El menú de Navidad de los golpistas en la cárcel: sopa, cordero, cerveza y timbal de verduras para los veganos
Sopa con carne, cordero al horno con patatas panadera de segundo y de postre, surtido de dulces típicos navideños. Para beber, una cerveza sin alcohol. Es el menú de Navidad que disfrutarán los dirigentes independentistas en la prisión de Lledoners (Barcelona), de acuerdo a la información facilitada a OKDIARIO.
Los siete presos independentistas -Oriol Junqueras, Raül Romeva, Joaquim Forn, Josep Rull, Jordi Sànchez, Jordi Turull y Jordi Cuixart, imputados por el referéndum ilegal del 1 de octubre – también podrán decantarse por una opción vegetariana, compuesta, en este caso, por sopa de verdura con setas y timbal de verduras.
Los centros penitenciarios de toda España -las competencias de Prisiones en Cataluña están transferidas a la Generalitat- realizan un esfuerzo en Navidad para que sus internos puedan disfrutar de un menú más elaborado del habitual.
Cataluña -con quince cárceles- es la segunda región con el presupuesto más alto para prisiones, con 8.810 millones de euros anuales, por delante de Madrid. Si el gasto en el menú para un día corriente suele ser de unos 3,5 euros, en estas fechas significativas tranquilamente se duplica.
En las próximas horas se espera que los cuatro de los presos secesionistas -Turull, Forn, Rull y Sànchez- que el jueves abandonaron la huelga de hambre que llevaban a cabo desde hacía veinte días puedan incorporarse ya a la vida ordinaria del centro.
Los cuatro permanecen aún en observación en el Hospital de Tarrasa, siguiendo el protocolo habitual en estos casos para la implantación paulatina de una dieta sólida, aunque su estado es bueno, según se ha informado en los últimos días.
Privilegios en prisión
Los dirigentes independentistas fueron trasladados a la prisión de Lledoners el pasado julio. Desde entonces, han trascendido numerosos detalles de su vida en la cárcel, y también los privilegios que disfrutan en su día a día.
Como reveló este periódico, los golpistas encarcelados en la prisión barcelonesa disfrutan de «flexibilidad horaria» en sus visitas y actividades en relación al resto de reos. Es decir, pueden disponer de más minutos para sus visitas, comunicaciones en el locutorio o actividades lúdicas, así como sus estancias en el patio. Los presos duermen en celdas individuales, compartiendo espacio con presos que no han cometido delitos de sangre.
La cárcel de Lledoners fue inaugurada en 2008 por el entonces presidente de la Generalitat, José Montilla, y en la actualidad acoge a unos 700 presos, aunque tiene capacidad para un total de 929 reclusos. Se trata de uno de los penales más modernos del país, y destaca por ensayar un modelo penitenciario más amable para los reclusos, con interfonos y duchas en las celdas y un programa pionero de integración de la vida en prisión para fomentar la convivencia.
Los presos pueden participar en varias comisiones -cultura, deportes y ocio, servicios y medio ambiente y convivencia- y proponer distintas actividades a la dirección del centro, como iniciativas ambientales, deportivas o de ocio, o incluso reivindicaciones «laborales» o de protesta por los precios del economato.
La llegada de los presos secesionistas alteró la vida de esta prisión, obligando a varios reclusos a un traslado de módulo. Del penal han trascendido también las quejas porque los independentistas han «colapsado» el departamento de Comunicaciones, donde reciben sus visitas y que la dirección ha reforzado con más personal.
Los dirigentes golpistas reciben diariamente las visitas de sus abogados, médicos y también de dirigentes políticos. Así, cabe recordar por ejemplo, la que el pasado octubre realizó el líder de Podemos, Pablo Iglesias, con la intención de lograr apoyo a los Presupuestos. Iglesias gozó de un trato vip, pudiendo entrevistarse con los encarcelados sin limitación de tiempo y sin cristal de por medio.
Asimismo, durante los días en que duró la huelga de hambre, los golpistas recibieron asesoramiento médico externo, algo que, según fuentes penitenciarias, es «insólito». El equipo, dirigido por el presidente del Colegio de Médicos de Barcelona, Jaume Padrós, les facilitaba en sus encuentros batidos de proteínas para completar la ingesta de líquidos.