MINISTERIO DE SANIDAD

Illa dice que un equipo de 50 personas y el CNI le ayudaron a elegir al proveedor de mascarillas ‘fake’

Illa presume de que Sanidad creó un equipo especializado en localizar proveedores, ayudado por el CNI

Todo ese dispositivo no permitió detectar que la empresaria del mayor pelotazo de la pandemia era una condenada por estafa

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El líder del PSC y exministro de Sanidad, Salvador Illa. Foto: Adrià Riudavets / Europa Press.
Pelayo Barro

El ex ministro de Sanidad, Salvador Illa, concedió a dedo a la empresa FCS Select Products S.L. el mayor contrato de toda la pandemia. Una firma a la que se pagó 217 millones de euros por traer a España 508 millones de mascarillas, de las que una parte significativa resultaron ser inservibles. Según la documentación del expediente, Sanidad sólo comprobó la solvencia del proveedor después de pagar por adelantado, y no antes. Hubiera descubierto que la propietaria de la firma había sido condenada por estafa unos años atrás. Illa, sin embargo, defiende que la elección de proveedores pasaba por el filtro de un equipo formado por 50 personas y en el que se involucraba también la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI).

En vista de las informaciones publicadas por OKDIARIO sobre el mayor contrato de emergencia Covid, que encargó traer a España 217 millones de euros  en mascarillas a la empresa FCS Select Products S.L, surge una pregunta: ¿Cómo pudo una firma con sólo dos empleados, dedicada a la venta de «bebidas alcohólicas», con una propietaria condenada por estafa agravada, sin estar dada de alta en el registro oficial de licitadores y que exigió el pago íntegro por adelantado hacerse con el mayor pelotazo de la pandemia sin que ninguna de estas cuestiones hiciese saltar las alarmas?

El Tribunal de Cuentas considera que no se revisó el perfil de esta empresa, tal y como ha publicado este periódico, y que las únicas comprobaciones se realizaron después de pagar los 508 millones de mascarillas. Mascarillas que terminaron, en parte, siendo un fiasco: al menos 50 millones de ellas eran inservibles por defectos técnicos relacionados con la escasa filtración bacteriana y no aptas para su uso sanitario. De ellas, la mitad -unos 10 millones de euros- nunca fueron reclamadas. Sin embargo, Illa defendió a capa y espada que su Ministerio formó un equipo que revisó concienzudamente todos los proveedores que se le ofrecieron en aquella primera semana de estado de alarma, en marzo de 2020.

«En el ministerio fuimos reforzando el equipo de compras hasta montar una célula logística de apoyo de medio centenar de personas que se trasladaron físicamente a la sede del INGESA, y en la que se implicó personalmente la ministra de Hacienda, María Jesús Montero», relata el socialista en sus memorias El año de la pandemia.

En lo referente a FCS Select, el Tribunal de Cuentas afirma que «su solvencia técnica no está ni acreditada ni consta fuera comprobada, por cuanto, si bien se indica por el Ministerio que la empresa recibió valoración positiva tras la realización de diversas consultas, entre ellas un importante grupo empresarial español, no se ha remitido documentación de dichas consultas». Todo a pesar de ese despliegue descrito por Illa, en el que también se involucró, según el ex ministro, el CNI.

Picaresca y CNI

«En los primeros días del estado de alarma recibimos por diferentes vías decenas de ofertas de empresarios que o bien ofrecían materiales para ser homologados o bien sus servicios para traer material desde China. Hubo mucha solidaridad, pero también se dieron episodios de picaresca», relata el hoy candidato del PSC a las elecciones catalanas.

Según Illa, en su departamento se «marcaron una máxima: de primeras, no descartar nada». El ex ministro asegura en sus memorias que en Sanidad «se estableció una metodología de trabajo muy rigurosa» para analizar todos los ofrecimientos de proveedores.

Las ofertas pasaban por un filtro previo de Sanidad, según defiende Illa, y luego se hacían comprobaciones «desde el Ministerio de Industria o el Centro Nacional de Inteligencia (CNI)». De todo lo que se revisaba, el ex ministro asegura que «lo último era el precio». 

Llamada de Sánchez a China

Ese contrato con FCS Select se produjo tras gestiones de alto nivel, como la que desveló OKDIARIO este viernes. El 17 de marzo de 2020, sólo tres días después de que el Gobierno decretase el estado de alarma y el confinamiento forzoso de toda España por la pandemia del Covid, Pedro Sánchez telefoneó a Xi Jinping, presidente de la República Popular China. Sobre la mesa, el desbloqueo de las compras masivas de material que estaba preparando España a través de diversos proveedores, y que China se mostraba reacia a aceptar.

Las gestiones de Sánchez, relata el ex ministro Salvador Illa en sus memorias, supusieron «el cierre de un pedido de material sanitario» en el que se incluían «500 millones de mascarillas». Exactamente la cantidad que, unos días más tarde, sería oficialmente adjudicada por 217 millones de euros a la firma FCS Select, el proveedor de Sanidad que le coló 50 millones de mascarillas defectuosas. Illa nunca pidió la devolución de su importe al contratista, tal y como señala el Tribunal de Cuentas.

Esa llamada desde Moncloa a Zhongnanhaiel Palacio Nacional de Pekín desde el que gobierna Xi Jinping, «ayudó», según Illa, «a agilizar todo el proceso de compras y supuso el cierre de un pedido de material sanitario» de enorme importe. Entre lo pactado por Sánchez y el presidente chino, enumera el hoy candidato del PSC a las elecciones catalanas, había 950 respiradores, 5,5 millones de test rápidos, once millones de guantes «y quinientos millones de mascarillas». Los 508 millones, concretamente, que Illa le adjudicaría sólo unos días más tarde a la empresa FCS Select.

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