La empresa pública que presidió el ministro Planas generó un agujero de 18 millones
El chiringito público andaluz Geolit contó durante los años 2012, 13 y 14 con la presencia del actual ministro de Agricultura, Luis Planas, en condición de consejero o presidente. En esos años la empresa acumuló pérdidas de 7,4 millones de euros y notables avisos por parte de la auditora de la firma por la fuerte acumulación de números rojos.
Pero lo más llamativo llegaría un par de años después, cuando la lamentable situación en la que había quedado la compañía tuvo que ser solventada con una fuerte reducción de capital superior a los 18 millones de euros para cuadrar el capital social a la realidad de la inminente quiebre de la sociedad Geolit. Hoy, como ha publicado OKDIARIO, esa misma firma y sus responsables dicen adiós a la responsabilidad sobre lo ocurrido porque la Diputación de Jaén -financiada con el dinero de todos los españoles- se ha quedado con la empresa, las pérdidas y las deudas.
El informe de auditoría sobre las cuentas de 2016 al que ha tenido acceso OKDIARIO revela la magnitud del escándalo. El informe señala sin paliativos que “llamamos la atención respecto de lo señalado en las Notas 2.2 y 12.5 de la Memoria adjunta, en las que se indica que la Sociedad ha incurrido en pérdidas recurrentes significativas desde el inicio de su actividad que han mermado significativamente su patrimonio neto al 31 de diciembre de 2016”.
Fruto de ese desastre llegó la medida drástica que certificaba las fuertes pérdidas experimentadas por los socios de esa sociedad, en su mayoría públicos. “En este sentido, en el ejercicio 2016 se ha realizado una reducción de capital por un importe de 18.086.278 euros mediante la compensación de pérdidas de ejercicios anteriores y se ha producido el cobro de los desembolsos pendientes de accionistas por un importe de 3.873.105 euros”.
Es decir, sólo hasta ese momento, la situación era ya tan grave que la ley obligaba a reconocer la pérdida de esos 18 millones directamente mermando el capital social.
“No obstante, en relación con el estado de liquidez, llamamos la atención respecto de lo señalado en la nota 2.2 de la memoria adjunta, en la que se indica que la Sociedad presenta un fondo de maniobra negativo al 31 de diciembre de 2016 (sin considerar la cifra de existencias) por importe de 1.611.912 euros (5.150.838 euros al 31 de diciembre de 2015)”, lo que reflejaba el desastre de gestión continuada más allá de la reducción de capital.
Pero el informe de auditoría no acaba ahí y advertía de que “no obstante, las cuentas anuales adjuntas han sido preparadas asumiendo que la actividad continuará, considerando la venta de los activos indicados en la nota 2.2 de la memoria, que permitan atender los pasivos por los importes y plazos que figuran en el balance adjunto al 31 de diciembre de 2016. Estas circunstancias indican la existencia de incertidumbres significativas sobre la capacidad de la Sociedad para continuar con sus operaciones así como para realizar sus activos y liquidar sus pasivos por los importes y según la clasificación con que figuran en las cuentas anuales adjuntas”.
Los accionistas que recibían el impacto eran, principalmente la Agencia de Gestión Agraria y Pesquera de Andalucía, la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía; en menor medida la Caja Rural de Jaén y el Banco Unicaja; y en mucha menor ya el Ayuntamiento de Mengíbar, la Universidad de Jaén, la Sociedad de Inversión y Gestión de Capital Semilla de Andalucía y la Confederación de Empresarios de Jaén.
Y parte de la responsabilidad y gestión de ese chiringuito corrió a cargo del actual ministro de Agricultura, Luis Planas, que fue presidente o consejero de la entidad andaluza pública Geolit entre finales de 2012 y principios de 2014.
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