Los comuns reclaman al nuevo fiscal de Sánchez que retire las acusaciones a los golpistas
La portavoz de CatECP, Elisenda Alamany, ha anunciado este martes que presentará una propuesta de resolución en el Parlament para pedir que el nuevo Fiscal General del Estado, que debe nombrar el Gobierno de Pedro Sánchez, retire las acusaciones penales contra los dirigentes independentistas.
Lo ha dicho en rueda de prensa, en la que ha defendido que el nuevo Gobierno debe acabar con «la judicialización de la política catalana y comenzar una etapa de diálogo», y que esta iniciativa es un primer paso para concretarlo.
Por eso, reclama que el Fiscal General que sea nombrado «rebaje la presión y retire las acusaciones penales que se mantienen contra líderes políticos y sociales catalanes», en referencia a los dirigentes encarcelados y en el extranjero.
También insta al Gobierno a «hacer prevalecer mecanismos de diálogo y acuerdo entre el Gobierno español y el gobierno catalán por encima de instrumentos judiciales».
Además, pide que el Ejecutivo de Sánchez «haga cumplir» la normativa penitenciaria para acercar a los presos separatistas a cárceles catalanas y que puedan estar lo más cerca posible de sus familias.
Alamany ha asegurado que el Gobierno puede hacer estas tres iniciativas «ahora mismo» y ha defendido que deben ser prioritarias en la primera reunión que tengan Sánchez y el presidente de la Generalitat, Quim Torra.
Nuevos ministros
Preguntada por su opinión sobre los nuevos ministros del Ejecutivo de Sánchez, ha rechazado valorar los nombres porque considera que lo «más importante es qué harán a partir de ahora».
Aun así, la portavoz de los comuns se ha referido específicamente al nuevo ministro de Exteriores, Josep Borrell, ya que lo considera «más del pasado que del futuro» y lo ha acusado de haber utilizado puertas giratorias por haber sido consejero de Abengoa tras presidir el Parlamento Europeo.
Polémica por los lazos amarillos
Alamany ha criticado que la polémica sobre la presencia de lazos amarillos en los escaños del pleno del Parlament es «un debate absurdo», aunque confía en que los grupos alcancen un acuerdo unánime.
Ha defendido que cada grupo lleve los símbolos que quiera y ha lamentado que esto origine una polémica: «Forma parte de la libertad de expresión y no nos debería molestar que la gente lleve brazaletes naranjas o lazos amarillos. Cuando esto molesta quizás nos lo tendríamos que hacer mirar».
Además, ha afirmado que a los comuns no les molesta que haya lazos en la bancada del Govern —lo que origina la discrepancia entre los grupos—, pero considera que hay que encontrar una solución de consenso en la que «unos puedan manifestar su libertad de expresión y los otros no se vean molestos con eso», como puede ser que en los escaños del Govern no haya símbolos.