España inicia la cuenta atrás: puede colapsar en un año el tope del 33% de compra de deuda soberana del BCE

deuda soberana
Nadia Calviño, ministra de Economía, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros
Carlos Cuesta

Mientras Pedro Sánchez asegura que España saldrá de la crisis del coronavirus “más fuerte” gracias al supuesto rescate de 140.000 millones prepactado con Europa, la economía nacional ha iniciado la cuenta atrás. Casi la mitad de las colocaciones de deuda soberana de este año no están siendo adquiridas por los mercados: el adquirente de casi 130.000 millones de euros es el Banco Central Europeo(BCE), como el propio organismo reconoció hace meses. El problema es que los estatutos del BCE impiden acumular más de un 33% de la deuda soberana de cualquier país. Y con ese nivel de compra en 2020, España rozará ya el 25%. Si España mantiene ese ritmo de necesidad de ayuda en 2021, o incluso más bajo, dispondrá de un margen de menos de 110.000 millones de euros para colocar deuda al BCE. Y a partir de ahí, deberá olvidarse del Banco Central Europeo. Porque habrá alcanzado el tope de 33%. O coloca en el mercado o tendrá problemas serios de financiación y pago.

La advertencia ha sido desvelada en un informe de la consultora Freemarket. Un estudio en el que se señala que el actual “contexto está acompañado por un agravamiento de los desequilibrios macroeconómicos. La contracción del PIB reduce los ingresos para las arcas del Estado al tiempo que el gasto público se dispara por el juego de los estabilizadores automáticos y por los programas discrecionales de gasto introducidos por el Gobierno para paliar las consecuencias de la crisis”.

El resultado de estas decisiones, señala la consultora, “es un aumento espectacular del déficit y de la deuda pública que alcanzarán niveles inéditos en 2020 sin que existan visos de que ese panorama se modifique de manera significativa en los años venideros. Esta situación no mejorará en 2021 ante el mantenimiento de la suspensión del Pacto de Estabilidad hasta 2022. La UE ha dado su respaldo a la irresponsabilidad fiscal y presupuestaria española”.

La consultora, de hecho, estima que la deuda pública española alcanzará el nivel del 122% del PIB al cierre del actual ejercicio.

El informe añade que “ante ese panorama, la ausencia de un plan de consolidación de las finanzas públicas a medio plazo tiene un impacto negativo adicional sobre las expectativas de las familias y de las empresas. Estas anticipan que esos desequilibrios habrán de corregirse con subidas impositivas futuras ya que el Gobierno no muestra disposición a recortar el gasto público y un anémico crecimiento del PIB no proporcionará la recaudación precisa para financiarlo. Esto deprimirá aún más los incentivos del sector privado a gastar e invertir”.

Financiar la deuda

Y, a partir de ahí, empieza el enorme problema de financiar la deuda: “El desmesurado endeudamiento del sector público lastra cada vez más la salida de la crisis. Por añadidura, las necesidades de financiación del Tesoro en 2021 se mantendrán en niveles muy elevados, entre 325-350 miles de millones de euros de acuerdo con las previsiones de Freemarket. Esto hace muy vulnerable la posición financiera del Estado a una pérdida de confianza de los mercados en la sostenibilidad de la deuda. Si bien el BCE seguirá adquiriendo bonos soberanos españoles, es difícil pensar que lo haga en los mismos volúmenes de 2020”. En consecuencia, “los mercados deberán absorber más deuda soberana y hacerlo en un entorno de acelerado agravamiento de ese desequilibrio y sin una estrategia presupuestaria destinada a ponerle coto. Esa situación no es admisible y puede volverse insostenible en cualquier momento. De hecho, el Gobierno parece desdeñar la posibilidad de que se produzca una crisis de deuda lo que sólo es explicable por la creencia de que la Unión Europea lo impedirá y porque los mercados estarán dispuestos a seguir comprando bonos soberanos de España por tiempo indefinido y con una prima de riesgo baja”.

La consultora no oculta el temor a este panorama: “Este planteamiento es peligroso, por no decir irreal, y está sujeto a elementos que el Ejecutivo español no puede controlar”. Uno de esos elementos es, efectivamente, la normativa del propio BCE, que no puede rebasar la adquisición de un 33% de la deuda soberana de ningún Estado.

El informe de Freemarket añade que la “pésima evolución del déficit se va a traducir en una acelerada escalada, casi 30 puntos, de la participación de la Deuda en el PIB en 2020. Esa ratio continuará creciendo en términos acumulados durante los dos próximos años”.

El resultado será el posicionamiento del nivel de deuda pública en porcentaje del PIB en el mencionado 122%. Un nivel que las recientes experiencias económicas sitúan como muy peligroso. Tanto, que en los años 2010-2012 marcó, en plena crisis subprime, el inicio de muchas de las actuaciones de intervención de países en la UE.

Rescate

Portugal pidió en abril de 2011 el rescate europeo a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera y el FMI. Lo hizo en el mismo ejercicio que cerró con un 114,40% de deuda en porcentaje del PIB. En 2012 ese dato escalaba al 129%.

Grecia inició esos trámites en abril de 2010 ante la Comisión Europea, el BCE y el FMI para acceder al mecanismo de ayuda. Ese año 2010 Grecia cerraba con un 146,20% de deuda sobre PIB. Pero el ejercicio precedente, el que desencadenó en el rescate, cerró con un 126,70%. No tan lejano a los datos esperados por Freemarket para este 2020 en España.

Irlanda pidió su rescate por la crisis subprime en noviembre de 2010. Ese año la deuda pública irlandesa cerró en un 86%. Pero en escasos meses se elevó hasta el 111,10% de 2011. Los años 2012 y 2013 el indicador escaló hasta el 119,90%.

Y el excomisario europeo Mario Monti tomó las riendas de Italia en noviembre del año 2011. Ese año la deuda pública italiana cerró en el 119,70% y al siguiente ejercicio escaló hasta un 126,50%.

Lo último en España

Últimas noticias