Dalmacio Negro Pavón

El catedrático Dalmacio Negro carga contra el sanchismo: «Es una tiranía bastante infantil»

Dalmacio Negro afirma que España vive en una "anarcotiranía" gobernada por un Estado de partidos

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Rodrigo Villar

Dalmacio Negro Pavón (Madrid, 1931) es catedrático de Historia de la Ideas y de las Formas Políticas en la Universidad Complutense de Madrid. Su extensa obra, con más de medio centenar de publicaciones, le han convertido en uno de los máximos representantes del liberalismo español con libros de referencia como El mito del hombre nuevo, La ley de hierro de la oligarquía o La tradición de la libertad. Su pensamiento bebe, en gran parte, de autores como Luis Díaz del Corral (su mentor en la Universidad), José Ortega y Gasset, Bertrand de Jouvenel o Stuart Mill. Sobre esta base ha logrado discurrir una idea antiestatista de la realidad occidental llegando a afirmar que España vive en una tiranía «bastante infantil» bajo el Gobierno de Pedro Sánchez. «Esto es una anarcotiranía», señala el catedrático.

Sentado en la terraza de su casa y con un cigarro de liar en la mano nos habla sobre complejas ideas filosóficas, algo que demuestra una mente preclara a sus 92 años. «La anaciclosis de Polibio es clave. Todo régimen tiende a degenerarse», señala el catedrático para acto seguido decir que España no tiene ningún régimen porque eso significaría ley y orden.

Poco a poco, con la paciencia que caracteriza a un docente con décadas de experiencia, comienza a responder a las preguntas de OKDIARIO, no sin antes desvelar que la camisa que viste la compró en La Habana. «Ya no hacen ese tipo de camisas castristas», cuenta el catedrático con humor, recurso que utiliza en varios momentos de la entrevista.

P.- ¿Cómo definiría ahora mismo España? ¿Es una macroarquía? ¿Es un gran Estado que interfiere en todos los ámbitos de la vida del ciudadano?

R.- Sí, pero con una particularidad que difiere de otros y es que esto es una anarcotiranía. Anarco, porque creo que está dirigido por gentes torpes que confunden la política con un juego de niños. Todo esto da lugar a una tiranía bastante infantil. Para ellos, para los dirigentes de todos los partidos, la partitocracia, instalada aquí en España, es una especie de juguete.

P.- Usted habla de anarquía tiránica ¿Eso es porque cree que no hay un gobierno?

R.- Sí, que falta sentido del Estado. La partitocracia es la clave sobre la cual hay un libro de Gonzalo Fernández de la Mora. Todo gobierno es oligárquico, es la ley de hierro de la oligarquía, que es la que manda en todo. El señor Stalin no era Stalin, era él y su oligarquía, el señor Hitler era él y su oligarquía. El señor Trump es la oligarquía, la señora Meloni es ella y la oligarquía, en fin. Lo mismo podríamos decir aquí ahora mismo del señor Sánchez, que es el que manda, aunque es una oligarquía de tontos. En general hay mucho tonto. Basta oírles hablar. España aparece ya el reino de Coalemo. Coalemo era el dios griego de la estupidez. Además, es una tiranía siniestra con las leyes abortistas, las leyes trans y demás.

P.- ¿Cree que todo parlamentarismo conduce inevitablemente hacia un presidencialismo? ¿Cree que que estamos camino de un sistema presidencialista con Pedro Sánchez a la cabeza?

R.- Ojalá fuera un presidencialismo. Esto es un parlamentarismo en el cual hay un señor que se ha erigido en el Parlamentario Supremo. España es un Estado de partidos. Se configuró en la alabada Constitución del 78, que en realidad ni es Constitución siquiera, es una carta otorgada. Se convocan expresamente elecciones para hacer la Constitución. Y aquí no se convocaron elecciones. El mismo Parlamento, las Cortes que existían, hizo la Constitución. Eso sí, luego se votó, se votaron nuevos partidos para elegir nuevo Parlamento, pero formalmente es una carta otorgada y además que responde al hecho de que el Rey en aquel momento tenía todos los poderes de Franco, los poderes de una dictadura, de una dictadura de tipo comisario, dicho sea de paso, que no es lo mismo que una dictadura soberana.

P.- ¿Qué diferencia hay entre una dictadura de tipo comisario y una dictadura soberana?

R.- Dictadura de tipo comisario es un régimen normal. La primera ley de la política, la ley fundamental de la política es salus populi suprema lex esto (la salud del pueblo o salvación del pueblo es la ley suprema). Es una ley romana. Eso es lo primero. Entonces hay momentos en que el pueblo necesita una salvación. Y entonces los romanos crearon la institución de la dictadura como forma legal, eso sí, a seis meses plazo. Luego tenía que cesar o se volvía a prorrogar. Eso también acabó deformándose, como todo y llevando al abuso, porque hay una ley que rige la política, como todo que es la ley de la ciclosis, enunciada por Polibio en el siglo II antes de Cristo. La ley de la ciclosis, que es la de que «todo evoluciona hasta que se corrompe». Y eso es inevitable. No hay nunca un régimen perfecto, no puede haber un régimen perfecto, es imposible. ¿Y qué es lo que se quiere hoy con las ideologías? Quieren crear el hombre nuevo.

P.- ¿Cree que desde los estados postmodernos se está intentando construir un hombre nuevo? ¿Cree que lo está haciendo el llamado progresismo, esta llamada ideología posmoderna que abandera la izquierda?

R.- Bueno, lo de España es un caso singular. Decía antes que yo creo que es más bien el reino de Coalemo. Es disparatado todo, nada tiene sentido. La culpa es ciertamente de la Constitución, la carta otorgada que funge como Constitución con las autonomías y la ley electoral. Pero de todas maneras, aunque las leyes sean malas, los hombres pueden ser buenos, pueden tener sentido común. Lo que se ataca hoy es el sentido común. Y lo primero que hay que hacer para crear un hombre nuevo es atacar el sentido común. Pero en España no se crea un hombre nuevo de acuerdo con la ideología, aquí no hay ni eso. Simplemente los señores que se hacen con el poder hacen lo que les da la gana, lo que les parece bien y oportuno, eso sí, siempre procurando enriquecerse.

P.- Usted siempre ha dado especial importancia a las ideas religiosas ¿Qué papel cree que tiene que jugar la religión católica a día de hoy?

R.- Pues la religión católica, como cualquier religión, es lo que integra a los pueblos. Porque la religión es la que concreta. El hombre es un ser moral, guste o no, siempre tiene una idea del bien y del mal. Cualquier hombre, sea un caníbal, sea lo que sea, tiene una idea del bien. Para el caníbal, lo bueno será comerse a los semejantes y lo malo será no comérselos. Pero siempre cree en algo, y la religión es lo que concreta siempre el ethos que une a los pueblos. En el caso de la religión católica en España, ésta tiene un gran enemigo que son los señores obispos. Se han plegado al mundo. Lo decía Nicolás Gómez Dávila, el escritor colombiano: «La Iglesia, no habiendo conseguido conquistar el mundo, se ha dispuesto a seguirle».

Basta leer a ateos o cualquier historiador serio. Todos dependen de una religión. La civilización soviética, por llamarla así, dependía del PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética). Los del PCUS eran los sacerdotes de allí porque el socialismo es una religión, es la religión que compite con el cristianismo.

P.- ¿Ve esperanza en algún partido político o le parecen todos lo mismo?

R.- La verdad es que no. Es una partitocracia. Aquí se vive del consenso. Esto lo decía García-Trevijano. Explicaba muy bien el consenso partitocrático que existe en toda Europa. Hoy te toca a ti, mañana me toca a mí. Es verdad que han aparecido más partidos. Ahora han aparecido los populismos con los cuales hay una guerra a muerte. En Alemania, por ejemplo, no quieren populismos, que son grupos razonables, que lo que dicen es que lo primero que tiene que defender un gobierno es a Alemania. Que todo gobierno lo primero que tiene que hacer es proteger a su nación, dar seguridad y además combinándola con la libertad.

P.- ¿Qué cree que podrían hacer los españoles? ¿Usted qué recomendación daría a los españoles?

R.- Para empezar, que no vean la televisión, las televisiones públicas sobre todo, y que dejen de utilizar el móvil. Además de tratar de leer y de informarse, porque esto es un Estado totalitario, como todos los Estados europeos. La Unión Europea es la Unión Soviética Europea. Lo descubrieron precisamente disidentes soviéticos, como por ejemplo Zamiatin, que se volvió al final comunista porque dijo que esto era peor. Escribió que esto era la Unión Soviética, pero soviética liberal, supuestamente liberal. La gente tiene que recuperar el sentido común. Todo conocimiento serio empieza por el sentido común. Aristóteles lo decía ya hace mucho tiempo. Todo empieza por el sentido común que está siendo atacado por las ideologías, por la utopía, por el espíritu utópico. No digamos todas estas utopías absurdas de los trans y de los Woke.

P.- Usted habla del Estado minotauro en su obra, que es el Estado del bienestar al fin y al cabo. ¿Usted qué haría? ¿Eliminaría el Estado del bienestar?

R.- El Estado minotauro lo descubrió Bertrand de Jouvenel, que es uno de los grandes pensadores políticos del siglo XX y de la actualidad, porque estaba escandalizado por el cambio que se había producido en el Derecho, porque el Derecho está prácticamente destruido, ha sido sustituido por la legislación. Y ¿quién hace la legislación? El que tiene el poder a través del Parlamento. En cuanto al Estado de bienestar, o de malestar, es el estado de la neoesclavitud. Porque para que tengamos la sanidad, la educación y la comida cubiertas tenemos que soportar demasiadas leyes. Los que somos esclavos tenemos que soportar demasiados impuestos que no dejan a la gente prosperar. Tenemos que soportar que nos investiguen, que esto es bastante más grave de lo que parece. Que todas las personas estén controladas políticamente con los impuestos personales, singularmente el de la renta. El de la renta, permite al Gobierno saber con pelos y señales nuestra vida. Hay una regla de Montesquieu que es elemental en la política en relación con los impuestos: el impuesto sobre las cosas es el impuesto de la libertad, el impuesto sobre las personas es el impuesto de la servidumbre. Si el Estado nos impone impuestos a las personas, tiene que controlar a las personas, porque nadie paga voluntariamente los impuestos. El impuesto en sí mismo, hay que partir de esa idea, es un robo.

P.-Quería que me describiese con una palabra los siguientes nombres que le voy a decir. En primer lugar, Pedro Sánchez.

R.- No comments.

P.- Alberto Núñez Feijóo.

R.-No comments.

P.- Carles Puigdemont.

R.- De risa.

P.- Santiago Abascal.

R.- Serio.

P.- Pablo Iglesias.

R.- Podría haber sido un buen alumno de bachillerato.

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