DANA

La Confederación del Júcar gasta 6 millones en una sede «sostenible» mientras el Poyo sigue sin limpiarse

Se trata una "mejora de la eficiencia energética" del edificio situado en la ciudad de Valencia

Pero los vecinos se quejan de que, en el barranco del Poyo, "el Gobierno no está ni se le espera"

Confederación del Júcar
Rafael Molina

La Confederación Hidrográfica del Júcar ha gastado 6,4 millones de euros en las obras para la «mejora de la eficiencia energética» de su sede de Valencia, mientras que el barranco del Poyo sigue sin ser limpiado más de tres meses después de la DANA que asoló la provincia el pasado 29 de octubre. Todo ello a pesar de que se han licitado al menos dos contratos que no han mejorado la situación de la zona.

El pasado viernes se ha publicado en la Plataforma de Contratación del Estado la adjudicación del contrato que tiene como objeto la «mejora de la eficiencia energética del edificio sede de la Confederación Hidrográfica del Júcar, O.A. (Valencia), en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR)».

Este gasto, que está asociado a la financiación europea, lo licitó la Secretaría de Estado de Medio Ambiente, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica y para el Reto Demográfico, que en el momento de la DANA encabezaba la ahora vicepresidenta de la Comisión Europea, Teresa Ribera, y ahora Sara Aagesen. El texto explicitaba que la Confederación Hidrográfica del Júcar busca «mejorar la eficiencia energética de su edificio sede de Valencia». Todo ello «mediante cinco actuaciones técnicas». Entre ellas, estaban:

  • Mejorar la envolvente térmica.
  • Climatización del edificio (incluida la renovación de aire).
  • Climatización de su Centro de Proceso de datos.
  • Sustitución de la iluminación interior por otra más eficiente y de menor consumo.
  • Una planta fotovoltaica, en su cubierta, que aporte suministro eléctrico al consumo habitual del edificio.

Se dividió en dos lotes, siendo el más cuantioso el lote número 1, adjudicado este viernes, que preveía «las obras para la mejora de la eficiencia energética del edificio». Concretamente, resultó adjudicado el pasado 31 de enero por 6.359.778,09 euros, impuestos incluidos, a la empresa Fulton SA. Tenía un plazo de ejecución, es decir, un tiempo previsto para realizar los trabajos, de dos años. Y se centraba en diferentes mejoras:

  • De la carpintería exterior y cerramientos opacos.
  • De la instalación de climatización y sistema de renovación de aire.
  • De la instalación de alumbrado interior.
  • De las instalaciones de climatización del CPD.

Confederación del Júcar
Extracto de la adjudicación del contrato.

Bajo la mirada de Miguel Polo

El segundo lote prevé la «instalación fotovoltaica de autoconsumo de 60 Kw nominales, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR)» y tenía un coste estimado de 142.571,18 euros. El informe global sobre las ofertas presentadas por las empresas licitadoras lo firmó el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Miguel Polo, el 2 de diciembre, apenas un mes después de la tragedia de la DANA.

Se trata del dirigente de la entidad responsable de velar por el estado de la rambla del Poyo. Polo reconoció, en un audio publicado por OKDIARIO, que durante un espacio de dos horas y media no se transmitió ninguna información sobre el caudal del barranco del Poyo, en plena inundación que acabaría con la vida de 232 personas, 224 sólo en la Comunidad Valenciana. «Lo que no se transmitió es información sobre el barranco del Poyo», admitía el responsable del Júcar en un audio del pasado 19 de diciembre.

En aquellos momentos, la Confederación del Júcar se enfocó en informar sobre la presa de Forata, que alcanzó el 100% de su capacidad y evitó una tragedia aún mayor. Sin embargo, hubo silencio respecto a la crecida del Poyo, que terminaría arrasando localidades como Paiporta, Torrent o Picanya.

El barranco del Poyo, sin limpiar

Todo ello mientras la población que vive en las inmediaciones del barranco del Poyo sigue sin notar el trabajo del Gobierno. En la zona sigue habiendo bombonas de butano, colchones, plásticos, calderas, balones de fútbol, macetas, animales muertos y más de cuatro metros de ramas, troncos y basura. Se trata de un segmento de más de tres kilómetros, cuya competencia depende de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), es decir, el Ministerio de Transición Ecológica.

Tres meses después de la gota fría que provocó 232 fallecidos, la zona sigue en un Estado deplorable. «El Gobierno no está ni se le espera», dice Juanvi Palleter, agricultor valenciano afectado. «La competencia de la limpieza de este barranco depende de la Confederación Hidrográfica del Júcar y por aquí no ha pasado nadie. No me quiero ni imaginar la imagen del desbordamiento hace tres meses», abunda el trabajador agrícola.

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