La Policía identifica 3.250 mossos que incumplieron su deber de frenar el referéndum ilegal del 1-O

Mossos
Josep Lluís Trapero, mayor de los Mossos d'Esquadra, a su llegada a la Audiencia Nacional. (Foto: EFE)
Carlos Cuesta

Si los Mossos deciden volver a protagonizar capítulos de rebeldía, pueden tener problemas. Y es que el trabajo de búsqueda de pruebas sobre lo ocurrido el 1-O ha dado su fruto. El resultado: un listado de 3.250 mossos contra los que se podría actuar disciplinarimente por haber omitido su deber de control de los delitos el día del referéndum ilegal. Especialmente, porque el cumplimiento de órdenes ilegales no exime de la pena. Y porque la cúpula de los Mossos de ha lavado las manos afirmando que no hubo órdenes de permitir la votación ilegal.

El resultado es que el Ministerio de Interior podría actuar disciplinariamente contra los agentes de la policía autonómica cazados en ilegalidades. Y eso, traducido, significa que, todos ellos deberán tener cuidado con sus lealtades o deslealtades porque les pueden salir muy caras a partir de ahora.

Los 3.250 Mossos identificados han sido cazados por las grabaciones que realizaron agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil que actuaron de paisano dentro y fuera de los colegios electorales. También han sido detectados por testimonios cruzados o por referencias directas de los testigos que acudieron a los colegios o por denuncias que han llegado a la Policía sobre la falta de atención ante la reclamación por parte de ciudadanos de que actuasen para frenar las votaciones ilegales y prohibidas expresamente por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

Órdenes que no quedaron grabadas

Algunas conversaciones por móvil o radio realizadas por canales que sí quedaron grabados en el CTTI de la Generalitat, también han servido de base para realizar ese filtrado de agentes y datos. Todo ello, a pesar de que el empeño en ocultar las pruebas de la actuación policial el 1-O fue más que notable. Hasta el punto, como adelantó OKDIARIO, de que se utilizó un canal adicional a los habituales, y no registrado ni grabado, para determinadas comunicaciones con los agentes desplegados en los colegios electorales.

Los 3.250, además, llegan a esta cifra sin contar con que, casualmente, ese día se dispararon las bajas de agentes autonómicos que se encontraron, de golpe, incapacitados para su labor.

Con todo ello, la Policía sabe que cuenta ya con un nuevo mayor, Ferrán López -el sustituto de Trapero-, al que no ha dudado en condicionar en su cargo dependiendo de la labor y colaboración que muestre. Y con unos agentes que deberán tener presente que su historial interno recoge ya un grave incumplimiento del deber. A partir de ahí, deberán elegir su nueva actuación de cara a las elecciones el 21 de diciembre y en las semanas previas y preparatorias de esa fecha decisiva.

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