'LEY TRANS'

Una investigación revela que el 97% de menores trans tiene autismo, depresión u otros problemas mentales

Lo revela el libro "Time To Think: The Inside Story of the Collapse of the Tavistock’s Gender Service for Children" de Hannah Barnes

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menores trans depresión
Bandera trans.
Paula Baena

Un 97,5% de los menores autodenominados trans sufre de autismo, depresión u otros problemas de salud mental que podrían «explicar su infelicidad», según revela una investigación llevada a cabo por la periodista Hannah Barnes y que publica en su libro Time To Think: The Inside Story of the Collapse of the Tavistock’s Gender Service for Children (Tiempo para pensar. La historia interna del hundimiento del servicio infantil de género de Tavistock).

El libro, que saldrá a la venta el próximo jueves 23, explica el caso de la clínica de Londres Tavistock, un centro que pertenece al Servicio Nacional de Salud (NHS), cuyo personal estaba «tan decidido a impulsar una política favorable a los transgénero» que los menores que podían no serlo fueron considerados «daños colaterales» por los médicos, que tachaban de «tránsfobos» a los que lo ponían en duda, según un denunciante cuyo testimonio se recoge en la obra.

Según Barnes, periodista del programa Newsnight, de la BBC, siete de cada diez menores presentaban más de cinco «rasgos asociados», como maltrato, ansiedad, trastornos alimentarios o acoso escolar, y un trabajador social calculó que tan sólo 1 de cada 50 menores tratados en la clínica habría seguido siendo transgénero de por vida si no se les hubiera administrado la controvertida terapia farmacológica.

Además, el libro cuenta como una psicóloga clínica que trabajaba en la clínica Tavistock estaba «horrorizada» ante la posibilidad de que menores muy vulnerables estuvieran recibiendo «erróneamente tratamientos farmacológicos irreversibles tras ser derivados a la clínica, pero la discusión sobre el tema fue cerrada por sus colegas».

El libro está basado en más de 100 horas de entrevistas con médicos y pacientes, describe una clínica desbordada por la demanda y sometida a la creciente influencia de organizaciones benéficas para personas transgénero y la asociación Amanda, una agrupación española de madres de niños con Disforia de Género de Inicio Rápido (DGIR), le está dando publicidad coincidiendo con la aprobación definitiva de la Ley Trans promulgada por el Ministerio de Igualdad de Irene Montero y que se ha producido el pasado jueves en el Congreso de los Diputados.

Según el libro, menores de tan sólo 10 años eran remitidos a especialistas para que les recetaran fármacos bloqueadores de la pubertad, y otros eran remitidos tras una consulta de tan sólo 20 minutos.

El título de la publicación, Time to Think, hace referencia a la razón que daban los médicos para proponer administrar bloqueadores de la pubertad a menores que se identificaban como transgénero. Alegaban que, al retrasar el inicio de la pubertad con los fármacos, los menores tendrían más tiempo para pensar en lo que querían y discutir con los profesionales la causa de su infelicidad, antes de que sus cuerpos sufrieran los cambios propios de la pubertad.

Sin embargo, en 2016 salió a la luz que casi todos los menores remitidos para la administración de bloqueadores de la pubertad pasaron a tomar hormonas cruzadas, lo que les daría algunas de las características físicas del sexo opuesto, afirma la investigación.

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