La madre del español muerto en la sala Bataclán sobre los yihadistas: «Que se pudran en la cárcel»
Cristina Garrido, madre del español asesinado en la Sala Bataclán de París en los atentados cometidos el 13 de noviembre de 2015 en la capital francesa, ha mostrado este martes su disposición a hablar con los yihadistas presos, aunque les ha deseado «que se pudran en la cárcel».
Ha recordado que su hijo, Juan Alberto González Garrido, que era ingeniero industrial, fue asesinado cuando tenía 29 años en la Sala Bataclán: se encontraba asistiendo a un concierto de música en París, donde vivía con su mujer, que resultó herida.
«De repente se te rompe la vida porque se va una parte de ti y tengo que seguir adelante por mi otra hija, pero ya sin ilusiones y sin hacer planes», ha comentado Cristina Garrido.
Garrido ha participado en el curso de verano de la Universidad Complutense de Madrid sobre ‘Cómo prevenir la radicalización yihadista’, celebrado en San Lorenzo de El Escorial (Madrid), con la colaboración de la Fundación Víctimas del Terrorismo y el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo.
Ha añadido que «los terroristas son unos malditos asesinos que se tienen que pudrir en la cárcel y cumplir íntegramente las condenas que les impongan los jueces», y ha apostillado: «No contemplo el perdón, no tengo por qué perdonarles porque sabían lo que estaban haciendo, matar a noventa personas en la Sala Bataclán».
Cristina Garrido ha sido preguntada por un policía asistente al curso si estaría preparada para exponer su testimonio a los yihadistas que se encuentran presos en relación con estos hechos para que estos se enfrenten a esta realidad y sean conscientes del dolor que han causado.
«No tendría problema porque les diría la verdad de cómo me siento y de hecho tengo previsto ir al juicio a París para ver al asesino y a los demás acusados para ver si puedo hablar con ellos y decirles que lo que hicieron no ha servido para nada, solo para matar a cientos de personas y que son unos asesinos», ha subrayado Cristina Garrido, que ha insistido: «No me importaría echármelos a la cara».