Margallo negocia con Felipe González la abstención del PSOE para evitar unas terceras elecciones
El ex presidente socialista Felipe González y el actual ministro de Exteriores José Manuel García Margallo planean una operación que dé solución a la investidura de un presidente del Gobierno tras las elecciones del próximo domingo, según ha podido saber este diario. «Se trata de un pacto para la abstención», aseguran fuentes conocedoras de las negociaciones, que también indican que en las conversaciones participan algunos miembros relevantes de la clase empresarial con el objetivo de que tras los próximos comicios el país no se vuelva a encontrar en una situación de bloqueo sin Gobierno.
Según las mismas fuentes, no se trata de la gran coalición que quiere Mariano Rajoy, en ningún caso el PSOE formaría Gobierno con el Partido Popular, sino de evitar terceras elecciones y facilitar la investidura. Eso sí, el felipismo exige unas condiciones, entre las que se encuentra que el presidente sea de consenso, del PP, si como auguran las encuestas es la fuerza más votada, o un independiente. En esta línea se dirigen las conversaciones que mantienen Margallo y González.
El candidato de Ciudadanos, Albert Rivera, fue el primero en señalar abiertamente que no se puede descartar la posibilidad de investir presidente a un diputado de consenso que no haya sido cabeza de lista para evitar terceras elecciones. «Si cualquiera de nosotros puede ser un escollo, hay que pensar fórmulas», dijo. A nadie se le escapa que el ciudadano también está en contacto con la clase empresarial y que su relación con Margallo se ha estrechado, incluso llegó a mentarlo públicamente como un posible candidato.
Según ha podido saber este diario, González y Margallo han tenido al menos dos cenas recientes en las que han tratado este asunto, algo que se empeñan en negar fuentes cercanas al ministro, aunque, por otro lado, sí reconocen la existencia de contactos entre ellos. «Nadie lo va a admitir antes de que se ponga una propuesta de acuerdo sobre la mesa», expresan fuentes conocedoras de la negociación. Las mismas apuntan que todo depende de los resultados electorales y que el felipismo justificaría la abstención en la investidura a favor de la lista más votada si no hay posible acuerdo de las distintas fuerzas. «No es un gran pacto como quiere el PP ni un pacto de programa de gobierno como se hizo con Ciudadanos», insisten, añadiendo que el gran mullidor entre los empresarios, PP y PSOE es Felipe González, quien no ha ocultado su rechazo a Podemos.
El PSOE se encuentra dividido entre los que están con los felipistas, partidarios de dejar que gobierne la lista más votada, y los que pactarían con Podemos que, aseguran, quita la línea roja del derecho a decidir. Esta última opción es justo lo que González y todo su círculo quiere evitar, la mayoría de los que en su tiempo de presidente y antes dirigieron el partido y las instituciones tanto a nivel nacional como autonómico. Consideran que una alianza con Podemos da poca confianza y tiene poco futuro. Además, Podemos es visto como una amenaza que intenta enterrar al Partido Socialista.
El ex presidente socialista no ha ocultado nunca su animadversión contra el partido de Pablo Iglesias, entre otros aspectos, por sus estrechos lazos con el Gobierno de Nicolás Maduro. Además, González ya se mostró en enero a favor de un Gobierno del PP con Ciudadanos «aupado gracias a la abstención del PSOE”. El domingo los socialistas se juegan la hegemonía de la izquierda en el país y en función de los resultados que obtengan habrá movimientos y puede desatarse una de sus peores crisis. Pedro Sánchez querrá pactar con Podemos si se mantiene como segunda fuerza, pero el felipismo también está haciendo sus deberes para evitarlo.