Los golpistas presos podrán comunicarse todo el día al tener las celdas individuales abiertas
Los nueve golpistas en prisión preventiva por el 1-O esperan ya el juicio en las cárceles madrileñas de Soto del Real y Alcalá. Y sus condiciones no pueden ser mejores: celda individual, abierta durante todo el día a excepción del tiempo de la siesta y la noche, y ordenador personal. Un escenario perfecto que les permitirá preparar las defensas como el mejor preso ordinario y comunicarse entre ellos.
Los siete reclusos varones (Oriol Junqueras, Jordi Turull, Josep Rull, Joaquim Forn, Raül Romeva, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart) se encuentran en el Centro Penitenciario Madrid V (Soto del Real). Y las dos mujeres (Carme Forcadell y Dolors Bassa) en el Centro Penitenciario Madrid I, más conocido como Alcalá-Meco.
Desde Instituciones Penitenciarias admiten la estancia de los presos en lo que se denomina módulo de respeto y que, por lo tanto, permanecen durante todo el día con las puertas abiertas de las celdas, salvo los periodos de siesta (de 14:30 a 17:00 horas) y noche (de 20:30 ó 20:45 a 8:00 horas). “Los procesados tienen acceso a la información procesal en los términos establecidos por el magistrado instructor y el presidente de Sala del Supremo. Se encuentran en módulos de respeto”, confirman desde Instituciones Penitenciarias.
Expedientados por saltarse las normas
Y eso significa que su estancia no puede ser más cómoda dentro de lo que es una prisión. Las normas de estos módulos, en contra de las quejas que lanzan los separatistas, destacan que son para presos excepcionales y que tienen prioridad para entrar en este sistema los que llevan más tiempo en el centro penitenciario.
“El ingreso del interno en los módulos de respeto tiene carácter absolutamente voluntario, es por ello que está sometido al cumplimiento escrupuloso de toda la normativa que en ellos impera y al compromiso mediante la firma de un contrato conductual”, señala el reglamento interno penitenciario. Sin embargo, algunos de estos presos han sido ya expedientados por saltarse normas para realizar, por ejemplo, entrevistas o intervenciones públicas.
“Todo interno tiene asignado un Programa individualizado de tratamiento (PIT). Su cumplimiento y puntualidad en la realización de las mismas es un requisito imprescindible. Está terminantemente prohibido cualquier acto de violencia, tanto física , verbal o gestual. Está prohibida la posesión y el consumo de drogas, pudiendo realizarse controles analíticos cuando los profesionales tengan alguna sospecha fundamentada o como sistema de control” señala la norma interna. Por lo que es un módulo de comportamiento excepcional y ajeno a comportamientos violentos.
«La celda es el hogar del interno»
“Los internos se organizan en grupos de tareas, siendo éstas las de limpieza, mantenimiento y correcta utilización de distintas áreas como comedor, cristales, galerías, sala de estar, patios, talleres ocupacionales, etc. Como las zonas comunes estarán dotadas de papeleras y ceniceros, no se permitirá arrojar papeles ni colillas al suelo, botes, desperdicios, etc. No se puede pisar la pared con las plantas del calzado, escupir o cualquier otra conducta antihigiénica”, añade el mismo documento.
Además, “los residentes vestirán en cada momento de manera adecuada para la actividad que vayan a realizar. La ropa deportiva se utiliza únicamente para hacer deporte, debiendo el interno ducharse y cambiarse después de dicha actividad. Igualmente se cuidará el aspecto externo general, afeitado, peinado”. Y por todo ello, “las celdas permanecerán abiertas”.
Porque “la celda es el hogar del interno en el módulo, siempre tiene que encontrarse en perfecto estado de limpieza y orden, no pudiendo entrar unos internos en la celda de otro, salvo autorización expresa del o de los mismos. Las interacciones y relaciones entre los residentes y de éstos con el resto de personal, funcionarios o colaboradores, estarán siempre dentro de los cauces del respeto y las formas socializadas de conducta”.