Manuel Cruz, senador del PSC

El futuro presidente del Senado: «No creemos que pertenecer a España sea una obligación perpetua»

Manuel Cruz es la propuesta de Pedro Sánchez para presidir el Senado tras el veto de ERC a Miquel Iceta. Cruz, filósofo, es un firme defensor de las tesis más duras del federalismo.

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Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Manuel Cruz, la propuesta de Pedro Sánchez para presidir el Senado -tras el veto de ERC a Miquel Iceta- es un firme defensor de las tesis más duras del federalismo para resolver la cuestión catalana.

Impulsor de la organización Federalistes d’Esquerres, y su presidente entre 2013 y 2016, Cruz firmó un año antes un documento en la que dejaba clara su opinión sobre la singularidad catalana y la necesidad de un trato diferencial hacia esa comunidad. El documento en cuestión (septiembre de 2012) se tituló ‘Llamamiento a la Cataluña Federalista y de Izquierdas’, y fue firmado por distintos políticos e intelectuales. En él, Cruz suscribe por ejemplo: «No creemos que pertenecer a España sea una obligación perpetua». 

«La mayor parte de la ciudadanía de Cataluña compartimos catalanidad y españolidad en grados diversos», afirma el documento, publicado con motivo de las elecciones catalanas de 2012. Aunque no apuesta por la independencia, tampoco se opone con firmeza a las tesis de los rupturistas: «Rehuimos las visiones apocalípticas sobre una virtual secesión, pero tampoco estamos dispuestos a aceptar acríticamente los argumentos azucarados del independentismo».

«No creemos que pertenecer a España sea una obligación perpetua, pero no compartimos tampoco las razones de los que sostienen la necesidad histórica de la ruptura», añade a continuación.

En el texto, se reconocen «herederos de la izquierda catalana que ha defendido siempre ‘Cataluña, un solo pueblo’» y rebaten la salida de la independencia, pero no por un sentimiento patriota o de respeto a la legalidad y la Constitución, sino por mero pragmatismo, al no considerar que sea la «solución» para resolver los problemas de los catalanes, especialmente de índole económica.

«Hasta el día de hoy no ha habido apenas controversia democrática, donde los interrogantes de la ruptura hayan podido ser debatidos ampliamente en el marco de un debate público basado en los principios del pluralismo democrático», añade en otro momento.

«Federalismo exigente»

La apuesta de Cruz, y del resto de firmantes es en conclusión la siguiente: «un nuevo federalismo, desacomplejado y exigente con el Estado, donde la ciudadanía de Cataluña se pueda sentir bien desde sus identidades compartidas». Un modelo federal «en el que la mayor parte de la ciudadanía de Cataluña pueda sentirse cómoda y reconocida, compartiendo con otros pueblos un proyecto común de convivencia, justicia y cohesión social».

En el texto, arremeten contra «las izquierdas españolas mayoritarias», en referencia clara al PSOE, «que no han querido jugar esta carta», y contra una derecha «nacionalista» que «se atrinchera cuando le conviene en el inmovilismo constitucional». Además, tachan de «desgraciada» la sentencia del Constitucional sobre el Estatut y opinan que «en los últimos años se han ido acumulando muchos agravios e incomprensiones».

Un referéndum

Los firmantes estiman «imprescindible» poner en marcha «un movimiento federalista de alcance español que sirva también para subrayar que son más las cosas que nos unen que no las que nos separan», y plantean un debate «libre y plural» sobre «las razones que llevan a unos, desde el llamado “derecho a decidir”, a pedir la ruptura y a los otros a pedir un nuevo acuerdo».

«Un proceso que se resuelva desde los principios democráticos, en el marco de un Estado de derecho, y que, si procede, concluya con la celebración de un referéndum».

Muy próximo a Iceta, Cruz fue uno de los 15 diputados que votaron en contra de la investidura de Mariano Rajoy, en 2016. Entre ellos se encontraba también la futura presidenta del Congreso, Meritxell Batet. En la pasada legislatura era portavoz del PSOE en la comisión de Ciencia, Innovación y Universidades.

Catedrático de Filosofía Contemporánea de la Universidad de Barcelona y autor de más de 30 libros, Cruz estuvo tres años al frente de Federalistes d’Esquerres, asociación que defiende con firmeza la versión más dura del federalismo.

Contra el Estado unitario

En 2014, bajo su asociación, promovió un nuevo manifiesto en el que defendía que la España de las Autonomías necesitaba «desarrollarse hacia un Estado federal que permita el máximo autogobierno de sus partes y un verdadero gobierno compartido, si quiere dar una respuesta eficiente a sus ciudadanos y ciudadanas».

El texto, denominado ‘Lo que no quieren oír, pero debemos proponer: hacia una España social y federal’, combate «la imposición de un Estado unitario y centralista» que «se ha demostrado ineficaz e inviable para gobernar la España plural formada por diversas identidades, tradiciones y territorios con voluntad de autogobierno».

Para Cruz y los otros firmantes, la estructura del Estado es «problemática» y «causa de los males colectivos de España y de Cataluña».

Así, consideran que la alternativa puede ser el federalismo «estrechamente ligado al catalanismo político en otros momentos históricos». Una propuesta, admiten, que no es «de moderación ni de prudencia».

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