Amnistía

Junts pide incluir a la condenada por corrupción Laura Borrás en la ley de amnistía pactada con Sánchez

Laura Borrás
Laura Borrás.
Joan Guirado

Los hechos delictivos por los cuales fue condenada se produjeron antes del golpe separatista de 2017. Cuando ni tan siquiera había dado el salto a la primera línea política y desempeñaba su labor profesional en la Institución de las Letras Catalanas. Entre 2013 y 2017. Pero a Junts no le importa y quiere incluir a la presidenta del partido, Laura Borrás, en la ley de amnistía que ha pactado con Pedro Sánchez.

De esta forma, si el PSOE acepta, quedarán en el olvido los delitos de falsedad en documento oficial y prevaricación administrativa que cometió para favorecer a un amigo y  por los que fue condena a 4 años y medio de cárcel, 13 de inhabilitación y al pago de una multa de 36.000 euros.

La portavoz de Junts en el Congreso de los Diputados, Míriam Nogueras, ha avanzado este sábado que la ley de amnistía que exige su partido para apoyar la investidura de Pedro Sánchez incluya también a Borrás. La considera víctima de la actuación judicial del Estado contra los independentistas, a pesar de que sus causas nada tuvieron que ver con el referéndum, sino con irregularidades administrativas. Borrás ha recurrido su condena al Tribunal Supremo y está pendiente de la decisión.

A Borrás, que siempre ha sostenido que no había cometido ningún delito y que su investigación formaba parte de «la causa general contra el independentismo», no le sirve el indulto, que implicaría el reconocimiento implícito de la culpabilidad.

Por ello, tras mover al PSOE hacia la amnistía, se ha convertido en la principal defensora de cualquier tipo de acuerdo con Sánchez que en su etapa de portavoz en el Congreso rechazaba con determinación, hasta el punto de acusar a ERC de «traidores». Consciente de que dicha amnistía es lo único que la puede salvar de la cárcel, el cambio de postura de Borrás fue clave en el giro de Junts para hacer presidenta a Francina Armengol.

Que lo de Laura Borrás no tiene nada que ver con el procés y el independentismo no únicamente lo deja claro la sentencia condenatoria del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. También lo tuvieron claro ERC y la CUP, sus principales socios separatistas, cuando le obligaron a cumplir con el reglamento del Parlament y dimitir como presidenta de la Cámara a las pocas horas de ser condenada. Un hecho que causó un profundo malestar en Junts y que evidenció el poder de influencia de Borrás en la formación, que consultó a sus bases si debían romper el pacto de Govern con ERC. El ala dura de JxCat, comandada por la ex presidenta del Parlament, se impuso a los posibilistas herederos de Convergencia que defendían seguir gobernando con Pere Aragonés.

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