Entrevista al director del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO)

José Luis Olivera: «La comunidad islámica en España colabora con nosotros, tenemos relación»

José Luis Olivera
José Luis Olivera

P.- Hasta el momento, desde el 11M, España ha sorteado la amenaza terrorista. ¿Esto es porque estamos mejor preparados?, ¿es porque estamos menos expuestos en el tablero internacional?, ¿es porque hemos tenido suerte?, ¿es por las tres cosas al mismo tiempo?…

R.- Es un cúmulo de las tres cosas. Nosotros venimos ya de una experiencia terrorista. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tienen una preparación, una experiencia. Podemos, incluso, aportar a la comunidad internacional nuestra metodología, nuestras prácticas, para luchar contra un fenómeno terrorista, que es diferente o distinto, pero que no deja de ser un fenómeno terrorista. Tenemos unas Fuerzas de Seguridad acostumbradas, tenemos unos planes específicos de lucha contra el terrorismo y tenemos una sociedad que, también, se ha acostumbrado a vivir con el terrorismo. Tenemos unos jueces y fiscales especialistas en lucha contra el terrorismo, del terrorismo de ETA antes y del yihadista ahora. Todo esto son un cúmulo de cuestiones que favorecen, como le he explicado antes, a poner esta valla un poquito más atrás y que lo podamos ir evitando.

P.- Pero usted ha dicho que la lucha contra ETA es diferente a la lucha contra el DAESH…

R.- Sí. Hay una diferencia fundamental: el terrorista de ETA planifica un atentado, lo estudia, selecciona a las personas que lo tienen que ejecutar, contra qué objetivos hay que realizarlo y mira todas las posibilidades de huida. El terrorista etarra no quiere morir en el atentado, se le necesita para otro atentado. El terrorismo yihadista no es así. El yihadismo tiene un adoctrinamiento previo, una radicalización importante y una idealización hacia ese atentado donde quiere morir, o debe morir. Su propia organización le exige prácticamente que muera en el atentado. Eso hace muchísimo más difícil la lucha.

P.- Pero usted, en alguna ocasión. me ha dicho que, por el contrario, ETA no tenía contacto con el crimen organizado, lo que hacía más difícil combatir contra ellos.

R.- Efectivamente. ETA no tenía conexión con el crimen organizado y procuró que nunca se le infiltrase elementos de crimen organizado. De hecho, no permitía a sus miembros acudir a lugares o relacionarse con individuos que pudieran estar con el crimen organizado. Trató de apartar el fenómeno de la droga de su organización, ni en su financiación ni en el consumo de estupefacientes dentro de ETA. Esto suponía la posibilidad fácil de que se le infiltrara por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. El DAESH es distinto. Yo me atrevería a decirle que, cuando reivindica un atentado, no sabe quién es el que ha cometido el atentado. Dice “yo reivindico el atentado, pero dígame usted el nombre de esos mártires”.

P.- De hecho, en los últimos atentados, el Reino Unido ha retrasado la filtración de los nombres de los terroristas.

R.- Indudablemente. Yo creo que la identidad de los terroristas tendría que circular entre los servicios de inteligencia. Desde el minuto uno, que se sepa para poder aportar información, todos estamos deseosos de aportar información. Pero, a los medios, habría que retrasarlo un poquito más. Se debería esperar. Y esto les demostraría que probablemente el Estado Islámico no sabe quiénes son los que han cometido el atentado.

P.- Claro, esa es otra cuestión. ¿Cómo es la estructura del DAESH? Mucha gente tenemos la sensación de que es un grupo terrorista que funciona, fundamentalmente, como fuente de inspiración a través de su propaganda.

R.- Propaganda, efectivamente. Tiene el núcleo duro, que está donde está, y luego tiene su aparato de propaganda y adoctrinamiento. Para hacerlo sencillo, tenemos: por un lado, los foreign terrorist fighters. Éstos quieren combatir en zona de conflicto y hacen todo lo posible por llegar. Se les adiestra, se les prepara para el combate y lo más fácil es que fallezcan allí; por otro lado, a veces, el terrorista desplazado se da cuenta de que se ha equivocado y quiere retornar. Esto es lo que ha pasado con muchos retornados frustrados. Por el hecho de retornar, está tipificado en el código penal y se les detiene; pero también tenemos la posibilidad de que el DAESH mande células operativas para atentar contra un país. Eso está monitorizado en todos los países. En España, todavía entendemos que no está muy desarrollada esta tipología. Sí que pueden existir los individuos que, desde una previa radicalización, van subiendo escalas hasta que llega al pleno convencimiento. Éstos son los que se conocen vulgarmente como “lobos solitarios”. Están en un país y, si tienen la necesidad o la oportunidad de poder cometer el atentado porque tenga los objetivos a su alcance, pueden llegar a hacerlo. Es aquí fundamental la labor preventiva que estamos haciendo en España. Cuando detectamos que se está adoctrinando en contacto con las campañas del DAESH, no se le deja ir más allá. Ahí se detiene y se le pone a disposición judicial. Luego, si los jueces lo consideran oportuno, se le ingresa en prisión. Estamos haciendo esa labor preventiva, trabajando la fase embrionaria. Es como coger la enfermedad desde el primer momento. Si dejamos a que haya metástasis, ya lo tenemos muy complicado. Pero si lo cogemos de forma embrionaria, podemos llegar a curar.

P.- ¿Cuántos sujetos tienen en vigilancia en España?

R.- Eso no se lo puedo decir.

P.- Tampoco el número de efectivos, ¿Cuántos agentes, entre todos los Cuerpos de Estado, tiene España dedicados a la lucha contra el terrorismo?

R.- Si les pregunta a los directores generales de los diferentes Cuerpos, le dirán que menos de los que les gustaría tener. La organización, estructura, medios y procedimientos operativos específicos de la lucha contra el terrorismo de las Fuerzas y Cuerpos del Estado, por declaración de Consejo de Ministros, es secreto.

P.- ¿Hacemos bien los medios de comunicación al dar tanta cobertura de los atentados?

R.- Mi opinión personal es que el terrorista, muchas veces, lo que busca es el efecto propaganda: amplificar su noticia, el daño y el miedo. Este es un debate que ha sido cuestionado en múltiples ocasiones. Ustedes buscan esa noticia porque es una noticia de primera línea, porque hay que informar y la sociedad quiere informarse. Otra cosa es lo que yo le decía antes: si ha habido un atentado y ha habido muertos, la sociedad debe saberlo. No obstante, la identidad del terrorista creo que debería ser una cosa exclusiva de los servicios de inteligencia al menos durante un periodo de tiempo, el inicial, para poder trabajar. Eso te da la posibilidad de ampliar rápidamente la investigación y detectar otros contactos, otros lugares, porque la organización no sabe si tú lo has identificado o no. Si muestras públicamente su fotografía, entonces sus amigos, sus familiares, probablemente te van a hacer desaparecer pruebas. Por eso, entiendo que debería ralentizarse ese tipo de información.

P.- También, de vez en cuando, circulan bulos sobre alguien que tiene un amigo policía y que nos alerta de que han elevado ustedes la alarma antiterrorista. Esto es bastante absurdo, ¿no?

R.- No tenga usted ninguna duda de que, si las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tienen la constancia de que va a haber un atentado, se tomarán todas las medidas necesarias para que esto no suceda.

P.- A veces, el terrorismo se vincula con el fenómeno de la inmigración. Según esta teoría, aquellos núcleos urbanos donde hay más inmigración musulmana serían, con mayor probabilidad, susceptibles de padecer un atentando, ¿esto es así?

R.- No es así, no es así. La comunidad islámica en España está totalmente en contra de estos atentados, se rebela, hace manifestaciones públicas en contra y reniega de ésos que se hacen llamar musulmanes.

P.- ¿Encuentran colaboración en la comunidad islámica?

R.- Sí, tenemos relación con esa comunidad islámica.

 

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