El fiscal pide al Supremo mantener los 13 años de cárcel para el líder de la ‘Gürtel’ del PNV Alfredo de Miguel
La Fiscalía del Tribunal Supremo ha informado en contra de los recursos presentados por los condenados en la ‘Gürtel’ del PNV, y pide mantener las penas de prisión. La Audiencia Provincial de Álava condenó, en diciembre de 2019, al ex diputado foral de Administración Local y Equilibrio Territorial Alfredo de Miguel, alto cargo del PNV y número 2 por Álava, a 13 años y tres meses de prisión por diferentes delitos vinculados a la corrupción: asociación ilícita, cohecho, tráfico de influencias y malversación de fondos públicos. Todo ello por crear un entramado de cobro de comisiones.
Además de De Miguel, también fueron condenados junto a otras ocho personas por crear la red de comisiones ilegales los ex dirigentes del PNV Aitor Tellería y Koldo Ochandiano, que fueron sentenciados a seis años y nueve meses de prisión, o el ex director de Juventud del Gobierno vasco Xabier Sánchez Robles, al que el tribunal encontró culpable de otorgar contratos a dedo.
En el escrito del fiscal Javier Zaragoza, al que ha tenido acceso OKDIARIO, el representante del Ministerio Público dice que existió un “uso de influencias políticas de De Miguel y de Tellería”, y que la sentencia explicita las pruebas en las que ha fundamentado la concurrencia de esa influencia política del recurrente y su carácter determinante en la ejecución de los hechos, indicando que existe tanto prueba indiciaria como directa del uso de tales influencias políticas, y de las relaciones personales.
El ‘padrino’
El fiscal explica que en una de las grabaciones del sumario se escucha como llegan a tildar a Alfredo de Miguel como «el padrino», por la influencia que tenía. También dice el escrito que las pruebas en las que ha sustentado la condena del recurrente por los delitos de malversación de caudales públicos, en concurso medial con un delito de falsedad documental, han permitido acreditar «la elaboración de contratos con las sociedades Errexal, Ortzi Muga y Kataia (todas ellas vinculadas directa o indirectamente a De Miguel), la expedición de facturas simuladas para justificar servicios no prestados, y el cobro de dinero público como contraprestación».
Añade el escrito que “ha quedado constatado el fraccionamiento de contratos, así como la falta de ejecución de varios de esos contratos. Todos ellos fueron abonados por el Gobierno Vasco, y cobrados por la empresa “Errexal”. En relación a la segunda mercantil “Ortzi Muga”, se cobraron pero no se cumplimentaron los contratos”.
Dice Zaragoza que “es evidente que con las concesiones (Alfredo de Miguel y el resto) buscaban un beneficio económico por cauces distintos y no sometidos a la legalidad vigente, y habiendo sido constatado un trato de favor a las tres mercantiles, cuando ni siquiera estaban inscritas como contratistas, al principio de las adjudicaciones, no tenían trabajadores, no tenían experiencia, y aun así eran adjudicatarias de contratos cuyos expedientes tenían lagunas y falta de documentación”.
Sobre los contratos expone el escrito que «no cabe duda de que la conexión entre estos acusados propició una serie de decisiones arbitrarias, adjudicando contratos por mera conveniencia personal por encima del interés público que debe primar en la contratación pública, y todo ello con interés crematístico». Y añade que si bien es cierto que algunos de los contratos se hicieron, «la decisión arbitraria se produjo antes, en el momento de la adjudicación, siendo un mero indicio más el hecho de que en algunos casos no se cumplimentara el contrato adjudicado, sin perjuicio de la consideración de tal falta de cumplimiento a efectos de tipificación».
Según el fiscal, la sentencia identifica claramente los elementos probatorios de los que se infiere la condición de máximo responsable de las sociedades creadas con finalidad delictiva de De Miguel, y por ello de la asociación lícita que había creado en unión de otros condenados.
Es más, añade que, todo ello apunta a que «era la persona con el máximo poder e influencia, y además el que organizaba y tomaba decisiones en relación con las empresas, marcando a su hermana, a quien puso como contable en la empresa “Kataia”, las indicaciones pertinentes en torno a la llevanza del negocio. De Miguel pedía a su hermana que le explicara cómo tenía que obrar con las empresas». Y apostilla que «tenía conocimiento de todo el entramado que se formó «.