Vacuna Covid

Defensa vacuna a casi la mitad de las Fuerzas Armadas mientras Interior mendiga dosis en Cataluña

El ministerio de Margarita Robles ha vacunado a más de 50.000 personas y se encamina a inmunizar a 70.000 de sus 120.000 efectivos militares sin contar el personal que trabaja para las Fueras Armadas bajo la tutela ministerial.

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En Cataluña apenas se ha vacunado a 300 policías y guardias civiles y las asociaciones pìden amparo a otras comunidades autónomas.
Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

Más de 5.000 de los militares con la vacuna contra el Covid administrada por el Ministerio de Defensa ya ha recibido la pauta completa con dos dosis, mientras que los policías nacionales y guardias civiles de Cataluña siguen denunciando estar desamparados por Interior: según las asociaciones sólo se han vacunado 300 agentes de una plantilla de 6.000.

La comparación en la gestión de la vacuna del Covid entre el Ministerio de Defensa y el de Interior es simplemente insoportable para este último. Desde que Sanidad anunciara la vacunación de personal esencial, Defensa ha demostrado, una vez más, su eficacia e interés frente a la gestión del mismo hecho que ha llevado a cabo el máximo responsable de la gestión de la Policía y la Guardia Civil. Ahora los policías y guardias civiles en Cataluña piden ayuda a otras comunidades autónomas.

Hace solamente tres semanas el Ministerio de Defensa anunciaba que 14.000 miembros de las Fuerzas Armadas ya tenían la vacuna y que los militares menores de 55 años habían recibido la vacuna de AstraZeneca, mientras que el resto habían podido ser inmunizados con fármacos de los otros laboratorios, Pzifer y Moderna.

En el caso de los Policías y la Guardia Civil, el uso de la vacuna de AstraZeneca dejaba fuera del plan inicial de vacunación a los mayores de 55 porque no había alternativa hasta que la Organización Mundial de la Salud primero y el Ministerio de Sanidad, después, aprobaron su uso por encima de esa edad.

Ahora, a principios de abril, la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha anunciado que aquellos 14.000 vacunados de marzo ya son 50.000 al menos en su primera dosis y que el objetivo es llegar a los 70.000 vacunados en las Fuerzas Armadas del total de los 120.000 efectivos que las componen. De ellos, hoy en día, al menos 5.000 ya tienen las dos dosis de la vacuna administrada por Defensa.

Dentro del Ejército Español también ha habido prioridades de vacunación. A nadie se le escapa ni se le olvida que desde el principio de la pandemia fue la Unidad Militar de emergencias la que más expuesta estuvo a los focos de contagio.

La vacuna de Defensa fue prioritaria para esos hombres y mujeres del Ejército que desinfectaron las calles, las residencias de ancianos, las cárceles y todos aquellos lugares donde podía haber riesgo de contagio.

La UME, logística y sanitarios militares

Por eso, la UME, el personal de apoyo logístico, por ejemplo, el que montó hospitales de campaña para ampliar la capacidad de los centros convencionales, y el personal sanitario militar han sido los primeros inmunizados por Defensa.

Si se les ha vacunado primero es por una sencilla razón: la ministra ya ha recordado en varias ocasiones que hay 5.000 militares formados en el rastreo a disposición de todas las comunidades autónomas en el caso de que se solicite su colaboración.

Los expertos apuntan a que a este ritmo el personal de las Fuerzas Armadas habrá sido vacunado prácticamente al completo en cuestión de pocos meses y casi con seguridad durante el verano si el suministro de los fármacos no se altera.

Y en el otro lado de la balanza los policías y guardias civiles que dependen del Ministerio del Interior. Fernando Grande-Marlaska ha cedido la coordinación de las vacunas de sus agentes en las comunidades autónomas.

Si bien es cierto que por lo general en casi todo el territorio nacional los agentes han sido tratados de manera objetiva a la hora del triaje y la selección para recibir la vacuna, lo que está ocurriendo en Cataluña roza la obscenidad sanitaria.

Según asociaciones de policías nacionales y guardias civiles en la provincia de Barcelona han recibido la vacuna menos de 300 agentes de una plantilla de 6.000 profesionales.

Alguno podría pensar que ha habido un problema de suministro de medicamentos, pero lo que ha habido a todas luces es una selección injustificada. A estas alturas prácticamente todos los Mossos d’Esquadra, policías locales catalanas, bomberos y servicios de emergencias de esa comunidad autónoma han recibido la vacuna. En el caso de la policía autonómica algunas fuentes apuntan a que entre el 70% y el 80% del cuerpo estaría ya inmunizado con la primera dosis.

De hecho, cuando Sanidad permitió administrar AstraZeneca a mayores de 55 años y hasta los 65 se volvió a dejar fuera del calendario a los policías nacionales obviando que son personal esencial y argumentando el criterio de la edad: cuando toda la población catalana de entre 55 y 65 años se hubiera vacunado, entonces les tocaría a ellos.

Las asociaciones policiales han recurrido al Defensor del Pueblo, a la Delegación del Gobierno y, por supuesto, a su ministro, Fernando Grande-Marlaska. Y la respuesta ha sido el silencio, así que ahora recurren a las demás comunidades autónomas para pedir ayuda para sus agentes en Cataluña.

Está claro que hay muchas diferencias entre ser militar, policía o guardia civil. La gestión de la vacuna por parte de Defensa e Interior distan mucho, pero sobre todo y por encima de todo, la mayor diferencia reside en qué ministro vela por su bienestar.

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