Los jefes de ‘Kitchen’ tuvieron 5 confidentes: un amigo, un conserje, un preso, un empresario y el chófer
Fuentes cercanas al operativo revelan a este periódico que entre los informantes que colaboraron en el desarrollo del dispositivo, se encuentra un conserje de un edificio cercano a la vivienda familiar de los Bárcenas
Interior sobornó con fondos reservados al chófer de Bárcenas para rescatar documentos sensibles de Arenas, Soraya y Cospedal
Los policías que llevaron a cabo la operación Kitchen en el año 2013, el operativo policial montado para robar información sensible en poder de Luis Bárcenas, utilizaron hasta cinco confidentes para espiar al ex tesorero del PP y a su familia. Fuentes cercanas al operativo revelan a este periódico que entre los informantes que colaboraron en el desarrollo del dispositivo, se encuentra un conserje de un edificio cercano a la vivienda familiar de los Bárcenas.
Los otros cuatro confidentes se conocieron tras desvelarse una conversación entre el ex Director Adjunto Operativo (DAO) de la Policía Eugenio Pino y el ex secretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez en noviembre de 2018. Los mensajes intercambiados fueron aportados a la causa por el número 2 del ex ministro Jorge Fernández Díaz, como adelantó El Independiente.
La conversación entre el ex DAO y el ex secretario de Estado se produjo justo cuatro días después de que OKDIARIO desvelara en exclusiva que Interior sobornó con fondos reservados al chófer de Bárcenas, Sergio Ríos, para rescatar documentos sensibles que perjudicaban a Javier Arenas, vicesecretario general del Partido Popular; a la ex vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría y a la ex secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal. Esta investigación ocupa la pieza separada número 7 del caso Tándem, conocido como caso Villarejo, que instruye el juez Manuel García-Castellón.
Al conocerse que el magistrado de la Audiencia Nacional investigaba este operativo, Martínez trató de recabar información a través del comisario jubilado Eugenio Pino. Este último aseguró al ex secretario de Estado de Seguridad que el operativo contó con «cuatro confidentes en diferentes etapas», entre ellos el chófer y escolta de la familia Bárcenas, Sergio Ríos.
A la lista de confidentes formada por el conductor y el conserje se suman otros informantes: un preso, un amigo íntimo de Bárcenas (a quien Eugenio Pino se refiere como «el familiar») y un empresario.
El dinero para financiar el espionaje político procedía de los fondos reservados del Ministerio del Interior, unos fondos que son aprobados en los Presupuestos Generales del Estado para combatir el crimen organizado y el terrorismo.
Los confidentes
Sin duda alguna, el infiltrado más importante era el conductor Sergio Ríos, de ahí que fuera compensado con un salario fijo de 48.000 euros durante dos años y con una plaza en el Cuerpo Nacional de Policía, según la investigación judicial. Villarejo era quien pagaba en mano al chófer de Bárcenas con el dinero de los fondos reservados que le facilitaban sus superiores. Pero todas las autorizaciones pasaron presuntamente por la mesa de Ignacio Cosidó, entonces director general de la Policía. Sobre todo porque eran decisiones de tal calado que requerían el visto bueno del jefe del departamento. Tanto es así que el ex DAO ha asegurado este lunes ante el juez García-Castellón que el ex senador Cosidó estaba al tanto de la operación porque «él mismo le había informado sobre el espionaje a Bárcenas».
Durante el tiempo que duró la operación Cuisine –como se conocía internamente-, entre 2013 y el verano de 2014, la Policía contó además con los servicios de un preso suramericano de la cárcel de Soto del Real donde permanecía ingresado Bárcenas desde junio de 2013. El recluso hacía de intermediario con sus familiares cuando salía de permiso del centro penitenciario.
Lo que desconocía el ex tesorero del PP era que había sido captado por la Policía para hacer de agente doble. El preso se entrevistaba en secreto con los agentes policiales antes de regresar a la cárcel madrileña. Además de facilitarles las consignas de Bárcenas, recibía instrucciones para espiarlo en la cárcel.
Otro de los topos era un amigo íntimo de Bárcenas al que Pino, en su conversación con Martínez, se refiere como «familiar». Fuentes consultadas por OKDIARIO explican que este informante era el hombre de confianza del ex tesorero y le acompañaba en los viajes antes de que ingresara en prisión provisional en junio de 2013. El chivato compartía la gran afición de Bárcenas: el esquí. Juntos subieron las cumbres más altas, según fuentes del entorno.
El quinto topo fue un importante empresario madrileño próximo al Partido Popular. Bárcenas mantenía una estrecha relación con el hermano del chivato. El informante utilizó a su pariente, sin éste saberlo, para obtener datos relevantes sobre el ex tesorero y se los trasladaba a la Policía.
El Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, cuyo titular es el juez Manuel García-Castellón, investiga esta causa desde hace dos años. El último imputado ha sido el ex ministro Jorge Fernández Díaz, pero sobre la mesa del juez se encuentra la posible imputación de la ex secretaria general del PP María Dolores de Cospedal y la de su marido, el empresario Ignacio López del Hierro.