Emergentes y pequeños quieren más proporcionalidad en el voto y PP y PSOE dicen no

Reformar la Ley Electoral es una de las propuestas más anunciadas por los partidos en sus programas cada cuatro años. Se ha retocado varias veces, pero nunca se han atrevido a modificarla. La norma vigente basada en un sistema electoral de listas cerradas distorsiona el voto, teniendo en cuenta la desproporción entre las papeletas necesarias para lograr un escaño en las provincias con escasa población y los núcleos urbanos.

La ley D’ Hondt beneficia al partido más votado en las circunscripciones menos pobladas. El objetivo en 1978 no era otro que plantear una estabilidad entre los distintos territorios. Sin embargo, las pequeñas formaciones siempre han mantenido una queja histórica al entender que esta norma favorece a los grandes y se olvida del resto de formaciones como Izquierda Unida.

El partido de Alberto Garzón asegura que siempre han sido la tercera fuerza al perder casi un millón de votos que no se traducen en escaños, al menos en 26 circunscripciones. ¿Existe una solución? La panacea que han descubierto algunos partidos españoles es el sistema alemán.

UPyD fueron los primeros en reflejarlo en su programa electoral y a éstos les ha seguido Ciudadanos que lo venden en campaña como auténtica novedad. ¿En qué consiste? 

Se caracteriza, sobre todo, por el principio de la representación proporcional a través de la regla de la mayoría relativa que consiste en que el votante dispone de dos votos en una misma papeleta. En una columna el votante elige a un político de su circunscripción y en la otra escoge un partido a nivel nacional (no necesariamente tiene que elegir la misma formación que el anterior). Esta norma denominada regla de Sainte-Lagüe da un resultado proporcional porque existe una barrera legal de representación inicial de un 5% (a nivel nacional) para poder participar en la distribución de los escaños.

¿Qué es lo que proponen los partidos?

Casi todos los partidos apuestan por la reforma constitucional para introducir sus propuestas sobre modificar la Ley Electoral. Lo fundamental es que la mayoría de formaciones condicionan a esta norma los acuerdos y los posibles pactos entre partidos tras el 20D.

UPyD fueron los primeros en proponer un sistema inspirado en el modelo alemán y en el de algunos cantones suizos. La formación de Andrés Herzog propone que el número de escaños de cada circunscripción se asigna en función de su población, rebajando de dos a uno el mínimo de diputados por provincia (52). De esta manera, los otros 298 escaños restantes se distribuirían en función de la población de cada circunscripción.

Herzog explica que el número de escaños de cada partido se decidirá en función de sus votos totales, de tal manera que ninguno que tenga más votos que otro reciba menos escaños, como el ejemplo explicado anteriormente de Izquierda Unida.

Por último, la formación magenta quiere utilizar la regla de Saint-Lagüe para que los escaños se repartan entre las circunscripciones con criterios de representación proporcional.

Para el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, “el sistema actual no es proporcional” y anuncia en su programa una reforma para igualar los votos y que el reglamento sea más flexible.

Para ello, también proponen el modelo alemán. Una lista nacional donde el ciudadano vota a un partido y otra lista en la que votar al diputado de distrito con 250.000 a 260.000 habitantes. “Se trata de un modelo mixto que garantizaría la cercanía de la ciudadanía y así también se abrirían las listas. Además, rompería la disciplina de voto”, señala Rivera en sus mítines.

Por otra parte, la reforma del Partido Popular busca favorecer a los partidos más votados, es decir, PP y PSOE. Con motivo de las anteriores elecciones, autonómicas y municipales, los populares expusieron que si una candidatura no tiene mayoría absoluta pero supera el 35% de los votos y saca cinco puntos al siguiente tendrá automáticamente la mitad más uno de los concejales.

También se daría el caso si superan el 30% de los votos y sacan 10 puntos al segundo más votado. En caso de no darse ninguno de estos supuestos, los populares apuestan por una segunda vuelta que superen el 15% de los votos. En esta propuesta no obtendrían representación los que no superen el 5% de los votos. Sin embargo, no queda nada de esto en el programa electoral para el 20D. Los populares se comprometen en su programa a que “gobierne la lista más votada en el ámbito municipal” abriendo un proceso de diálogo autonómico para conseguir un pacto entre administraciones públicas.

También establecen una «prima de gobernabilidad a aquellos partidos que hayan ganado claramente las elecciones y con una distancia considerable de la segunda fuerza para asegurar que las opciones de Gobierno responden fielmente a la voluntad de los ciudadanos” con el sistema de doble vuelta.

El actual programa del PSOE habla de “incrementar la proporcionalidad del sistema electoral para el Congreso de los Diputados” y de “desbloquear las listas”. Asimismo, considerarán «la posibilidad de desbloquear las listas también para las elecciones municipales”. Alfredo Pérez Rubalcaba aprobó en 2011 una propuesta de reforma similar al modelo alemán que actualmente no está incluida en el programa.

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, establece “la circunscripción autonómica como única base territorial para la asignación de diputados”. Además, prevén que la distribución de diputados entre las distintas comunidades se lleve a cabo de acuerdo con el peso demográfico de cada una de ellas. Lo que más llama la atención de esta propuesta es la última frase que dice: “Abriremos un amplio debate ciudadano sobre el resto de los componentes del sistema electoral”.

Izquierda Unida tan solo dedica dos párrafos en su programa electoral para reformar la Ley Electoral con un texto informativo sin profundizar: «Proponemos la reforma para corregir los factores que provocan la desproporción y la desigualdad, como son el tamaño de las circunscripciones, su magnitud, la barrera electoral y la fórmula electoral, para garantizar la proporcionalidad en el reparto de escaños y la igualdad del valor de todos los votos. Asimismo se garantizará que todos los partidos tengan los mismos requisitos para concurrir a las elecciones sin ninguna discriminación”.

El partido propone que se vote a partir de los 16 años incluyendo a las personas inmigrantes con 2 años de residencia en el Estado español.