Iglesias contra las tecnológicas: exige a Sánchez un cuerpo de inspectores fiscales contra la “uberización”

Pablo Iglesias
Pablo Iglesias y Pedro Sánchez.
Carlos Cuesta

Podemos sigue con sus exigencias de cara al futuro Gobierno socialcomunista  con Pedro Sánchez. Y la inmensa mayoría de sus ideas va directamente contra las empresas. Su última exigencia pretende declarar la guerra fiscal a las empresas más tecnologizadas. Podemos habla de “uberización” de la economía. Y ha exigido unidades específicas de Inspección Fiscal para perseguir a estas empresas, cuyas matrices se encuentran ubicadas habitualmente en el extranjero para escapar, precisamente, de los castigos fiscales.

“Frenar la uberización de la economía”. Así lo define Podemos. Porque, según sus exigencias, se debe garantizar “un marco justo para la nueva economía con el fin de evitar que los buitres tomen la tecnología para llevarnos a un pasado sin derechos laborales en una economía uberizada”.

Tras ese objetivo aparece un plan de acción que puede provocar exactamente lo contrario de lo que dice defender. Puede provocar su fuga definitiva. El plan de Pablo Iglesias quiere exigir que la robotización no pueda llevar aparejadas ni remodelaciones de los puestos de trabajo que se queden desfasados, ni reducciones de sueldos para aquellos cuyo papel se vea recortado en las nuevas necesidades de las compañías.

Es más, el plan de Podemos busca “incrementar la presencia del sector público en la I+D+i”, cuando lo cierto es que la carrera tecnológica se desarrolla en el sector privado de forma mayoritaria. Y ello para lograr “una gobernanza más descentralizada, democrática y respetuosa con los derechos de las personas que trabajan”, sin más detalles.

Las empresas de esta nueva economía cuentan con matrices habitualmente en el extranjero: buscando los países con menores impuestos. Y Podemos ha exigido a Sánchez crear “unidades especiales para inspeccionar estos nuevos modelos de trabajo y, en especial, la utilización de falsos autónomos y el trabajo mediante horas extras sin cotizar”, al igual que crear “una unidad dentro de la Agencia Tributaria especializada en controlar que estas empresas pagan en España los impuestos correspondientes a los beneficios que obtienen en nuestro país”.

No se trata de una medida aislada. Muchas de las reforma de Podemos y del PSOE van en la dirección de una importante subida del pago de impuestos.
Aunque el PSOE no detalló en su programa electoral la subida de impuestos que aplicará cuando gobierne, sí apuntó claramente a que hará una reforma fiscal y señala directamente a las clases altas y a las grandes empresas.

Según el PSOE, no tocará a las clases medias y bajas. Tendrá que ponerse de acuerdo con Podemos, que propone un aumento del IRPF hasta el 45% para las rentas superiores a los 100.000 euros y de hasta el 55% para las que superen los 300.000 euros.

Las dos formaciones están de acuerdo también en implantar sendos impuestos a la banca y a las grandes compañías tecnológicas, lo que implicará sobre todo en el caso de las entidades un impacto en los ciudadanos porque trasladarán ese impuesto a los clientes. Lo mismo sucederá si se impone un impuesto al diésel, como quiere el PSOE.

Ambos partidos quieren además impuestos mínimos del 15% para todas las empresas y superiores para sectores como la banca o hidrocarburos.
Otros de los impuestos que afectarán a los ciudadanos con los de Patrimonio y Sucesiones. Socialistas y ‘morados’ coinciden en «armonizar» estos impuestos en todas las Comunidades Autónomas, lo que provocará una fuerte subida fiscal.

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