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Margallo: «Sánchez irá a por todo el poder, es una mezcla de marxismo y el terror de Robespierre»

Sostiene que Sánchez y sus socios "van a plebiscitar el Estatuto y seguir infiltrándose en el Constitucional"

"El objetivo que tienen no es sacar a Euskadi y Cataluña de España, sino a España de Euskadi y Cataluña", avisa

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Segundo Sanz

España, terra incognita. El asedio a la democracia (Editorial Almuzara) es el nuevo libro publicado por el ex ministro de Exteriores José Manuel García Margallo junto al economista Fernando Eguidazu. Un ensayo de pensamiento político que rebate el idílico panorama que dibujó el jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, en su última obra, titulada Tierra firme. Así, el ex jefe de la diplomacia española aborda en esta entrevista con OKDIARIO la incertidumbre a la que Sánchez conduce al país, con la amenaza por parte del jefe del Gobierno de asaltar el Poder Judicial y amordazar a la prensa libre. Todo ello después de un amago de dimisión y cinco días de reflexión en La Moncloa.

PREGUNTA.- Todo el mundo ha interpretado que habrá una reforma del Poder Judicial que Sánchez ha decidido en solitario.

RESPUESTA.- Va a ir a por todo lo que le obstaculice en su poder. Es decir, todo el poder para el pueblo es esto. Es una mezcla de marxismo y la época del terror de Robespierre. Va a ir a por todo. No va a dejar un cuerpo especial que tenga poder, que pueda contraponerse a lo que él quiere que sea, sin ser atacado. Hará promociones internas, oposiciones sencillitas… Al final entrará a controlar las tripas del Estado.

P.- ¿Cree que la figura de la mujer del presidente del Gobierno debería de estar regulada en España, como ocurre en otros países?

R.- Con o sin regulación específica de la mujer del presidente, de lo que se está hablando es de hechos que pueden constituirse en un delito de tráfico de influencias. Es decir, que se reciben determinados patrocinios, determinadas ayudas por parte de la mujer del presidente de empresas que luego tienen ayudas públicas. Es claramente un caso que encajaría en tráfico de influencias. Falta por ver qué ha pasado con Venezuela, con el rescate de Air Europa, con el rescate de Plus Ultra, la visita aquí de la vicepresidenta del Gobierno venezolano, sin pasar por los controles de seguridad y sin que sus equipajes fuesen inspeccionados. Es decir, todo esto como mínimo merece una explicación. Yo no estoy diciendo que hay delito o que no lo hay, porque no soy juez y creo en la presunción de inocencia. Pero hombre, aquí hay humo y habrá que ver si hay fuego. ¿Es que aquí todo esto lo han montado Koldo y Ábalos? ¿Toda esta pirueta, con 11 ministerios, es culpa de Koldo y de Ábalos sin que nadie se enterase?

P.- Abordemos ahora el tema de Cataluña. ¿Cree que la amnistía servirá para garantizar la convivencia como sostiene el Gobierno?

R.- Yo creo que sirve exactamente para lo contrario. Es decir. Lo dijo la portavoz de Junts en el Congreso cuando la investidura: Ya no jugamos a cobrar pieza a pieza, ahora queremos el supermercado entero. No obstante, creo que no va a haber un referéndum. Esa es la única verdad que ha dicho Sánchez, porque no cabe en la Constitución y, sobre todo, porque no lo necesitan, porque es más barato hacer una reforma del Estatuto, como hizo Maragall en Cataluña o en el País Vasco.

Y el objetivo ahora se lo voy a decir de forma muy gráfica, ya no es sacar a Euskadi y Cataluña de España, sino a España de Euskadi y Cataluña. ¿Qué quiere decir eso? Que en ese Estatuto la legislación autonómica no va a permitir la menor infiltración de la legislación nacional, que la Administración catalana va a asumir todas las competencias del Estado. Que cuando haya un conflicto entre administraciones se resolverá en una mesa bilateral como si fuesen Estados internacionales. Que la Justicia dependerá de un Consejo del Poder Judicial propio que nombrará a los jueces que les van a juzgar. La Justicia terminará en el Tribunal Superior de Justicia. Y tendrán una Hacienda propia con la que recaudarán todos los impuestos y darán lo que tengan a bien, siempre con un límite al resto de la nación. Eso es una confederación de Estados asociados, eso no es una nación. Ellos van a hacer eso, van a plebiscitar el Estatuto en Cataluña, con lo cual ya está votado por los catalanes y se van a seguir infiltrando en el Tribunal Constitucional para que diga que eso es constitucional y se ha acabado la historia.

P.- Pese a la actitud de Sánchez, ¿ve posible un adelanto de las elecciones generales tras las catalanas y las europeas?

R.- No va a haber. Aquí hay un pacto. Esto me interesa explicar. El pacto que él hace con los nacionalistas es muy sencillo: Yo os apoyo a vosotros en las llamadas nacionalidades históricas -no les ha salido Galicia-, pero todos vosotros me apoyáis a mí en Madrid. Allí se pueden matar, pero aquí todos tienen pupitre y, por tanto, nada que perder. Y si eso lo adobas además con el recuerdo de la Guerra Civil, con que pueden venir la derecha y la ultraderecha, con el No pasarán que han gritado en las calles… pues con esa polarización se asegura la fidelidad y la lealtad de todos los otros grupos. No va a haber adelanto electoral y no va a haber moción de censura.

P.- Se lo preguntaba porque en el libro se dice que el señor Puigdemont tiene la capacidad de derrocar a Sánchez.

R.- Claro que la tiene. Con siete votos. ¿Pero la va a ejercer? ¿A cambio de qué? Lo que sí puede hacer el señor Puigdemont es, si es primera fuerza independentista, exigir a las otras fuerzas independentistas que hagan una mayoría secesionista dándole a él la Presidencia. Y poner a Esquerra Republicana de Cataluña, a la CUP y a lo que necesitan de los comunes a decir que tenemos la gran oportunidad histórica de tener una mayoría independentista con una agenda muy clara: derecho a decidir, modificación del Estatuto, autodeterminación y poner a los otros partidos en una situación muy complicada. Porque ser traidor a la patria es muy complicado en este contexto. Esa es la política que ha conseguido el señor Sánchez. Por supuesto, PNV y Bildu en cuanto vean el movimiento que se haga en Cataluña lo van a seguir, porque no se pueden quedar atrás. Es decir, este es un juego que no tiene marcha atrás. Ése es el problema. Por eso, o la sociedad española es consciente de lo que está pasando y de a dónde vamos, a ese modelo constitucional por la puerta de atrás, o vamos a una democracia iliberal.

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