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La izquierda abertzale utiliza la enfermedad como estrategia de presión para lograr la excarcelación de los etarras presos, incluso si dicha dolencia no es grave. Así lo constata la Guardia Civil en un informe remitido al Juzgado Central 6 de la Audiencia Nacional, en el marco de unas diligencias abiertas tras la querella por presuntos delitos de enaltecimiento del terrorismo y humillación a las víctimas presentada por la Asociación Dignidad y Justicia en el año 2018 por los homenajes a miembros de la banda terrorista a su salida de prisión.
En este documento, al que ha tenido acceso OKDIARIO, se analizan las comunicaciones interceptadas a los implicados en la causa, entre ellos el sanguinario Antonio López Ruiz, alias Kubati, el etarra que en septiembre de 1986 asesinó en Villafranca de Ordicia a Dolores Catarain, alias Yoyes, porque ésta había decidido dejar la banda terrorista. Kubati formaba parte de la dirección de la Comisión a favor de las presos, una organización encargada de gestionar las dinámicas relativas a los etarras encarcelados.
Tras analizar estas conversaciones, el informe de la Guardia Civil constata que «es recurso habitual en la izquierda abertzale aprovecharse de las circunstancias de sus presos, haciendo público cualquier suceso o acontecimiento que afecte a alguno de ellos, principalmente si se trata de presos enfermos».
Tanto es así que el documento recoge una conversación entre dos miembros del entorno de los presos de ETA en la que se alude a un recluso que ha tenido que ser ingresado en el hospital. Uno de los interlocutores informa que ha hablado personalmente con el preso y que éste le ha contado que ha ingresado en el hospital por unas dolencias. Su estado de salud, no obstante, es bueno. El propio etarra reconoce que su estancia en el hospital ha sido como «una especie de consulta médica larga». A pesar de ello, los abertzales le ofrecen la posibilidad de «hacerlo público». «Dice que ha comentado con él ‘el hacerlo público o no’ y que el preso ha dicho ‘que no lo veía porque no ha sucedido nada sólo una especie de consulta médica larga», reza el informe de la Guardia Civil.
Para los investigadores, este mensaje, además de un «claro ejemplo» de la responsabilidad del investigado «sobre todo lo concerniente a los presos de la organización terrorista ETA», es una prueba de que la izquierda abertzale se aprovecha del estado de salud de los terroristas de cara a lograr su excarcelación.
Medida de presión
Sin ir más lejos, la última vez que la izquierda abertzale recurrió al argumento de la enfermedad para exigir la puesta en libertad de etarras condenados fue el pasado 25 de enero, cuando portavoces de Sare -la plataforma de presos que cuenta con el apoyo explícito de Bildu- convocaron una rueda de prensa para denunciar que «hay 19 presos gravemente enfermos» y que «las personas que están en prisión tienen derechos que deben ser respetados y garantizados, si se quiere afirmar que esta es una sociedad de derecho». Por ello, pedían liberar a los presos cuando se les detectan «enfermedades graves» a fin de «aliviar su situación o, en todo caso, procurar la estancia entre los suyos, en esta última parte de su vida».
Un argumento con el que la izquierda abertzale intenta presionar a las autoridades con el único fin de conseguir la excarcelación de miembros de la banda terrorista privados de libertad por sus sanguinarios crímenes sin cumplir la condena que les corresponde.