VIAJE OFICIAL

Begoña Gómez se empeñó en ir a Kenia para recuperar sus contactos en África tras no poder viajar en 3 años

El viaje a África iba a ser el primero que hacía aún en formando parte del Centro Africano tras tres años sin viajar con su marido

móvil Begoña Gómez
Begoña Gómez.
Joan Guirado

Aunque a su llegada a Moncloa Begoña Gómez adoptó un papel de primera dama -figura no reconocida en España- muy relevante, con el tiempo, la esposa del presidente ha pasado a un segundo plano. Su dedicación laboral al Centro Africano del Instituto de Empresa -puesto que dejó hace poco- y tiranteces en la relación conyugal, han pesado en esa ausencia de Gómez en la vida pública. Tanto es así que tras acompañar a su marido en los primeros viajes en el año 2018, tanto a Nueva York y Canadá como a Cuba, no se le volvió a ver junto a él hasta en octubre del año pasado. En el G-20 de Roma. Dos meses antes, en agosto, tenía previsto acompañarle en una gira por Kenia y Sudáfrica que se suspendió por la retirada de Occidente en Afganistán y que se ha acabado haciendo esta semana -con ella en la delegación oficial-.

Desde ese viaje a Roma, en el que Begoña Gómez participó activamente en la agenda de las parejas de los jefes de Estado y de Gobierno, tampoco se le ha visto mucho en desplazamientos nacionales o internacionales este 2022. Aquel mismo mes, como este año, la esposa de Sánchez se ausentó de la celebración del 12 de octubre en el Palacio Real, a la que siempre había acudido -llegando a protagonizar polémica al saltarse el protocolo-. Donde si acudió hace justo un año, apareciendo por sorpresa cuando nadie la esperaba, fue al 40 Congreso del PSOE en Valencia. Allí los afiliados socialistas reeligieron a su esposo como secretario general del partido.

Ya este año la mujer de Sánchez se dejó ver, por primera vez, durante la celebración de la cumbre de la OTAN en la que España ejerció de anfitriona. Begoña Gómez jugó un papel, incluso, muy por encima del que le tocaba. Pues era la Reina Letizia la consorte protagonista. La inquilina de la Moncloa, sin embargo, quiso estar presente en todos los actos que se organizaron en la agenda paralela, y ejercer de anfitriona en la cena que el presidente ofreció en el Museo del Prado e incluso recibir a la primera dama de Estados Unidos, Jill Biden, en el complejo presidencial, en un ataque de celos por el encuentro que previamente había mantenido ésta con la Reina.

Ya en septiembre de este mismo año, Gómez, volvió junto a su marido a Estados Unidos para estar a su lado en la reunión anual de la ONU. La mujer del jefe del Ejecutivo, en ese viaje, tuvo un papel muy discreto. Se la vio poco más que en la cena que ofreció el presidente norteamericano a los participantes en la cumbre y a sus acompañantes. Sánchez y Gómez posaron junto a Biden y sus nietas antes del ágape que tradicionalmente ofrece el inquilino de la Casa Blanca.

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