Ley de Amnistía

Los diputados del PSOE aplauden en pie que se amnistíe la corrupción y el terrorismo al separatismo

La ley ahora pasará al Senado, donde será rechazada, pero podrá ser aprobada finalmente por el Congreso

"Nuestro objetivo sigue siendo la independencia", avisan los representantes independentistas

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La bancada socialista aplaude la aprobación de la Ley de Amnistía.
Rafael Molina

La bancada del PSOE en el Congreso de los Diputados ha aplaudido, en pie, la aprobación de la Ley de Amnistía que eliminará los delitos de corrupción y el terrorismo al separatismo catalán. A esa ovación se han unido los vítores de las formaciones independentistas de ERC y Junts, socios del Gobierno de Pedro Sánchez.

Los representantes públicos han votado la Ley de Amnistía de viva voz, con un resultado de 178 votos a favor y 172 en contra. La presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, ha leído las cifras y la fórmula posterior para trasmitir que «en consecuencia, queda aprobada la Proposición de Ley Orgánica de amnistía para la normalización institucional, política y social en Cataluña».

Antes de que terminara de leer esta frase protocolaria, los aplausos han comenzado a mezclarse con las palabras de la que fuera presidenta de las Islas Baleares. El estruendo que tímidamente se iba abriendo paso, continuó con los diputados socialistas puestos de pie.

Mucho más animadas fueron las celebraciones de los representantes de Junts. El partido del ex presidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont hizo notar su felicidad dándose abrazos y extendiendo saludos con la mano entre ellos. Los posconvergentes lucían amplias sonrisas después de aprobar una ley que han redactado a medida de sus necesidades, después de rechazar la redacción previa.

ERC, brazos en alto, han festejado la victoria parlamentaria. Los diputados republicanos se giraron en dirección al palco de invitados. Allí también se ovacionaba el resultado de la votación. Entre los asistentes al pleno estaba Oriol Junqueras, ex vicepresidente de la Generalitat y miembro de ERC.

Junqueras también estuvo presente en la votación que, finalmente, acabó frustrando el rechazo de Junts después de que considerasen insuficiente la redacción para proteger a su líder, Carles Puigdemont, cuyas bases pretenden que vuelva a ser el candidato para las elecciones anticipadas en Cataluña.

Los representantes de las dos formaciones independentistas de Cataluña se han abrazado al terminar el pleno en el patio del Congreso de los Diputados, apenas unos minutos antes de comparecer ante los medios. Allí, Míriam Nogueras, de Junts, ha ensalzado la medida de gracia como «la ley más importante de la legislatura española».

«Esto no es un punto y final»

«Esto no es un punto y final, continuamos y ahora si podremos empezar a hacer política de igual a igual. Nuestro objetivo sigue siendo la independencia de nuestro país, de Cataluña», ha confesado la representante de la fuerza secesionista. En un mensaje en redes sociales, Carles Puigdemont ha señalado que la amnistía «no es pasar página ni tampoco un punto final a nada, sino superar una etapa errónea de represión judicial y policial».

Por su parte, Pilar Vallugera, de ERC, ha reconocido que asienta las bases para «hacer frente al siguiente paso» del conflicto político en Cataluña, que es «el ejercicio del derecho de autodeterminación». «La amnistía era condición de posibilidad, pero no suficiente, seguiremos en el camino de la liberación nacional por los conductos democráticos, pacíficos, cívicos y dialogados», ha concluido la política republicana.

El último plano que ha mostrado la conexión del Congreso de los Diputados, es la cara ampliamente sonriente del presidente del Gobierno junto a la número dos del Ejecutivo, María Jesús Montero, también vicesecretaria general de su partido.

Con mayor tibieza lo ha celebrado la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, que no se ha levantado a ovacionar la medida, a pesar de ser una de las grandes partidarias de ella. La líder de Sumar se ha limitado a aplaudir sentada desde su escaño, durante menos tiempo. De hecho, mientras puede verse, ya al final de las palmas, a Sánchez y Montero sonriendo, Díaz permanece sentada y ya sin aplaudir.

La medida de gracia ahora deberá pasar por el Senado, donde será rechazada por la mayoría del PP para luego tener que volver a ser aprobada, de forma definitiva, por el Congreso.

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