Un eurodiputado de Podemos considera que España quiere tener un papel «neocolonial» en Cuba

El eurodiputado de Unidas Podemos Manuel Pineda carga contra España en una entrevista en La Habana. El también alto cargo de IU asegura que «sigue habiendo una concepción neocolonial» de España y la Unión Europea en los países que fueron colonias. «Todo lo referente a América Latina ‘que lo lleve España, que es la metrópoli’. Lo referente a los países francófonos, es decir, cuando pasa algo en el Líbano o en estados africanos de habla francesa, lo derivan a Francia, porque es la antigua metrópoli», critica en una intervención en la capital de Cuba.

Por otra parte, este parlamentario asegura que la Eurocámara es de derechas. «Ahora mismo nos encontramos con un divorcio entre el Gobierno español, que es progresista y la representación mayoritaria española en el Parlamento [europeo], que es de derechas, cada vez más escorado a la derecha cada vez más extrema», lanza.

«Mientras ellos en el Parlamento tratan de impulsar una posición de volver a la posición común de José María Aznar, de volver a ser una herramienta más del bloque de EEUU, afortunadamente, quien marca la posición de España es el Gobierno español. El Gobierno actual, en el que estamos nosotros, nunca va a apoyar medidas de retroceso», relata. Manuel Pineda considera que ese «divorcio» entre Gobierno y Parlamento «genera distorsiones». «Si en España hubiera un Gobierno de derechas, seguramente nos encontraríamos ya con una vuelta a la posición de Aznar, pero afortunadamente no», augura en el canal de televisión ruso RT.

Este eurodiputado que ha hecho decenas de viajes a América Latina para trasladar sus postulados a los Gobierno locales resta importancia a las protestas de los ciudadanos cubanos contra el régimen castrista. Considera que estas manifestaciones «sólo duraron 6 horas» y están organizadas «desde Miami».

«Distinguiría cómo perciben la situación en Cuba los cargos públicos y los pueblos. Quizá para vosotros sea difícil de entender pero en Europa, en América del Norte, en el llamado Occidente, la verdad ahora es irrelevante. Aquí la verdad tiene peso. Se ha instalado un escenario en el que la verdad es irrelevante. Lo importante es lo que te repitan como papagayos los medios de comunicación, que en su inmensa mayoría se declaran independientes pero no lo son, están al servicio de su propietario y de los intereses de ellos», señala Pineda.

Sobre las protestas de julio en Cuba dice que son «acontecimientos» y los valora así: «Hubo en primer lugar unas protestas que, en mi opinión, son legítimas. Fue una parte de la población que está sufriendo las consecuencias de un bloqueo comercial que dura ya más de 60 años. Eso les provoca sufrimiento, insatisfacción y salen a decirle al Gobierno que tenemos problemas que hay que abordar. Y luego está otra cosa, que desde luego no fue espontáneo. Una parte del pueblo fue utilizada, se dieron cuenta y rectificaron pronto. Fue utilizado por la Contrarrevolución desde Miami, utilizando bandas de delincuenciales a las que sobornaban con ridiculeces como, por ejemplo, cargar un móvil».

A continuación, reconoce que hubo «brotes de violencia, saqueos de supermercado, de ataques a clínicas médicas y a estaciones de policía». «Obviamente en cualquier país del mundo los cuerpos de seguridad tienen que reaccionar a eso. Luego los medios de comunicación europeos estuvieron semanas hablando de eso, a pesar de que en seis horas había acabado todo», considera. «A base de repetir de forma incansable determinada mentira, eso cala en una parte de la población. Hay una parte de la población europea que se cree que aquí realmente hubo represión a unas manifestaciones pacíficas que lo único que pedían era libertad y no sé cuanto. En sede parlamentaria, portavoces hablaron de torturas a manifestantes y de miles de desaparecidos en Cuba», afea.

«No hubo desaparecidos»

A renglón seguido, este diputado ligado a Podemos critica: «Quien conozca mínimamente Cuba sabe que aquí ni hay desaparecidos ni torturados. No saben la apuesta que se hace aquí por la revolución, por la vida, por el respeto a los Derechos Humanos… Allí [en España] se hace una utilización totalmente espuria de este tipo de acciones, porque el objetivo final es romper el acuerdo de diálogo político y cooperación entre la Unión Europea y Cuba. Afortunadamente, el Parlamento Europeo no tiene competencias nada más que para cacarear».

«En esto sólo tiene competencia la Comisión Europea y, en concreto, el alto representante para la Acción Exterior, Josep Borrell. Es alguien con el que tengo absoluta discrepancia en muchos temas, pero en el asunto de Cuba está manteniendo una actitud bastante valiente y, desde luego, quiero reconocérselo», concluye.