26 ANIVERSARIO DE MIGUEL ÁNGEL BLANCO

Miembros de Bildu, socio de Sánchez, visitaron en prisión a uno de los asesinos de Miguel Ángel Blanco

Miguel Ángel Blanco
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Paula Baena

El 12 de julio de 1997 ETA asesinó a Miguel Ángel Blanco, concejal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Ermua, pegándole un tiro en la nuca después de dos días de agónico secuestro. Cuando se cumplen 26 años del execrable crimen que conmocionó a toda España, el Gobierno de la Nación, liderado por Pedro Sánchez, ha dejado en manos de Bildu la gobernabilidad del país. Una formación con la que ha pactado más de una veintena de leyes y cuyos miembros simpatizan con los asesinos de la banda terrorista, hasta el punto de visitarles en prisión, como hicieron en junio de 2020, cuando dos de sus miembros visitaron al etarra Ibon Muñoa Arrizmendiarreta en la cárcel de Córdoba, donde este cumplía condena.

Poco después de ese encuentro, en octubre de ese mismo año, este ex edil de Herri Batasuna, que espió e hizo seguimientos a Miguel Ángel Blanco y que alojó en su casa a los asesinos del comando que mató al concejal, salía de la cárcel después de cumplir 20 años en prisión, menos de dos tercios de la pena.

Ibon Muñoa fue condenado en 2003 por la Audiencia Nacional a 33 años de prisión como cómplice del secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco. En la sentencia se consideró probado que este etarra alojó en su casa y ofreció su vehículo a los autores materiales del crimen, Irantzu Gallastegui AmaiaFrancisco Javier García Gaztelu Txapote José Luis Geresta Oker, integrantes del comando Donosti de ETA.

En el juicio contra Ibon Muñoa en 2003 por el asesinato de Miguel Ángel Blanco a manos de ETA, al final de la vista, el padre de la víctima se levantó y le gritó al ex concejal de Batasuna en Eibar: «¡Hijo de puta, cabrón, asesino, soy el padre de Miguel Ángel Blanco y has matado a mi hijo!».

«Estoy contenta porque por fin, después de seis años, se va a hacer justicia del secuestro y posterior asesinato de mi hermano y estoy deseando que esta gentuza lo pague y lo pague con creces porque a mí, desde luego, me han hecho muchísimo daño. Les deseo lo peor, que les caigan los más años posibles», afirmaba Mari Mar Blanco, hermana del concejal, al término de la primera sesión del juicio.

Visitas de Bildu a etarras en prisión

Además de con Ibon Muñoa, estos dos miembros de Bildu se encontraron en la cárcel de Córdoba también con los etarras José Ignacio Alonso Rubio, Gorka Vidal Álvaro, Xabier Pérez Aldunate, Igor Portu Juarena y Javier Gallaga Ruiz.

Desde unas semanas antes del secuestro de Txapote, Amaia y Oker se habían instalado en un piso del entresuelo del número 2 bis de la calle Arragüeta de Eibar (Guipúzcoa). Su propietario, el colaborador de la banda Ibon Muñoa, les había facilitado un juego de llaves de la vivienda y un Fiat de color gris con matrícula de San Sebastián para perpetrar el secuestro.

El comando fracasó en un primer intento de secuestro el 9 de julio, pero no erraron un día después. La etarra Amaia lo abordó con pistola en mano en plena calle y lo introdujo en el automóvil que conducía Txapote. A las 18.30 reivindicaron el secuestro en una llamada a la emisora de Egin con un fatídico mensaje: si antes de las 16:00 horas del sábado 12 de julio el Gobierno no trasladaba a los presos de ETA a cárceles vascas, sería asesinado. El cadáver fue encontrado en una zona despoblaba de Lasarte.

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