Manifestación 8M

El manifiesto del 8M más comunista que nunca: pide okupar pisos e inventa «abusos policiales»

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La marcha del 8 de marzo (8M) afín a Podemos y a Irene Montero, que transcurrirá entre Atocha y Colón, lanza un manifiesto más comunista que nunca. Abogan por «okupar edificios para las familias desahuciadas» y «defenderse ante los abusos policiales». El texto que firma la organización convocante, la Comisión 8M, pide «cambiar el sistema» porque vivimos en uno «patriarcal, racista, clasista y capitalista».

Esta manifestación lleva por título «Derechos para todas, todos los días». No se puede confundir con la protesta alternativa entre Cibeles y la Plaza de España que impulsa el Movimiento Feminista de Madrid y es partidario de las tesis de Carmen Calvo, ex vicepresidenta y responsable de la comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados. Esta segunda convocatoria centra su mensaje en pedir la abolición de la prostitución y criticar la Ley Trans de Irene Montero.

Las feministas que apoyan a Irene Montero, que previsiblemente contarán con más poder de convocatoria y a la que acudirán las ministras de Podemos, piden en su manifiesto, como ha consultado OKDIARIO, «cambiar el sistema». Cargan contra el capitalismo porque, sostienen, sólo genera «violencias» y «desigualdad». A pesar de que este sistema económico ha permitido el surgimiento de las clases medias y que los niveles de pobreza extrema sean mínimos en países como España, estas activistas son afines a las tesis del comunismo que ha fracasado allí donde se ha intentado implantar.

Ataques a Ayuso

Otro detalle que llama la atención del manifiesto son los múltiples ataques directos al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso (PP). Mientras no incluyen ni un solo reproche al Ejecutivo de Pedro Sánchez, la Comunidad de Madrid aparece hasta tres veces.

«Se busca deslegitimar y criminalizar a los colectivos, asociaciones y personas que, desde los feminismos, plantean una alternativa radical al modelo basado en el individualismo, el consumismo y la privatización que impera hoy especialmente en la Comunidad de Madrid», indican.

«Ante las agresiones de la extrema derecha, ante las políticas del sálvese quien pueda de la Comunidad de Madrid, que ni siquiera ejecuta el escaso presupuesto destinado a combatir las violencias machistas; ante el retroceso en derechos y libertades y el clima casi irrespirable; ante el aumento de la violencia, la misoginia, el sexismo y la LGTBIfobia, las feministas salimos hoy a las calles para visibilizar juntas la fuerza y diversidad del feminismo y nuestra potencia transformadora», prosiguen. También critican una supuesta «exclusión sanitaria de las personas migrante» o «los cierres de espacios de igualdad y los desalojos de centros sociales [okupados]».

«Clima irrespirable»

«El año pasado se prohibieron las manifestaciones del 8M en la Comunidad de Madrid. Hoy el Tribunal Constitucional ha admitido a trámite, de momento, tres de los recursos que interpusimos ante la prohibición, confirmando que existen indicios claros de que se vulneraron derechos fundamentales», protestan.

8M
Pablo Iglesias en un huelga de mujeres por el 8M. (Foto. Podemos)

Del mismo modo, se erigen como defensoras de la Sanidad y Educación públicas. «Exigimos una educación pública, universal, gratuita y de calidad. Una educación sexual y afectiva que abrace y celebre todas nuestras identidades y opciones sexuales (…); que abandone el paradigma androcéntrico, extractivista, eurocéntrico y colonial; que celebre y fomente la riqueza lingüística y cultural del Estado español y que incluya de manera efectiva la diversidad funcional».

«Exigimos una Sanidad pública, universal, gratuita y de calidad, que remunere y valore adecuadamente a quienes trabajan en ella, ocupen el puesto que ocupen. Pero una sanidad que garantice el derecho al aborto; libre de violencia obstétrica; que garantice todos los derechos reproductivos; que ponga la salud de las trabajadoras por encima de los intereses de las empresas». «Nuestra salud es incompatible con la violencia que ejerce el ‘mercado’ de trabajo, en complicidad con el mercado de la vivienda, sobre nuestros cuerpos, corazones y mentes», apostillan.

«Nosotras, las feministas, las mujeres precarizadas, empobrecidas y violentadas; disidentes de sexo, género y expresión de género; migradas y racializadas; gordas, discas [discapacitadas], menores, dependientes, defendemos derechos para todas, todos los días», concluyen.

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