El fraude del cupo: el País Vasco no sólo no aporta sino que todos los españoles le pagan 344 millones

PNV
Andoni Ortuzar (PNV).
Carlos Cuesta

El PNV no ha dejado de reclamar en cada negociación que ha podido una mejora del conocido como cupo vasco a cambio de su apoyo político al partido de turno. El resultado de este chantaje permanente acaba de quedar a la vista en un estudio de Jesús Félix García de Pablos, profesor de Derecho Financiero de la UNED y miembro del Ministerio de Hacienda. Y es que el cupo -el pago que debe realizar el País Vasco por los servicios que le presta el Estado- lejos de convertirse en un mecanismo de cobro al País Vasco y de financiación de toda España se ha convertido en todo lo contrario: un sistema por el que todo el resto de españoles pagan más dinero al Gobierno Vasco. Un pago que en el último año analizado con cifras cerradas se eleva a la importante cifra de 344 millones de euros.

El estudio desvela una realidad que explica el empeño de los nacionalistas catalanes a lo largo de mucho tiempo por conseguir un sistema similar al de los vascos. Y es que, en el fondo, las reglas definidas para el cálculo del cupo son simplemente un mecanismo encubierto de pagar aún más a una comunidad autónoma con recursos superiores a la media nacional y que ha logrado cambiar cromos políticos hasta el punto de no aporta nada al sistema de solidaridad. Unos cromos políticos que han provocado, además, que la gobernabilidad nacional quede a expensas de las exigencias nacionalistas durante décadas.

La evolución acaba en derrama

El estudio de García de Pablos muestra la evolución de varios parámetros clave para entender la forma de no pagar del Gobierno Vasco comandado por PNV. Así, si el cupo teórico del País Vasco en 2007 era de 1.595 millones de euros, su pago real tras los ajustes y compensaciones financieras practicados quedó en un pago real positivo de menos de una tercera parte: 405 millones.

Pero los años fueron avanzando en la política española. Y con ellos la presión nacionalista fue tornando en separatista. Y la pleitesía de los Gobiernos nacionales se convirtió en una cesión que llevó a que en 2011 el pago teórico fuera de sólo 887 millones, y el real ya no fuera pago, sino ingreso para los vascos y derrama para todo el resto de españoles: una derrama anual de 269 millones. Esa cifra, con leves altibajos, ha llegado hasta los días más próximos a nuestras fechas convertida en un abono al Gobierno vasco del PNV de nada menos que 344 millones de euros en 2016.

El caso navarro no es muy distinto salvo por las cifras y las fechas. Y es que el cobro se dispara justo cuando los separatistas llegan al poder en la Comunidad Foral, un momento en el que el Gobierno de Geroa Bai (con PNV dentro) no sólo no pagó sino que ingresó de todo el resto de españoles 261 millones de euros. Al año siguiente la mejora siguió para los separatistas y su cobro llegó hasta los 384 millones.

Con estas cifras en la mano no es de extrañar que, como ha publicado OKDIARIO, Pedro Sánchez quiera convencer cuanto antes a ERC para que se sume al acuerdo de investidura y haya pensado en un nuevo estatuto catalán que regule un ‘cupo vasco’ a la catalana para reducir la aportación de esta comunidad al sistema de solidaridad que destina recursos económicos a las autonomías más necesitadas.

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