Bildu presionó al PSOE para que Sánchez no interviniera Navarra desde La Moncloa

En estos momentos el coronavirus se dispara en Navarra, pero Sánchez prefiere mirar hacia Madrid

Bildu
María Chivite y Arnaldo Otegi.
Carlos Cuesta

Mientras la negativa de Moncloa a declarar el estado de alarma en Navarra desafía a todos los datos científicos, sale a la luz el juego político: Bildu presionó al PSOE para que Pedro Sánchez no interviniera Navarra porque sería visto como la llegada de un «agente extraño». Traducido: como un acto de centralismo. Algo que puede explicar el motivo de que Madrid haya sido intervenida con una bajada del impacto del Covid -este mismo martes 489 casos por 100.000 habitantes-, y mientras, Navarra permanezca sin actuación de Sánchez pese a reflejar en ese mismo día 756 casos.

Bildu ya había rechazado la ayuda del Ejército para luchar contra el coronavirus. Y ha rechazado a lo largo de los últimos días, también, cualquier acto de supuesta injerencia del Gobierno central sobre la Comunidad Foral.

El parlamentario de EH Bildu Txomin González ya destacó hace semanas que la ayuda de los rastreadores militares genera más problemas de los que soluciona. González, de hecho, calificó ya en aquel momento de «agente extraño» la presencia de enviados del Gobierno Central en Navarra.

Es más, recientemente, EH Bildu abrió su curso político en la localidad navarra de Huarte, con la presencia de su coordinador general, Arnaldo Otegi, defendiendo «la soberanía para defender los derechos sociales».
Porque, según lo proetarras, Bildu «no estará de acuerdo con quienes dicen que ahora no toca hablar de soberanía, porque toca aún más hablar de soberanía». «No somos menores de edad ni tememos tara para no poder tomar decisión por nosotros mismos», añadió Otegi.

El virus se dispara en Navarra

Dicho y hecho. Porque la extensión de este principio no se hizo esperar y alcanzó a cualquier intento de actuación de Sánchez en Navarra. Una petición que coincide justo con el momento en el que el virus se dispara en Navarra y Sánchez prefiere mirar hacia Madrid, donde los datos no dejan de bajar y registra marcas inferiores a los 500 casos que el propio Sánchez determinó como umbral de la posible actuación.

El Gobierno de Pedro Sánchez, de hecho, impuso el estado de alarma en Madrid el pasado viernes por la «preocupante situación» de la pandemia, pero ignoró que Navarra llevaba una semana con mayor riesgo de contagio que la Comunidad que preside Isabel Díaz Ayuso.

Los navarros, en consecuencia, pueden moverse libremente por España a pesar de que la incidencia acumulada en Navarra, gobernada por la socialista María Chivite, era el pasado viernes de 675 casos por cada 100.000 habitantes. La de Madrid, 540, más de 100 puntos por debajo. Esos datos, de hecho, son los propios y oficiales de Sanidad, ajenos a cualquier debate o guerra de cifras: un madrileño, a día de hoy, tiene menos riesgo de contraer -y por tanto contagiar- el coronavirus que un navarro.

Sin embargo, mientras a los primeros se les ha aplicado un estado de alarma con su consiguiente restricción de movimientos, a los segundos se les permite el libre movimiento por todo el territorio nacional.

Desde el pasado 2 de octubre, las cifras de incidencia acumulada a 14 días -el indicador principal que sigue Sanidad- que muestra Navarra son superiores a las de Madrid. Una semana en la que la tendencia general fue ascendente en la Comunidad Foral, gobernada por el PSOE de Chivite, y descendente también de forma generalizada en Madrid.

Esa tendencia no se ha roto en la última jornada ni mucho menos. Este pasado martes, la Comunidad de Madrid marcaba 489,15 casos por 100.000 habitantes en incidencia acumulada en 14 días y Navarra elevaba ese mismo dato hasta los 756,79 casos. En incidencia acumulada en los 7 últimos días el dato es aún más obvio. Madrid marca 206,74 y Navarra 455,51.

Pero la presión de Bildu ha resultado ser eficaz. Especialmente cuando su voto puede ser decisivo para que Pedro Sánchez pueda sacar adelante sus Presupuestos o no. Un factor que no tiene nada de sanitario ni científico, pero sí todo de político. Para colmo, en los mismos días, el partido proetarra ha demostrado en otro ámbito su gran influencia: en el del acercamiento de etarras. Porque el ministerio del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha profundizado y acelerado su práctica ya habitual de acercamiento de los presos de la organización terrorista ETA: acaba de anunciar el acercamiento de otros seis internos etarras a cárceles cercanas al País Vasco.

Acercamiento de presos

La versión de Interior afirma que se cumplen todos los requisitos porque los etarras han mostrado arrepentimiento. Todo ello, pese a que no hay constancia de que ninguno de los presos haya cumplido el segundo de los requisitos: la colaboración con la justicia en los crímenes pendientes de resolver. Y, por supuesto, mientras Bildu no deja de reclamar ese acercamiento.

Los nuevos beneficiados del trasladado son Antonio Troitiño Arranz desde la prisión de Estremera (Madrid) a la de Soria; Aitzol Maurtua (de Huelva a Dueñas, en Palencia); Víctor Franco (de Huelva a Estremera, en Madrid); Andoni Otegi (de Almería a Logroño); Mikel Arrieta (de Algeciras a Soria); y Agustín Almaraz (de Cádiz a Estremera).

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