Mandos de los Mossos seleccionan leales en una reunión de urgencia previa a la intervención del 155

Mossos
Josep Lluís Trapero, mayor de los Mossos d'Esquadra, a su llegada a la Audiencia Nacional. (Foto: EFE)
Carlos Cuesta

El nerviosismo crece en los Mossos ante la posibilidad de la proclamación de la declaración unilateral de independencia y ante el aviso de imputaciones masivas por delito de rebelión en caso de que se confirma la famosa DUI.

Los mandos de los Mossos, algunos de los cuales serán destituidos mañana mismo en aplicación del artículo 155 de la Constitución, acaban de convocar de urgencia a una reunión a las cabezas operativas de sus unidades antidisturbios. Lo han hecho junto antes de que se conozca si Puigdemont, su Govern y el Parlament respaldan la DUI. Y justo un día antes de que sea aplicado el 155 y, por lo tanto, su estructura de control de la policía autonómica pase a manos del Ministerio de Interior, y, más en concreto, del secretario de Estado de Interior, José Antonio Nieto.

Fuentes de la Policía Nacional no esperan nada bueno de esa reunión. Y es que ayer mismo fuerzas de seguridad del Estado tuvieron una enganchada cargada de tensión cuando observaron a cuadros de los Mossos destruyendo material documental e intentaron evitar su incineración. La Policía teme, evidentemente, que lo que se destruía debía constituir material probatorio susceptible de plasmar los esquemas de coordinación con los que han funcionado los agentes autonómicos para permitir la votación del 1-O y para evitar los controles sobre el resto del golpe de estado.

La Policía Nacional sospecha igualmente que las últimas reuniones de urgencia de estos mandos sirvan para amedrentar a los agentes de cara a posteriores declaraciones ante los tribunales, para intentar mantener el secreto de determinados actuaciones potencialmente ilegales y, sobre todo, para chequear la lealtad al golpe de cara a las últimas horas antes de que el Govern sea depuesto en bloque.

Fuentes policiales confirman que se encuentran prevenidos precisamente ante la posibilidad de que los miembros del Ejecutivo de Puigdemont no quieran abandonar sus cargos y algunos de los Mossos plantean su defensa. Una situación que provocaría una tremenda tensión y, además, como ya ha advertido la Fiscalía y adelantado OKDIARIO, un agravamiento notable de las penas posibles por el delito de rebeldía.

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