dejar dinero por el camino.

Cuando trascendió ese decreto para consumir en «entornos saludables» municipales 18,4 millones de euros de fondos anticrisis recibidos por Moncloa, no tardaron en surgir voces críticas desde la oposición. Fue el caso del portavoz del PP en la FEMP, el alcalde de Zaragoza que el pasado domingo ganó las elecciones para el Gobierno de Aragón, Jorge Azcón. Cuestionó que se gastara tal cantidad de fondos europeos en ese tipo de acciones, en vez de concentrar el esfuerzo presupuestario en prioridades de mayor impacto social y económico para los municipios. Y, además, criticó el mecanismo elegido por el Gobierno para gestionar esos fondos.

Ahora, año y medio después, el Gobierno confiesa que ha sido incapaz de que esos fondos se hayan gastado en su ingenio de «entornos saludables». Entre el Ministerio de Sanidad y la FEMP, el asunto ha acabado en fiasco. Se ordenó la transferencia de ese dinero a la FEMP a través de tres convenios que el Ministerio de Sanidad firmó con esa entidad.

Más plazo para gastar

Moncloa estableció que las intervenciones financiadas con esos 18,4 millones de euros debían estar realizadas antes del 1 de agosto de este 2023. Pero, como el fiasco es total, por falta de proyectos ejecutados, el Ministerio de Sanidad acaba de dictar otro decreto por el que amplía el plazo hasta el 31 de diciembre. Y permitirá a la FEMP que pueda presentar la documentación justificativa de los gastos hasta el 31 de marzo de 2024.

En el decreto que ha firmado el ministro José Manuel Miñones justifica el fiasco por razones supuestamente técnicas. En cualquier caso, es una autodeclaración de incapacidad para gestionar esa ocurrencia de los 18,4 millones de euros para «entornos saludables». El decreto de Miñones pretende edulcorar el fracaso asegurando que «en la gestión de la subvención se han identificado algunas dificultades para ejecutar la totalidad de la inversión en los plazos señalados, debido a la puesta a punto de las herramientas de soporte precisas para su gestión». «Puesta a punto» de «herramientas» un año y medio después de haber anunciado las inversiones.

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