Defensora de los derechos humanos y contra la pena de muerte

Asunción Milá: «Los nacionalismos son una enfermedad que destroza a los pueblos»

Asunción Milá
Asunción Milá

El programa ‘Ellos sí pudieron’ de Intereconomía, ha contado esta semana como protagonista con la defensora de los derechos humanos María Asunción Milá de Salinas. Una mujer que es memoria viva de algunos de los hechos más atroces vividos en la historia contemporánea de España y que en las últimas décadas se ha entregado en cuerpo y alma en la lucha contra la pena de muerte y que también fue una de las fundadores de Amnistía Internacional.

La casa palacio de Salinas, en pleno barrio de Santa Cruz, en Sevilla, ha sido el marco incomparable en el que Julio Ariza, presidente de Intereconomía, y Milá han rememorado hechos históricos, muchas veces desconocidos para los más jóvenes, desde la II República, pasando por la proclamación del Estado catalán, la dictadura franquista hasta la Transición.

Aunque lleva viviendo muchos años en Sevilla, María Asunción Milá nació en Barcelona hace 98 años. Su lucidez y una increíble memoria le permiten hacer un repaso de momentos clave en la historia de España. Recuerda Milá el momento en el que Lluis Companys proclamó el Estado catalán el 6 de octubre de 1934. «Estábamos escuchando el discurso de Companys por la radio. Al poco oímos disparos y una voz en catalán que decía ‘corta, corta’. El Gobierno de la República lo resolvió en 5 minutos, detuvo a Companys y se acabó la historia», recuerda Milá.

Para esta defensora de los derechos humanos los nacionalismos son muy, muy peligrosos: «Son como una enfermedad que destroza a los pueblos».

María Asunción, que es tía de la periodista Mercedes Milá, recuerda los oscuros años de la II República como una época atroz. «Cuando llegó la República la sensación es que había mucha gente feliz, porque para ellos República y democracia eran sinónimos de libertad: ‘Ya podemos hacer lo que nos da la gana’».

Y, efectivamente, como recuerda la entrevista, la gente comenzó a hacer lo que le dio la gana sin ningún control por parte del Estado: «Antes de un mes se quemaron por toda España conventos e iglesias, ahora no se habla de ello, pero fue terrorífico».

«Recuerdo la impresión que me dio, en los días previos al golpe militar, ver a mi padre contarle a mi madre que habían matado a Calvo Sotelo», afirma Milá que rememora las palabras que dijo en ese momento su padre y que la marcaron para siempre: «Nos van a matar a todos». «¿Cómo puede ser legítimo un gobierno que asesina al jefe de la oposición?», se preguntaba por aquel entonces Milá, que en aquella época tenía poco más de 17 años.

La protagonista de la entrevista reconoce abiertamente que ella estaba «a favor del golpe militar», pero no porque fuera a desembocar en una guerra sino porque la República era un desorden y un caos absoluto. «Había asesinatos por la calle y no pasaba nada. Mataban a la gente y la dejaban tirada en la calle, así se vivía en la República, con un gobierno que no cumplía sus propias leyes», recuerda. Jamás fui franquista, estaba a favor del golpe porque pensaba que los militares acabarían con el casos.

Aquellos años marcaron, probablemente, la visión que Milá tenía de la pena capital. Lo poco que valía la vida de un ser humano simplemente porque a alguien le parecía bien o mal, le gustaba o no, una persona. «La gente de la UGT y la CNT, todos con armas suministradas por el Gobierno, iban piso por piso, casa por casa, y mataban a los que les parecía. Muchos eran fusilados en las curvas de la Rabasada», relata con tristeza.

Pena de muerte

María Asunción Milá fue la primera mujer en España que luchó por los derechos humanos y por la abolición de la pena de muerte. Fue una de las fundadoras de la Asociación contra la Pena de Muerte, que luchó en la transición y ejerció una gran presión para que ésta fuera excluida de la Constitución.

El 2 de marzo 1974, tras conocer la ejecución de Puig Antich por parte del régimen franquista, Milá reconoce que «tuve un shock muy fuerte, me di cuenta de que me tenía que ocupar de eso». Su marido y ella fundaron una asociación que nunca llegó a legalizarse para luchar contra la pena de muerte. «Íbamos de ministerio en ministerio, intentando evitar que la pena de muerte se incluyera en la Constitución», que se estaba elaborando en aquellos momentos y que quedó plasmada en el artículo 15. «La redacción no me gustaba, por eso le dije a Jaime García Añoveros que si debilitar una ley es grave, debilitar un principio es peor».

Cataluña

Esta luchadora por los derechos humanos no es ajena a la situación política y social que se vive en estos momentos en su Cataluña natal. «Esto aterrada con lo que ocurre en Cataluña», declara Milá. «Los independentista mienten, se disfrazan de no violencia, pero la primera forma de violencia es la mentira», asegura.

Esta situación ha desembocado tras décadas de gobiernos nacionalistas. Para Milá existe un único culpable de toda esta situación: Pujol. «Este hombre está destrozando Cataluña», dice sin ningún tipo de miramiento.

 

 

 

 

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