Camps sobre Rita Barberá: «El ruido de los de enfrente y el silencio de los propios hace mucho daño»

"He pensado sin parar en Rita estos años. Ojalá la tuviera al lado ahora"

"No soy rencoroso. Perdono a propios y ajenos. Tienen bastante con pensar cómo actuaron"

"El PP no son sólo sus dirigentes. Feijóo y Mazón conocen mi disposición a volver"

Vea aquí la entrevista completa a Francisco Camps

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«El ruido de los de enfrente y el silencio de los propios hace mucho daño». Es la reflexión de Francisco Camps sobre la muerte de Rita Barberá. La ex alcaldesa de Valencia falleció de un infarto en un hotel de Madrid el 23 de noviembre de 2016. Murió sola, entre el acoso personal despiadado (hasta en su propio domicilio y en directo por televisión) de la izquierda y el abandono absoluto de su partido, el PP, en el que llevaba 40 años y al que había ayudado a nacer y crecer desde la nada.

En una entrevista con OKDIARIO, Francisco Camps recorre los 15 años de su propio calvario judicial. 10 causas promovidas por el PSOE que terminaron en nada. Camps ha sido exonerado de todo. Dimitió como presidente de la Generalitat valenciana para defender su honradez. Rita Barberá no llegó a poder defenderse.

Pregunta.- ¿Cuántas veces ha pensado en Rita estos años?

Respuesta.- Muchísimas veces. Sin parar. Ojalá la tuviese al lado.

P.- Pero ella no pudo aguantar, seguramente, la presión como usted

R.- La verdad es que el ruido de los de enfrente y el silencio de los propios a veces hace mucho daño.

P.- ¿Sintieron el silencio de los propios?

R.- Absolutamente. Personas muy significadas e importantes le dieron la espalda.

P.- ¿Y por qué sigue usted en el PP?

R.- Porque yo soy el PP. Como más gente, como cualquier militante es el PP.

P.- Pero se portaron muy mal con ustedes

R.- Los dirigentes del partido. No el partido. El partido es mi partido. Nunca se ha portado mal conmigo. Los dirigentes sí; algunos dirigentes, no todos. El PP somos muchas personas, independientemente de ser militante de base, dirigente, candidato, cargo público… El PP es una gran familia. El PP está presente en toda España con un mismo discurso y una misma forma de entender la vida. Un señor de Lugo, uno de Tenerife y uno de Valencia, como yo, soñamos la misma España. Eso no ocurre en el PSOE. No puedo ser otra cosa. Además [con sorna], estoy en el partido antes que las siglas. Soy militante desde 1982 cuando era Alianza Popular. Le llevo, por tanto, siete años de ventaja a las propias siglas.

P.- ¿Y alguno de esos dirigentes del PP le ha llamado para pedirle disculpas?

R.- No. Disculpas no. Algunos me han llamado para darme la enhorabuena, que no está mal. Ya con eso me conformo.

P.- ¿Con eso se conforma?

R.- Sí, por supuesto.

P.- ¿Usted no es rencoroso?

R.- No. En absoluto. Nada.

P.- ¿Sus convicciones, además, le impiden serlo?

R.- Exacto. El perdón. Efectivamente.

P.- ¿Y usted perdona a los propios y a los ajenos?

R.- A los propios y a los ajenos, sí. Ya tienen bastante unos y otros con pensar cómo actuaron. Yo estoy feliz. Me he defendido, he tenido el apoyo de mucha gente y ha salido bien. Y si sale bien sólo puedo dar gracias a Dios.

P.- ¿Qué diría Rita si estuviera aquí?

R.- Pues lo mismo. Exactamente igual. Teníamos una forma de entender la política muy similar.

 Volver a la política

Francisco Camps dimitió el 20 de julio de 2011, dos meses después de destrozar a la izquierda en las elecciones autonómicas del 22 mayo. Sacó 11 diputados más en Les Corts que toda la izquierda junta. Rita Barberá había destrozado, también, a toda la izquierda junta del Ayuntamiento de Valencia. Les sacó 7 concejales de ventaja.

Camps explica a OKDIARIO que dimitió para defender su honradez e inocencia, aunque el fiscal le tentó con un acuerdo de conformidad por el que, si se declaraba culpable por los cuatro trajes, sólo le impondría una multa sin inhabilitación para cargo público de forma que pudiera seguir como presidente de la Generalitat. Tentador. Pero Camps dimitió. También para liberar a Rajoy de la presión de la izquierda en las generales de noviembre de ese año, que, finalmente, ganó el PP.

Génova llevaba meses presionando a Camps para que dimitiera, cediendo a la campaña de la izquierda. El día de su dimisión, en Génova respiraron aliviados. Y todo fueron halagos. Aquel día, por ejemplo, no fue el único, Esteban González Pons (hoy vicesecretario de Feijóo) declaró: «Camps ha dado una lección y volverá cuando resuelva esta injusticia. Esto es sólo un paréntesis».

Resuelta la injusticia (en solitario) 15 años después, Camps ha llamado a la puerta de su partido. Quiere volver a la política activa donde ellos decidan.

P.- ¿Con quién ha hablado de su deseo de volver a la política?

R.- Los dirigentes de mi partido lo saben todos. Aunque personalmente he tenido ocasión de decírselo a Feijóo el día que me absolvieron; a Mazón, el día que comenzaba la campaña electoral de 2023; y a Tellado, unas semanas antes de comenzar mi último juicio. Lo saben perfectamente y todos me han dicho que cuando llegue el momento y el tiempo oportuno hablaremos de la circunstancia que corresponda.

P.- ¿Eso lo dijeron?

R.- Sí, sí.

P.- ¿Con González Pons, que está en la dirección actual, lo ha hablado?

R.- González Pons no está en el mando de la organización del partido.

P.- ¿Y usted cree que ellos tienen interés en que vuelva?

R.- Estoy convencido que sí.

P.- Cree que sí…

R.- Sí. ¿Por qué no van a estar convencidos?

La riada

P.- ¿Habla con Mazón alguna vez?

R.- No, porque él es el presidente. Sí le envío algún mensaje de vez en cuando y me pongo a su disposición. Como, por ejemplo, ahora, con la trágica riada que hemos sufrido en Valencia. Me puse a su disposición en el minuto uno.

P.- Claro porque usted atesora experiencia…

R.- He tenido ocasión de hablar con alguno de sus colaboradores y darle mi opinión.

P.- ¿Cómo valora la gestión de Mazón en la riada?

R.- Siempre digo lo mismo cuando me preguntan estos días. El gobierno de España es el competente absoluto en las emergencias nacionales, que es lo ocurrido. Y ha fallado, ha estado ausente y ha abdicado de su responsabilidad. Sánchez y su Gobierno deberían haberse presentado allí desde el minuto uno. Personalmente. Y haber mantenido allí durante estas semanas un gabinete de crisis, de presencia constante, junto al presidente de la comunidad, la diputación y los alcaldes. El estado no pregunta. Actúa sin pedir permiso. Debería haber estado allí desde el minuto 1 con sus hospitales de campaña, helicópteros de doble hélice, soldados, pontoneros, ingenieros, la Guardia Civil, la Policía… para evitar los saqueos y robos que hubo. Y allí no había nadie cuidando de nuestros conciudadanos. Fue bestial. Sin luz. Sin agua.

P.- ¿Y por qué Sánchez no lo hizo?

R.- Porque Sánchez todo lo hace en función de un cálculo político y personal. Y porque lleva años retirando presencia y acción del estado en Cataluña o Navarra y otros sitios. Ha ido dejando, poco a poco, al estado inerme y la inercia de actuación del estado se ha visto muy mermada. Y se ha demostrado ahora. Y fallaron, además, AEMET y la Confederación Hidrográfica del Júcar. ¿Qué esto de mandar un mail? El presidente de la Confederación tenía que haber cogido el teléfono y llamar a la ministra de Medio Ambiente, al de Interior, al presidente de la comunidad o al presidente del Gobierno. ¿Qué es esto de un mail?

Legado y abandono de Rita

Camps aprovecha cualquier ocasión para reivindicar el legado de Rita Barberá y el trabajo que hicieron juntos: «Rita cambió completamente Valencia. La transformó. Es la gran alcaldesa de Valencia. Inigualable. Inimitable. Cogió una ciudad grande y la convirtió en una gran ciudad. En muy pocos años. Desde los barrios. Construyendo aceras, alumbrado, ajardinamiento, transporte público e invirtiendo en colectores y en planes antirriadas para las zonas cercanas al mar de los poblados marítimos. E hizo, además, la gran Valencia proyectada al mundo. Con un punto modernidad y prosperidad extraordinario. Todo el mundo venía y quería invertir o vivir en Valencia».

Rita Barberá, como Camps, sufrió, también, el abandono de los suyos. Dirigentes nacionales y locales del PP, que ahora la homenajean.

Rita apareció muerta en un hotel de Madrid dos días después de declarar, el 21 de noviembre de 2016, en el Tribunal Supremo. La citó como imputada el entonces magistrado de la Sala Segunda de Lo Penal, Cándido Conde-Pumpido. ¿Les suena el nombre? Investigaba un presunto delito de blanqueo de capitales derivado de la macrocausa de la Operación Taula. Rita Barberá había aportado, legalmente, 1.000 euros a la campaña de las municipales de 2015. Pumpido investigaba si esa aportación le fue devuelta en dos billetes de 500 para blanquear dinero. La Audiencia de Valencia archivó el caso en 2021 por falta de pruebas, con Rita fallecida cinco años atrás.

Rita había defendido en 2016 su inocencia: «No soy una corrupta, vivo de mi sueldo y mi patrimonio es conocido». Pero el PP la abandonó por 1.000 euros. Tras la imputación de Conde-Pumpido, la izquierda aceleró su acoso. La puerta de su casa en el centro de Valencia se convirtió en un plató de televisión para escarnio y señalamiento público en directo en La Sexta, la Ser… Hasta cuando se asomaba por la ventana le hacían fotos. El PP le obligó a darse de baja en el partido después de 40 años. Ella se aferró a su escaño de senadora y se fue al Grupo Mixto.

Dirigentes de entonces como Alfonso Alonso presionaron para echarla. Alfonso Alonso dijo que «si la decisión no la tomaba ella, la tendría que tomar la dirección del partido» porque «no nos merecemos -añadió- ir con este perjuicio a cuestas». Alfonso Alonso dejó la política y hoy hace prósperos negocios como socio de Pepe Blanco en el lobby preferido del Gobierno de Sánchez en Bruselas, Acento, donde trabaja también el hijo de Esteban González Pons.

«Ya pasó…»

 Camps echará de menos a Rita Barbera esta semana en Madrid, al presentar el libro del historiador Javier Más, ‘Paco Camps, reenfocando España’, de Editorial LibrosLibres, donde cuenta su calvario de 15 años hasta poder demostrar su inocencia: «Esto ha sido muy duro. Muy, muy duro. Pero muy, muy duro».

Camps perdona a propios y ajenos. Sus convicciones le han ayudado. Llama la atención que no hable mal de nadie, pese a todo. Sin ira. Sin revanchismo. El tiempo le ha dado la razón.

A Paco Camps, el personaje político, se le vio durante uno de sus juicios leyendo un libro. Aquella imagen fue bien sonora. Era ‘La ruta antigua de los hombres perversos’ sobre el santo Job repudiado por los suyos tras perderlo todo. Sus páginas recogen conversaciones que reflejan las traiciones de sus amigos y cómo convirtieron a Job en chivo expiatorio.

«Esto ha sido muy muy duro… pero ya pasó …», dice ahora.

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